9

1.9K 85 0
                                    

Sentada en mi lugar en el sofá en shock. Apenas si podía parpadear, permitiéndome solo procesar sus palabras. No dejaba de repetirlas una y otra vez en mi mente. Maudie está viva. Maudie está viva. Maudie está ¡VIVA!  Pero en estado de coma. 

Luego Neely dijo otra cosa, Harry le respondió con voz angustiada—: Pensamos lo peor, que ella estaba... muerta. 

Ella continuó hablando a mil por hora. Partes y pedazos de su conversación flotaron hacía mí.

—Fue transportada vía helicóptero al Erlanger Trauma Center. Con protección policial las veinticuatro horas fuera de su habitación. En la UCI. Esperan que se recupere. Puede que tenga un largo camino de recuperación. Estamos listados como sus familiares más cercanos. Hay que tomar todas las decisiones sobre su atención médica. —Y luego, finalmente, uno muy insistente. —¡Trae tu trasero aquí ahora!

—Realmente quiero hacerlo. Pero no puedo —respondió Harry. 

—¿Perdón? —chilló Neely antes de lanzarse a una diatriba que no pude distinguir.  Harry cerró los ojos y la dejó despotricar por minuto más o menos.

Por último, le gritó: —¿Podrías por favor callarte y dejarme explicarte? —De repente, estaba callado y tranquilo en su extremo—. No puedo ir al hospital ahora mismo. Lane y yo estamos... bueno, estamos haciendo algo por Maudie. —Dirigió sus ojos hacia mí, y asentí.

Luego procedió a contarle todo lo que había sucedido y lo que estábamos planeando hacer mañana. 

—¿Hablas en serio? —preguntó Neely. 

—Sí, lo hago.

—Déjame hablar con Lane.

Harry dudó antes de entregarme el teléfono. Visiones de Neely de adolescente arreglándome el cabello, experimentando con el maquillaje, y bailando conmigo al ritmo de los Backstreet Boys llenaron mi mente.

Yo la había idolatrado como la hermana mayor que nunca tuve mientras crecía. A Harry le encantaba ser un niño típico agravante, también conocido como un idiota, pero ella siempre fue tan dulce. 

—Hola —le dije. 

—¿Mi hermano está diciendo la verdad? —exigió. 

—Uh, sí, lo está. 

Neely suspiró. —Pensaba que de todos, tú hablarías con él para sacarlo de toda esta locura. Ustedes dos deberían estar en la estación de policía local o aquí en el hospital, no en la búsqueda de un tesoro. 

—Tienes razón, pero tenemos que hacer esto por...

—Maudie. Sí, lo sé. 

—Confía en mí, sé que suena estúpido y egoísta y ridículo, pero te prometo que para cuando encontremos el tesoro, iremos al hospital.

— Muy bien, entonces. Pon a mi hermano en altavoz.

—Está bien —le contesté, antes de pulsar el botón. 

—¿Harry? ¿Estás escuchando? —preguntó Neely. 

—Sí. 

—Independientemente de lo estúpido e irresponsable que creo que es esta pequeña búsqueda, quiero que me prometas que si en algún momento esto se pone peligroso otra vez, pararás. No me quiero imaginar más enfrentamientos armados o persecuciones de autos, ¿de acuerdo?

—Está bien —se quejó. 

—Hablo en serio. Ya lidié contigo haciéndote daño una vez. No puedo hacerlo de nuevo, especialmente con Maudie en la forma en la que está. Eres todo lo que tengo, hermanito. 

SearchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora