Capítulo 23.

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Suena la alarma y me despierto, al principio sin saber bien dónde me encuentro, hasta quefijo la vista y veo que estoy en el cuarto de Bill.Busco el móvil para darle fin al ruido y mirar la hora. Las seis de la mañana. Anna otra vez se iba de viaje, pero antes había programado una reunión. Eso significa que iba a tener el doble de trabajo. Bill gruñe y se despierta despacio y con desgana.

—Vuelve a dormir otro rato. Te avisaré cuando me vaya. —Me inclino sobre él para darle un beso. Se estira y agarra su teléfono.

—Joder, son las seis de la mañana. ¿En serio, Emma?

—Tengo que empezar el día con tranquilidad. Es mi rutina.

—Tu rutina es una mierda.

—Y tú eres un cascarrabias por la mañana.

—¡No es por la mañana! Es plena noche— Me río de él mientras agarro mi ropa y me dirijo a la ducha .

Me encanta que esté de tan mal humor por la mañana, que el pelo se le ponga de punta y no parezca en absoluto una estrella de cine. En su lugar parece justo el hombre al que amo con todo mi corazón. Salgo del cuarto de baño, vestida y lista para ir a trabajar. Bill esta plácidamente dormido así que decido no despertarlo. Me acerco a él, vuelvo a besarlo suavemente y camino hacia las escaleras.

Bajo del taxi y entro al edificio donde trabajo. Samanta, con aspecto ojeroso me esperaba en la recepción sosteniendo un café de starbucks.

—Gracias Sam.

Pase mi tarjeta por el lector electrónico y, codo con codo, recorrimos en silencio los tortuosos pasillos hasta el centro de la planta, donde se hallaba mi oficina . Abrí la puerta y arroje el bolso y el abrigo sobre mi escritorio, volví a salir, ahora hacia el despacho de Anna. Su secretaria me anuncio y pude escuchar como decía que pase.

—Emma querida tu no tienes que anunciarte - me dijo sonriendo. Me acerque a su lado para darle un beso.

—Anna ¿Como estas? — volví para sentarme en la silla que estaba adelante de su escritorio y por ende de ella. Comenzamos a hablar, me fue enumerando una por una las tareas que debía realizar mientras ella no estaba. Luego caminamos hacia la sala de juntas. Ahí habló sobre de lo que tenia en mente para la próxima edición; quería que el próximo ejemplar llevara el título de "women rules" y por lo tanto íbamos a tener varias modelos en la portada, artículos sobre mujeres empoderadas, etc.

—Recuerda que quiero a mis chicas sonrientes Emma. Dile a Lucía —la redactora de moda a cargo de las fotos—que quiero chicas felices, limpias, sanas, que enseñen muchos dientes. No quiero caras tristes, ni ceños ni maquillajes oscuros. Las quiero radiantes. Hablo en serio, Emma, no aceptaré otra cosa— hablaba sobre las modelos.

—Si, entiendo— dije y a mí lado estaba Sam anotando todo lo que Anna me pedía.

—Nos vemos la semana que viene en la fashion week. Me mantendré al tanto contigo para que me cuentes como va todo— Se dirigió a mi, nos saludamos y volví a mi oficina.

—Samantha podrías contactar a lucia por favor y pásame la llamada —le dije entrando a mí despacho.

Me recosté sobre mi asiento cerrando los ojos y espere a que Sam me pasara la llamada. Podía escuchar como el resto de los empleados empezaron a llegar, mire el reloj, eran cerca de las diez de la mañana. El departamento más numeroso era, naturalmente, el de moda, con casi treinta personas, incluidos los ayudantes de complementos. Los departamentos de reportajes, belleza y arte completaban el cuadro. Una vez que Anna se fue, comenzamos a trabajar en "El libro"; era un conjunto de hojas unidas por una espiral tan grueso como una guía telefónica donde se maquetaba y componía el número actual de Vogue. El departamento artístico creaba su nueva composición e introducía las fotos que llegaban. Los redactores enviaban los cambios que se iban haciendo al ayudante artístico, quien, horas después de que el resto del personal se hubiera ido, pasaba las imágenes, composiciones y palabras por una pequeña máquina que enceraba el envés de las hojas, y luego las pegaba en la página pertinente del Libro. Y por ultimo el departamento editorial retocaba e imprimía el ejemplar que, al fin, había obtenido la aprobación de Anna. Mí teléfono sonó y atendí sin mirar.

¿Por qué no me despertaste? Quería desayunar contigo antes de irme. -Bill del otro lado. Sonreí.

—No te quería molestar, estabas muy relajado. ¿A qué hora tienes el vuelo?

En 1 hora, ya estoy yendo hacia el aeropuerto.

—Oh...ya te extraño — dije haciendo pucherito, aunque obviamente el no me veía. Mí teléfono sonó. Samantha había contactado a Lucía—Debo colgar tengo una llamada importante. Avísame cuando llegues.

—Está bien. Te amo— en mi cara se formó una sonrisa de oreja a oreja y mi corazón empezó a latir con fuerza ante aquellas palabras.

— También te amo.

Levante el teléfono de linea. Me puse a hablar con Lucía y a darle las indicaciones de Anna. Las próximas fotos iban a realizarse en Brasil. Las horas pasaron, Bill volvió a llamarme; dijo que estaba en camino al hotel y que después tenia que realizar un par de entrevistas. Cuando finalizó la conversación volví a mí trabajo. Una vez que el reloj marcó las 20hs volví a casa. Estaba exhausta. Al entrar saque mis zapatos y los dejé tirados por ahí, apoye mí bolso en un sofá y caminé hacia la cocina. Abrí la heladera, saque una botella de agua y me dirigí hacia mí habitación. Prendí la TV y me tiré sobre la cama. A los pocos minutos caí en un sueño profundo.

Blow Your Mind ♡  Bill Skarsgård.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora