Emma Jones; una joven de 27 años que trabaja para una de las revistas más importantes en el mundo de la moda, conoce a Bill Skarsgård durante una sesión fotográfica y la atracción entre los dos se hace cada vez más fuerte. No pasará demasiado tiempo...
Jueves. Hoy teníamos una junta importante; había entregado las pautas que se tratarán en la reunión a Samantha y le había solicitado que haga copias y que las distribuya en la sala de conferencias en cada puesto. Una vez que ella abandona mi oficina me tomo un descanso y apoyo la espalda en el sillón. Al instante me maldigo por pensar en Skarsgård. Había pasado una semana desde que todo se había ido a la mierda. «¡Maldición!». No puedo dejar de blasfemar, ya que hasta ese momento el trabajo había acallado mis pensamientos, pero ahora que he hecho un alto en mis actividades, inmediatamente han regresado a mí. «Parezco idiota». Un golpe en la puerta me saca de mis pensamientos.
—Adelante. —Samantha volvió a entrar, esta vez traía un sobre en una de sus manos.
—Emma, te dejo la invitación a mi boda —dijo entregándome el sobre blanco y muy lindo, por cierto. La mire sorprendida.
—¿Te vas a casar? ¿Cuándo? ¿Por qué no me contaste nada? — la invadí con preguntas.
—Si, en dos semanas. Te note muy ausente en estos días por eso no quería molestarte.
—No Sam, eres mi mano derecha, no me molestas.
—Gracias Emma.
—¿Estás segura de esto? —ella miró extrañada— digo, de casarte... tan joven.
Sam solo tiene 23 años.
—si. —dijo segura—estoy muy enamorada. Espero que puedas ir...
—sí, claro. —respondí—te felicito Sam—Ella me dedicó una sonrisa y salió por la puerta.
Esta chica esta loca, paso por mi mente cuando estaba leyendo la invitación, volví a meterla en el sobre y la guarde en uno de los cajones de mi escritorio. Volví a trabajar. Un poco más tarde me encontré en la sala de redacción con Sophie.
—Tiene 23 años, está loca. —Sophie puso sus ojos en blanco ante mi comentario.
—Está enamorada Emma. Tu porque eres una fría de mierda.
—Y- yo
—¿Qué? ¿Qué vas a decir, a ver? —no pude formular ni una palabra— Exacto. Nada, tengo razón.
—ya, vamos a trabajar —dije y ella comenzó a reír.
Volvimos a trabajar y el resto del día se pasó volando. Llegué a casa, me di una ducha y me acosté a mirar una película, a la cual no le preste mucha atención porque mí mente estaba en otra parte... Bill. Agarre mi teléfono, busque su nombre entre mis contactos y me quedé mirándolo un rato, pensando si llamar o no.
—No Emma, ya está, déjalo ser... —me dije a mí misma. Apague la TV y unos minutos después caí en un sueño profundo.
Me levanté sin chistar tras el sonido de la alarma. Hoy Vogue USA iba a dar una fiesta por su 125 aniversario y todo el mundo iba a estar ahí. William me preguntó si quería asistir con él y, como no había nadie más interesante, le dije que si. Estaba en casa con mi estilista. Habia optado por un vestido color piel y un maquillaje bastante tranquilo. Una vez lista, espere a que pasaran por mí.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Al entrar al recinto y me dediqué a observar el lugar; estaba iluminado solo por los candelabros que colgaban del techo, dándole un toque único y bastante elegante. El DJ ambientaba el lugar con un remix de 'In The Air Tonight' (Panski & John Skyfield). La gente bebía y charlaba animadamente. Estaba lleno de celebridades, modelos, fotógrafos; personas que habían participado alguna vez en Vogue. Williams, se separo un momento de mi y fue hasta la barra a buscar algo para beber. Mucha gente conocida se acercó a saludarme, entre ellos uno de los organizadores del evento, con el cual me quedé charlando. En eso, dirijo mi vista hacia la puerta del salón y veo a Alexander ingresando, detrás de él venia Bill, enseguida me di vuelta dándoles la espalda, no quería ni cruzar mi mirada con la suya. Después de unos minutos de charla, el tipo con el que estaba hablado se fue y mi amiga se acercó a mí.
—¡oh! Mira, llego Alex —exclamo feliz—y esta con Bill...
—No me interesa.—respondí algo cortante, tratando de sonar desinteresada. Ella sonrió.
—Está hablando con una chica... —puse los ojos en blanco—es la misma con la que estaba en el bar la otra noche.
—No te pedí que me digas lo que hace Sophia.
—Voy a ir a saludar— dijo ella ignorándome completamente y pasando por mi lado.
—Como quieras...
Algunas veces su actitud me hacía pensar que era mi enemiga más que mi amiga. Sophie se fue dejando a mi vista a Will que se acercaba con dos copas de champagne en sus manos y me ofreció una.
—Gracias Will —dije sonriendo. La estaba pasando bastante bien en su compañía.
—Vamos a sentarnos, Jack nos espera —Tomó mi mano y comenzamos a caminar hacia la mesa, cuando levanto la vista veo a Bill mirándonos seriamente. Se veía tan guapo y arrebatador como siempre, cómo idiota no me salió hacer otra cosa que desviar mi mirada de la suya.
Llegamos a la Mesa donde se encontraba Jack con su pareja y un par de compañeros de trabajo. Después de un rato de charlas, risas y de disfrutar del Don Perignon, tuve la necesidad de salir un segundo. Estaba lleno de gente y necesitaba, como era habitual en mi, tomar aire. Me puse de pie, me disculpé diciendo que en un momento volvía y caminé hacia la parte trasera del salón, donde pasando los baños, había un lindo jardín. Abrí la puerta y pude ver que bajando unos escalones se encontraba una plataforma, allí había un par de sillones y más abajo siguiendo las escaleras, un pequeño camino de piedras que guiaba a una especie de cascada artificial con luces. Camine hasta el inicio de la escalera y me quede allí. Me encontraba disfrutando del casi silencio, ya que aún se podía escuchar la música a lo lejos, cuando mis pensamientos son interrumpidos por una voz.
—¿Estás bien Em? —me di vuelta. Williams caminando hacia mí y parándose a mí lado.
—Will, si... solo necesitaba un poco de aire.
—¿Te molesta si me quedo?
—No, eres mi pareja esta noche —bromee. Él bajo un escalón y se paró delante de mí, acomodó un mechón de pelo que me caía sobre la cara detrás de mí oreja izquierda y comenzó a acercarse lentamente hasta que sentí sus labios sobre los míos. Definitivamente, no debí decir eso.
—Will... yo no... —trate de hablar separándome un poco de él, pero me cortó.
—Emma, solo déjate llevar... —susurro y me apretó más contra él agarrándome de los brazos con fuerza.
—No Will, enserio... me estas lastimando.—dije un poco alterada y trataba de soltarme mientras él seguía haciendo cada vez más presión sobre mis brazo.