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A la mañana siguiente, me desperté por la luz del sol que entraba por las persianas de plástico rotas y algo caliente y pesado cubriendo mi pecho.

No, espera. No era algo, era alguien. Parpadeé, el pánico se apoderó de mí mientras trataba desesperadamente de recordar donde estaba y quién podría ser el que estaba acostado en mí.

Entonces los acontecimientos de anoche empezaron a llegar a mí de nuevo, y me sonrojé de pies a cabeza.

Cuando me recuperé de revivir cada mortificante, así como delicioso detalle, agarré el hombro de Harry y traté de rodarlo fuera. Él era mucho más pesado de lo que pensaba. Con un gruñido, finalmente lo empujé hacia donde él se dejó caer sobre su espalda a mi lado.

No puedo evitar la risa que se escapó de mis labios cuando él todavía permanecía muerto para el mundo.

Con voz cantarina, le dije—: Harry despierta. —Le hice cosquillas a su bíceps izquierdo con el tatuaje de Águilas Gritonas.

Sus cejas se arrugan, pero no abre los ojos. Tenía una idea bastante clara que él estaba despierto y me ponía a prueba. No quería darle ventaja, así que me incliné y empecé a besar un rastro caliente de sus cuello a su boca.

Llegué a sus labios para encontrar que estaba listo porque su lengua salió para encontrarse con la mía.

Llevó sus manos a mi cabeza, enredando sus dedos por mi cabello y me atrajo más cerca de él. Los ojos de Harry se abrieron y sonrió.

—Buenos días hermosa.

El calor inundo mis mejillas por su saludo. —Buenos días.

—¿Sintiéndote bien?

—Estoy bien. ¿Por qué?

—Tenía miedo de que podrías tener un poco de resaca.

Galante, respondí—: Oh, umm, no. Creo que toda mi aventura embarazosa de vomitar se hizo cargo de eso. —Él se rio entre dientes.

—Me alegro de oír que algo bueno salió de eso. —Caímos en un silencio incómodo, luego ambos nos quedamos simplemente mirándonos, el hecho que hayamos tenido sexo otra vez era enorme, pero luego estaba el aún más épico y espectacular momento de haber profesado nuestro amor.

Pero ahora en la luz de la mañana, estaba terriblemente temerosa que todo había sido parte de un sueño, uno que había sido retorcido por lo que habíamos pasado con el tesoro.

Dejé caer mi mirada de Harry y jugué con la orilla de la sabana.

—¿Qué está pasando en esa cabeza tuya? —preguntó.

Me encogí de hombros. —Nada realmente.

—Lane, apestas mintiendo, ¿recuerdas?

Después de unos momentos, suspiré.

—Supongo que estoy preocupada por lo que pasara ahora.

—¿Con el tesoro?

—No... con nosotros. —Harry se movió más cerca de mí. Llevó sus dedos a mi mentón, levantando mi cabeza, así podía mirarlo a sus oscuros ojos.

—¿Tienes miedo que lo de anoche no fuera real, verdad?

—No sé, quizás. El mundo gira fuera de control alrededor de nosotros con Jensen y lo que pasó con Maudie y el principio de la carrera. —Sacudió la cabeza.

—Hablaba en serio con todo lo que dije e hice ayer. ¿Tú no?

—Claro que sí.

—Entonces deja de preocuparte. —Se inclinó sobre mí y me dio un muy reconfortante beso—. ¿Está bien?

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