Capítulo 22.

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Alex abrió la puerta, saludo a Bill con un abrazo y luego a mí de igual forma. Le pregunté donde estaba Sophie y me respondió que en la cocina. Caminé hasta allí, me sabia el recorrido dado que ya había venido con Bill antes. Sophie estaba sentada con la pc sobre la mesa, la sorprendí por la espalda plantando un beso enorme en su mejilla y me senté a su lado.

—Hola Sophie —Bill, acercándose y saludándola con un beso en la mejilla. Se sentó en frente nuestro. Alex entro detrás de el.

—¿Qué haces trabajando un domingo?—pregunté mirando la pantalla de su computadora. Había varios diseños de portadas.

—Estoy atrasada... tengo una jefa bastante jodida. "Necesitamos los bocetos para el lunes. Si o si"— bromeó imitándome.

—ja ja muy graciosa.

—¿Que vamos a comer?— Bill cambiando de tema—. Muero de hambre.

— Desayunamos hace media hora— respondi incrédula.

—¿Y qué? Tengo hambre.

—Podemos comprar comida China—opinó Sophie —. Acá a unas cuadras hay un restorán.

Estuvimos todos de acuerdo. Alex y Bill fueron a comprar la comida. Con Sophie decidimos poner la mesa, mientras lo hacíamos aproveché para contarle lo sucedido con mí madre.

—Hoy mí madre llegó a casa cuando estaba con Bill. Desayunó con nosotros...— ella me miró divertida.

—Seguro te quisiste morir. ¿Y qué tal? ¿Cómo le cayó?

—Lo invadió de preguntas. Me dijo que le encanta Bill y quería llevarnos a comer con mí padre, está loca.

—Bueno Em... Hace mucho que no te veíamos tan bien.

— Lo sé. Lo lamento. —dije recordando viejos tiempos.

—Ya pasó Emma. Me alegra verte así — dejo lo que estaba haciendo y se acerco a mi para estrecharme entre sus brazos.

Los hermanos Skarsgård llegaron y nos sentamos a comer. Las risas y el ambiente distendido nos acompañan durante todo el almuerzo. Un rato mas tarde decidimos irnos. En camino hacia el auto mire la hora en mi teléfono, cuatro y media de la tarde.

—Es un hermoso día, podríamos ir a algún lugar...— él me miro sorprendido.

—¿En serio?

—Si —le respondí entrando al auto.

—¿Y la gente? ¿Los fotógrafos?—preguntó acomodándose a mí lado.

—No importa. No podemos escondernos para siempre ¿No? — me miro como no pudiendo creer lo que escuchaba.

— Genial, te quiero. ¿Donde quieres ir? —me dedicó una enorme sonrisa.

—Yo también te quiero. No lo sé, sorprendeme — respondí sonriendo y estire mí mano para acariciar su mejilla.

—ok...— quedó pensante unos segundos — Ponte el cinturón — puso el auto en marcha y me sonrió.

Obedecí y acto seguido prendí la radio. Después de pasar unas cinco emisoras escuché la voz de el cantante de BØRNS entrando por mis oídos y me detuve ahi, subí el volúmen.

—¡Me encanta esta canción! —Dije mientras aplaudía y cantaba "Electric love" como si fuese una niña, a lo que Bill sonrió.

"Baby, you're like lightning in a bottle. I can't let you go now that I got it. And all I need is to be struck by your electric love..." —lo miré asombrada.

—¡Te la sabes! —me reí con ganas. El se encogió de hombros sonriendo — ¿a donde vamos?

— Es una sorpresa—lo miré entrecerrando los ojos — Tú lo pediste.

