Capítulo 1: Una mañana normal...

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Sam:

El despertador sonó, y de mala gana lo apague. Miré el techo de mi cuarto y me froté los ojos en un intento de despabilarme. Otro día fingiendo, pensé. Habían terminado las vacaciones, y los anteojos y los suéteres volvían a invadir mi vida cotidiana. Y todo para ocultar que soy “La Venenosa, una de las mejores boxeadoras clandestinas.”

Me levanté de la cama y me dirigí a mi guarda ropa. Busqué entre la ropa las cosas que usaba para mantener mi reputación de “La Nerd”. Tomé unos jeans azules un poco gastados, unas Converse negras con tachas doradas, un buzo gris que decía con letras negras “nerd”, y un gorro de lana. Mi papá y Lucas, mi mejor amigo, constantemente me decían que tenía que dejar de usar esa gafas y esos suéteres, pero yo me negaba, y sobre todo a la parte de los suéteres, porque eso era lo que ocultaba el tatuaje de mi brazo, que era una serpiente enrollada en mi brazo hasta mi hombro, pero no estaba terminada, le faltaba la mitad del cuerpo.

Salí del guardarropa, y salude a Dafne, mi serpiente, que estaba en la jaula. Tomé mi mochila y salí del cuarto. Al bajar me dirigí a  la cocina, donde estaba mi papá, y como era de costumbre, sin camiseta. Papá era un boxeador profesional actualmente, pero antes era un boxeador clandestino, como yo.

 — Hola pa— me acerque a él y le di un beso en la mejilla.

— Hola bebe — me respondió.- Todavía no entiendo porque seguís llevando suéter al colegio.

— Como que sería raro que la nerd tenga tatuada una serpiente enroscada el brazo — le sonreí.

 — Como digas…

Tomé un vaso de jugo y me despedí de mi papa.  Salí de casa y me dirigí a mi moto, una Harley Davidson. En cinco minutos ya estaba a dos cuadras del colegio. Estacione la moto y me baje. No la estaciono cerca por la misma razón por la que uso siempre buzo, detesto que la gente de mi instituto me mire. Si paso desapercibida, voy a seguir con mi vida tranquila, pensé.

Blake:

Sonó el despertador y le pegue para que el irritante ruido cesara. Me levante  de mi cama y fui al armario. Saque una remera lisa blanca, unos jeans gastados y una cazadora negra. Me puse mis DC y baje a desayunar.

A mis padres se le ocurrió mudarse de Inglaterra en mi último año de instituto, y no soportaba la idea de empezar en un instituto nuevo, donde quizás sea el único que pelea.  El Ángel, era uno de los mejores en Inglaterra, pero… ¿En Los Ángeles? No, acá estaban las leyendas, The golden boy, Terror negro, El intocable, El dios clandestino, y La Venenosa. Nunca dejaban que les sacaran una foto, ni a ella ni a los nombrados anteriormente. Eran leyendas del boxeo, y solo les veías las caras cuando entrabas en el área a pelear.

Si algún día lograse pelear con ellos, cumpliría mi meta. Pero en Los Ángeles las reglas de juego cambian.  Hay que empezar de abajo, y a medida que vas mejorando te  van cambiando de lugar, de nivel. Ellos están en la cima, muy lejos de donde yo me encontraba.

Es una locura que a mis padres se les ocurriera mudarse en mi último año de instituto.  Iniciaría hoy en West High College, y no me entusiasmaba demasiado. Baje, y agarre una manzana y salí de la casa. Tire mi mochila en la parte de atrás de mi deportivo negro y me subí en el asiento del conductor. Encendí el auto y me dirigí a mi nuevo colegio...

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Un Kiss, SamNovels

Two faces |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora