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En el camino de regreso al Departamento del Sheriff, me senté entre papá y Harry.

El Agente Greenburg me había ofrecido el asiento del pasajero en la SUV pero no estaba preparada para separarme de papá o Harry, y el sentimiento era mutuo para ellos también.

Papá mantuvo su brazo a mi alrededor mientras que Harry sujetaba una de mis manos. Era un total sándwich Lane entre los hombres de mi vida.

Mi bolso lleno del oro de Pretty Fawn descansando sobre mis piernas. Incluso ahora que todo terminó, todavía no quería dejarlo fuera de mi vista por un instante.

Coronamos la colina en lo alto el Departamento del Sheriff y me quedé boquiabierta. Las furgonetas de noticias de TV llenaban el aparcamiento, sus torres de antena extendiéndose en el cielo.

Inclinándome sobre Harry, apreté mi rostro contra la ventana. Todas las estaciones locales de Atlanta estaban allí junto con algunas de lugares lejanos como Chattanooga.

El Agente Greenburg apenas podía entrar en el aparcamiento mucho menos encontrar un lugar para estacionarse.

Él tocó la bocina en señal de frustración, pero no funciono. Los reporteros y fotógrafos arremetieron contra nosotros. Incluso con las ventanas cerradas, nos acribillaron a preguntas veloces mientras los flashes me cegaban.

—¡Mierda! —exclamó Harry, observando el caos.

—¿Todo este alboroto es por nosotros? —pregunté.

Mi papá rió burlonamente con afabilidad. —Oye, no todos los días te secuestran y te retienen por un rescate mientras tu hija y su novio buscan el oro enterrado.

Harry se río mientras que yo me sonrojé por mi papá usando la palabra "novio" para describir a Harry.

—Creo que tienes razón —dije.

—La gente espera, te abriré la puerta —dijo el Agente Greenburg. Él solito se arrojo a la multitud—. Muy bien, ahora todos retrocedan. Estas personas han tenido una experiencia angustiosa y merecen un descanso. Sé que estamos planeando una rueda de prensa para hoy en la tarde por lo que obtendrán respuesta a todas sus preguntas. Pero, por ahora, por favor, déjenlos pasar para dentro.

Bien él podría haber gritado—: ¡Estampida! porque la prensa lo ignoró. En su lugar, se empujaban y se daban codazos en su camino hacia nosotros.

—¿Es verdad que un Agente resulto herido?

El Agente Greenburg hizo una mueca. —Sí, lo han llevado a un hospital local solo como medida de precaución. Todos estamos agradecidos que su chaleco anti-balas lo salvara.

Los periodistas hicieron más preguntas sobre el derribo de GBI y Jensen. Traté de esconderme detrás de Harry y papá, pero los ojos oscuros de una reportera de sexo femenino apuntaron hacia mí.

—¿Lane, es cierto que después de que fue testigo del intento de asesinato de Maudie Sinclair, luego se vio obligada a huir de Jensen y de sus hombres?

Mi lengua se sentía pegada al techo de mi boca, y el calor corría por mis mejillas bajo la mirada intensa de la cámara.

—Bueno, sí. —Contemplé a los reporteros que salivaron por conocer más de la historia—. Fue tan aterrador. Intentó matarnos varias veces, incluso Harry resultó herido.

Esa afirmación envió a los reporteros a saltar sobre Harry. El abrió sus ojos hacia mí.

—Lo siento —dije por encima del estruendo.

—¿Que tan malo fue el disparo? —preguntó un hombre alto.

—¿Dónde te pegaron el tiro? —exigió la reportera persistente. Harry observó los micrófonos clavados en su cara.

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