Me guiñó un ojo y sonrió con ganas, aunque sus ojos, expresaban algo más, algo que no sabría describir. Unos minutos mas tarde, llegamos a un enorme estacionamiento y Bill busco un lugar donde estacionar. Bajamos del auto y comenzamos a caminar de la mano, no tarde mucho en darme cuenta del lugar donde nos encontrábamos dado a lo que estaba ante mi... un inmenso cartel en el cual se podia leer "New York aquarium" le sonreí emocionada, el tiró de mi hacia el interior, despues de hacer una pequeña fila, compramos los tickets y empezamos el recorrido.
Paseamos como media hora por el inmenso e impresionante acuario ayudados de un pequeño mapa que nos habían dado en la entrada. Ahora estábamos parados en el medio de una especie de túnel observando a los enormes y coloridos peces ir y venir frente, arriba y detrás nuestro. Mientras que Bill los observaba atentamente, como si el tiempo se hubiera detenido, yo lo observé a él a cámara lenta. Solo podía mirarlo embelesada, sus ojos, su parpadeo, su sonrisa y es que, aún cuando no lo pretendía, resultaba impresionante, y mucho más ahora, bajo esa luz azul tenue que en ese momento nos rodeaba. Se percata de mi mirada y dirige su vista hacia mi, me sonríe dulcemente y acomoda un mechón de pelo detrás de mí oreja izquierda.

— Eres hermoso — digo y sonríe. Me acerco a su cara y deposito un beso en su mejilla. Tomo su mano y tiró de él para seguir recorriendo el lugar, pero antes de salir de allí me hace detener.

— Quiero decirte algo.

— Dime...—  lo mire atentamente.

Espera a que las pocas personas que están a nuestro lado avancen y cuando ya no queda nadie toma aire...

— Estoy enamorado de ti Emma, lo sabes. Me encantas, me fascina tu forma de ser, de hablar, como me miras... Quiero que conozcas a mí familia, a mis amigos, quiero compartir toda mí vida contigo. Emma, realmente quiero apostar a esto — habló mirándome fijamente a los ojos y parecía que el corazón se me iba a salir del pecho de tanta felicidad. Levantó la mano que tenía libre y me tomó suavemente del mentón— ¿Quieres ser mí novi...

No lo deje terminar. Tomé su cara entre mis manos y atrapé sus labios con los míos.

— Te amo —  solté al separarnos juntando su frente con la mía.

— Supongo que eso es un si.

— Si...— susurré sobre sus labios y volví a besarlo, pero esta vez con más suavidad.

Cuando nos apartamos, me miró con ese brillo especial en los ojos, que accionó mis terminaciones nerviosas, haciendo que la libido hasta ahora controlada, aflora sin poder detenerla, quise volver a besarlo pero se apartó unos centímetros.

—Espera... Emma...—susurró con su sonrisa torcida, que me volvía loca.

 —¿Qué? 

 — Estamos en un lugar público y no me puedo resistir a ti.

— ¡Buuu! que aburrido Skarsgård. — respondí alejándome — vamos, quiero ver las medusas.

Estuvimos un rato más allí, recorriendo el lugar y disfrutando el momento; Bill no paró de hacerme y hacernos fotos.  Poco después y agotada por la increíble tarde le rogué por favor que nos sentáramos en algún lugar para descansar. Diez minutos después, estábamos sentados en la terraza de una cafetería muy linda. Una hora después, estábamos dentro del auto volviendo a casa.

—Me estoy muriendo de sueño, necesito mi cama — agregué mirándolo.

—No, ven a dormir conmigo.— dijo acariciando mi mejilla.

—Tengo que trabajar, Bill.

—Pasamos a buscar tus cosas y luego vamos a casa —me contestó con la vista fija en la calle —. Por favor Emma, sabes que mañana me voy a LA por la comic con y no te veo hasta el jueves. Además, tenemos que celebrar como se debe nuestro noviazgo — agregó con una sonrisa pícara, al notar que estaba dudando. 
Reí ante eso y le respondí con un simple:

—Está bien.

Eso fue lo último que recuerdo, hasta que Bill me despertó cuando estacionó frente al edificio.
Una vez dentro de mi departamento tome deprisa todo lo que necesitaba y volví a bajar.

Blow Your Mind ♡  Bill Skarsgård.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora