Cuenta la historia de tres chicas que tienen algo en común; Son novias espías y muy celosas. Cuenta cómo a medida que pasa el tiempo, la confianza y el lazo entre las parejas se hace más fuerte pero también cuenta cuán fácil se puede romper la confi...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Voy abriendo los ojos poco a poco, lo primero que veo es la ventana entre abierta con las cortinas negras. Sigo con mi recorrido viendo la ropa de Nam en una esquina tirada, recuerdo todo lo que pasó ayer y sonrío. Volteo dispuesta a abrazarlo, pero me encuentro con la almohada. ¿A dónde fue? Me levanto con cuidado poniéndome su camisa. Salgo del cuarto y bajo las escaleras sin hacer ruido, me asomo y no está en la sala. Voy a la cocina y lo encuentro preparando el desayuno. Solo está vestido con un bóxer, su espalda está tan perfecta que me la quiero comer así que me acerco abrazándolo por la cintura y depositando un casto beso en su espalda.
-Buenos días amor.- Le sonrío.
-Buenos días bebé.- Me responde enseñándome sus hoyuelos en una sonrisa, cuanto amo que haga eso.
–Iré a bañarme, no tardo.-
-Está bien.-
Corro al cuarto, busco mi ropa colocándola sobre la cama. Tomo el celular entrando al baño y lo coloco en altavoz para poder hablar. Tengo cinco llamadas perdidas de Soo Rim.
-¿Soo Rim que tal va todo?- Pregunto mientras me voy quitando la ropa.
-Todo está bien, tenemos una cita para las 1:00pm. ¿Estarás bien con eso?-
-Sí, me acabo de levantar. Desayunaré y luego iré a casa. ¿Cómo está mamá?-
-Le ha pedido a papá que hiciera su desayuno favorito otra vez, papá está como loco buscando los ingredientes.- La escucho reír un poco.
-Ayúdalo, no seas mala.-
-Lo intenté, pero él no me dejó.-
-Está bien.- Sonrío. –Te veo en casa, nos vemos.-
-Nos vemos.-
Colgué la llamada y me metí a la ducha, el agua está refrescante. Espero que en la cita todo vaya bien. Termino, me coloco la toalla y al abrir la puerta me encuentro con Nam.
-¿De qué cita hablabas?- Por Dios, casi me mata de un susto y él me pregunta por eso.
-Es una cita de trabajo, quien sabe si nos acepten.-
-¿Trabajo?- Me interroga con la mirada.
-Si.- Paso por su lado. –¿Me estabas espiando?-
-Para nada, vine a preguntarte si querías chocolate, café o jugo. Luego te escuché hablando y mis padres siempre me han enseñado a no interrumpir en una conversación.- Me sonríe.
Claro...yo sé muy bien que no fue así.
-Mi amor...- Suspiro. –Es una cita de trabajo, más o menos como una entrevista. Iremos todas, no tienes nada de qué preocuparte.-