Blow Your Mind ♡ Bill Skarsgård.

Capítulo 11.

BILL

Tres meses pasaron  desde que empezamos lo de 'amigos sexuales' con Emma. Nos vemos casi todos los días y cada vez me gusta más. Intimamos en todos los lugares que se pueden imaginar. Eso sólo era la parte sexual, también nos habíamos vuelto muy buenos amigos, podíamos hablar de todo sin problema y eso me gustaba. Hasta el momento iba todo genial. Era jueves y llovía casi torrencialmente. Emma me avisó que después del trabajo había  quedado para cenar con  sus compañeros, en el bar donde nos vimos por segunda vez. Por mi parte, también había quedado en salir con mis amigos al mismo lugar, así que, nos íbamos a ver.

Una hora y  un par de cerveza despuésla veo entrar con un grupo de gente; ella venía hablando con un tipo y mirándolo bien me di cuenta que era el mismo con el que la había visto en el cumpleaños de Alex. Se ubicaron a un par de mesas de donde nosotros estábamos. Noté como me buscaba con su mirada y no pude evitar sonreír. Saqué mi teléfono del bolsillo y le escribí:

— Estoy 4 mesas a tu derecha. (22:15)

— Nadie te preguntó. (22:16)

— Te vi mirando para todos lados y pensé que me estabas buscando. (22:16)

Presione enviar y la mire. Unos segundos después, miró su celular, puso los ojos en blanco y lo volvió a guardar. Me dio mucha gracia, me encanta molestarla. Se levantó y caminó hacia la barra, la seguí. Una vez al lado de ella le dije:

— No tomes tanto.

— No eres mí padre Billy— apretó suavemente mi mejilla. Estaba por contestar pero alguien me interrumpe.

— Em, ¿Que vas a pedir? — ambos nos volteamos, era el tipo que estaba charlando con ella cuando venia entrando — ¡hey! Hola — se dirigió a mí.

Emma le dedico una amplia sonrisa y el se la devolvió. Debo decir que eso me molestó.

— Will, él es Bill Skarsgard. Bill, el es William Moseley, trabaja conmigo en Vogue.

Estira su mano y tuve que estrecharla por respeto. Aparece Sophie y le dice a Emma que la acompañe al baño. Ellas se van y nos dejan solos.

— Cuando se canse de divertirse contigo vendrá corriendo conmigo— soltó de la nada el tipo y lo miré.

— ¿Como? — pregunte confundido.

— Se que tienes sexo con ella a veces.— lo mire sorprendido. 

— No se de que estás hablando.  

— Y está bien por ahora, pero debes saber que yo sí sé como cuidarla y además tengo un trabajo real — dijo despectivamente y apreté la mandíbula — soy con el que se comprometen Bill, tu solo con el que lo hace para desquitar... — antes de que termine la frase tenía mi puño estampado en su cara. 

— ¡¡Bill!! ¿¡Qué hiciste!? — exclama Emma sorprendida  y acercándose al idiota.

Obviamente me sacaron del bar. Mis amigos salieron tras de mí, les dije que no se preocupen que se queden, nos quería arruinarle la noche a ellos. Cuando iba caminando hacia mí auto bajo la lluvia y maldiciendo en mil idiomas escucho:

— ¡Bill! ¡Espera! — Emma, esto si no me lo esperaba, me di vuelta, venía caminando hacia mí completamente mojada— ¿¡estás loco!? ¿¡Por qué hiciste eso!?  

— Me dijo un montón de idioteces sobre nosotros...sobre ti

— ¿Que?— nego con la cabeza— lo hubieras ignorado, es un imbécil, hace años trata de "conquistarme" — dijo haciendo las comillas con los dedos— es bastante pesado, no estoy interesada en el.  

Terminó de hablar, agarro mi mano y me tiró en dirección a el auto, estábamos los dos completamente mojados. Cuando pensé que iba a poder hacerla mía una vez más en mi auto, escucho que Sophie nos llama, al llegar a nuestro lado nos dice si puede irse con nosotros y no me quedó otra que aceptar. Dejamos a Sophie y luego fuimos al departamento de Emma.
Entramos y empezamos a desvestirnos hasta quedar ambos en ropa interior. no puedo evitar que mis ojos recorran su cuerpo, se veía malditamente sexy. Emma junto toda la ropa mojada que estaba sobre el suelo y la llevo para ponerlas a lavar. Yo caminé hasta la isla de la cocina y me senté en una de las banquetas.

— Tu auto seguro es un asco— comento llegando a mi lado y se sentó en otra banqueta.

— si, no importa, mañana lo llevo a lavar.

— ¿Quieres comer algo?

— si, a vos...— respondí mirándola seriamente. Ella sonrió y se puso de pie para acercarse a mí.

Atrapa su boca con la mía, cuando la abandona, la miro deseoso; quiero que entienda que recibirá mucho placer. Recojo su cabello en mi mano y la giro de espaldas a mí. Tentado por la visión de su extenso cuello, le doy besos en la nuca y eso la hace estremecer; le gusta mucho, lo sé. Vuelvo a girarla, suelto su pelo y me aferro a sus nalgas, aplastándola contra mi cuerpo mientras clavo mis dedos en su trasero. Estoy ardiendo. La beso con lujuria, hundo mi lengua en su boca pero mi prisa es tan grande que la cargo de las nalgas y ella, con rapidez, enrosca sus manos tras mi nuca y sus piernas en mi cadera. La siento sobre la isla. Bajo mis manos hasta sus bragas y comienzo a bajarlas lentamente por los muslos; su piel es sedosa al tacto. Me bajo el boxer y libero mi erección. Ella estira la mano y se relame mientras me acaricia con movimientos ascendentes y descendentes. Vuelvo a apoderarme de su boca mientras me hace gemir y temblar con su tacto. Si no se detiene, voy a correrme. Le tomo la mano y la detengo; arqueo mi cuerpo hacia atrás para que entienda que estoy al borde de eyacular.

— Te he deseado mucho, no me hagas esto — le explico, y muerdo sus labios. Luego bajo por su cuello con húmedos besos, desabrocho su sujetador y una vez que se lo quito, le aprieto uno de sus senos. Quiero poseerla ya, no aguanto más. Ella abre las piernas para darme paso; me desea. Tomo mi pene y rozo su entrada con él mientras la miro a los ojos; estoy a punto de enterrarme en ella. Sin más retraso, me introduzco lentamente y ella se aferra a mis brazos. Me muevo dentro y fuera de ella sin apartar la vista de sus ojos. Roto las caderas y cambio el ritmo, suelto sus piernas y me inclino sobre su cuerpo, porque su boca entre abierta es una tentación. Jadeamos con más fuerza, nos falta el aliento; ella grita y sé que ha conseguido el orgasmo; en ese momento, mientras la veo gozar, me entrego a la sensación de sublimidad que me provoca la visión de su rostro sonrojado de placer, y me dejo ir también...el placer es enorme e intenso.