Parte 5

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Después de haber recibido una llamada de su jefe a esa hora de la mañana, SeHun salió de su apartamento. Por un lado quiso huir del par de tortolos que recién comenzaban su vida sexual en pareja. Iba a luchar toda su vida por olvidar los gritos de BaekHyun, había sido demasiado para su salud mental y maldijo a ChanYeol por no pensar en ello.

La casa de JaeJoong estaba situada a las afueras de la ciudad y era un sitio enorme capaz de albergar a más de tres familias completas, pero el bastardo vivía solo.

El guardia de seguridad en la entrada ya conocía a SeHun, y estaba enterado de que iba a visitar a su jefe. Le abrió la puerta con suma cortesía y le permitió la entrada.

Caminó por un gran jardín principal, con camino de rocas y una fuente en el medio –la mierda más excéntrica que hubiera visto para alguien que vivía solo por voluntad propia- no quiso seguir indagando en ello. Una de las empleadas de la casa lo recibió y le dijo que su jefe ya lo esperaba en su oficina personal, caminó hasta aquel lugar ya conocido y tocó la puerta antes de escuchar un "adelante"

JaeJoong estaba sentado tras su escritorio, tecleando un par de cosas en su laptop, le hizo una seña a SeHun para que tomara asiento en el sillón vacío frente al escritorio, este obedeció rodando los ojos. No tenía idea de que rayos hacia ahí a esa hora, pero intuía que no era nada bueno, a su jefe jamás se le ocurría nada bueno, mucho menos si tenía que ver con él mismo.

Un par de minutos después cerró el aparato y observó a SeHun inquisitivamente, poniéndolo nervioso en el momento.

— ¿Y bien? – su voz melodiosa sonó, rompiendo la armonía que segundos antes el teclado del computador tenía sobre los oídos de SeHun.

—No entiendo – Si era sincero, no entendía, ni quería entender.

—SeHun – JaeJoong se levantó de su silla, rodeando el escritorio y quedando frente a su empleado, se recargó un poco en el mueble de madera y lo miró directo a los ojos – tus boberías en este momento no son divertidas. Quiero que me digas como te fue anoche – SeHun se sorprendió por aquello y lo miró de regreso – con Do KyungSoo.

— ¿Desde cuándo te preocupa cómo me va con algún cliente? – quiso sonar mordaz, pero intuía que su jefe no iba a dejar pasar la pregunta.

—Desde que ese cliente es Do KyungSoo. No te mandé a ti por casualidad. Lay no estaba enfermo, simplemente le dije que no se presentara.

Aquello tomó por sorpresa al chico, podía jurar que su amigo si estaba enfermo, y sin embargo ya había escuchado que la razón de su ausencia era otra.

—No entiendo.

JaeJoong se exasperó, cruzándose de brazos frente a él.

—Por lo visto, la estupidez es hereditaria. – La mirada molesta de SeHun, no pasó desapercibida por su jefe, quien sonrió de lado – no voy a indagar en el tema. – Dijo sin más y continuó – Necesito que me digas como te fue anoche con Do KyungSoo.

Las últimas palabras salieron pausadas de su boca, y dejaron en SeHun una sensación extraña.

—Solo era un cliente más – le dijo escueto – todo fue normal.

JaeJoong se recompuso, parándose derecho y limpiando arrugas inexistentes de su ropa casual de los domingos.

—SeHun – sonaba como que iba a recibir una reprimenda – te pedí que hicieras las cosas bien ¿Es acaso eso tan difícil? ¿Voy a necesitar que te pase lo que le pasó a tu madre para que recapacites?

—No la menciones.

— ¡Entonces, malditamente haz las cosas bien! – Gritó las palabras y SeHun retrocedió en su asiento – Necesito que sirvas de algo, pero ya.

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