Parte 18

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Tendría que haber ido al Lotto desde hacía días, pues tenía una conversación pendiente con su jefe. Pero desde que Lay apareció en su casa y terminaron platicando de cosas universales ese día, no había tenido el valor. Después KyungSoo aparecía para llevarlo a cenar, o llevarlo al teatro, o al cine, o a su departamento en donde no quería recordar todas las cosas que le hacía y a las que se estaba acostumbrando tan rápido.

Esa noche le había mencionado a su novio que debía ir al trabajo, y aunque KyungSoo no se veía feliz, le dijo que no había problema.

Por esa razón estaba frente a la puerta de la oficina de JaeJoong, no iba a mentir, tenía miedo, ni siquiera sabía que era lo que debía decirle, ¿Que quería parar? ¿Que se había enamorado de Do? Porque era idiota no admitirlo a esas alturas, estúpidamente se había enamorado de KyungSoo, y podría golpearse por eso, pero al menos no se lo había dicho, eso sería cavar su propia tumba.

Que KyungSoo supiera de sus sentimientos solo sería un problema, dado que no tenía ni idea de lo que iba a pasar tan pronto como terminara de hablar con JaeJoong.

El guarda espaldas lo dejó entrar y SeHun divisó a su jefe, quien texteaba desde su celular mientras reía.

—SeHunnie – canturreó al verlo – que milagro que nos honras con tu flamante presencia. – su cínica sonrisa y tono de burla no pasaron desapercibidos.

—Necesitamos hablar.

Su jefe lo invitó a sentarse mientras dejaba su celular a un lado. SeHun se sentó en la silla frente al escritorio.

—Espero que sean buenas noticias, dado que llevas semanas desaparecido y ya solo te queda – se quedó pensando y finalmente habló - ¿Un mes? ¿Tres semanas?

—No sé cómo hacerlo, JaeJoong, yo...

El hombre levantó una mano, deteniendo así el discurso de SeHun.

—Has que venga aquí y yo me encargo. No quiero escuchar tus estupideces. Mira, esta es la última vez que te diré esto, y creo que también la primera – se burló – si no obtienes ese collar, voy a venderte, y va a ser muy caro, tan caro que pagaras la mayor parte de la deuda de tu ladrona y drogadicta madre, y te juro que no será con Do KyungSoo. Sera con Lee DongHae, o con ese Chef loco que está obsesionado contigo, o con alguna de las esposas de esos pobres políticos que les dan dinero a manos llenas. Así que tu mejor opción, SeHunnie, es que traigas el estúpido collar.

SeHun se quedó quieto en su lugar sin decir nada, por primera vez tuvo miedo porque no quería, definitivamente ninguna de esas opciones era factible, pero traicionar a KyungSoo tampoco, eso sin contar que ya no tenía nada que vender, porque se había acostado con el hombre ya varias veces, y en ese momento no se arrepentía de nada, al contrario.

— ¿Qué harás si lo traigo? ¿Vas a decirle la verdad? – su voz sonó nerviosa, pese a que no quería flaquear frente a su jefe, pero era imposible que no se diera cuenta.

— ¿Te has encariñado con él? – Dijo con burla – mi pobre SeHunnie, te dije que no lo hicieras. Él debía enamorarse, si, pero tú no. – se levantó de su asiento rodeando el escritorio para quedar frente a SeHun, quien levantó la mirada para encararlo. Lo tomó del mentón, obligándolo a mirarle a los ojos – No te eduqué para que fueras un idiota, lo único que debes hacer es volver loco al tipo, no darle nada de lo que quiere y cuando yo te lo diga, traerlo aquí para negociar. Ni siquiera suena difícil, lo es para ti ahora, porque te enamoraste de él, y eso es muy tierno, pero lamentablemente no me conviene, SeHun.

JEWELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora