Capítulo 4: Medias verdades...

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Sam:

Lucas me paso a buscar y me llevo a casa en mi moto. Estaba cansada, mi orgullo no estaba roto al menos. No me preocupaba, ya que era una práctica, y además estuve peleando con John, o mejor conocido como El dios clandestino. El era mi entrenador, y como lo decía su nombre era un “dios”. Era uno de los mejores, pero algún día yo lo voy a dejar tirado en el suelo, en vez de él a mí.

Llegamos a casa, me baje de la moto. Me habían pegado bastante, y sentía como mi ojo palpitaba gracias al golpe. Mañana iba a necesitar una buena capa de maquillaje en el ojo izquierdo.

Las luces del cuarto se veían apagadas desde afuera, y las de la cocina, el living y el comedor estaban prendidas. Cuando entramos, estaba Greta, la chica que trabajaba en casa, en la cocina. La salude, y ella me devolvió el saludo. Cuando entramos al comedor estaba mi papá con una cerveza en la mano.

— ¿Cómo te fue, chiquita? — me preguntó. Lucas no me dio tiempo a responder.

— John le dio la paliza que se merecía. — dijo, mientras se tiraba en el sillón y agarraba dos cervezas.

— ¡Cállate, idiota! ¡Que a ese tal Cameron le gane! — me quejé.

— Mi amor, lamento informarte, pero Cameron entro hace dos días. — Lucas tenía razón.

—  Golpe bajo — dijo mi papa.

— Golpe bajo, es el que les voy a dar a ustedes dos si no se callan. — Mi tono de voz delataba que no era cierto.

Me senté en el sillón y agarre un de las cervezas que tenia Lucas en la mano. Le di un sorbo y me recosté. Entonces mi papa hablo.

— Un amigo de Inglaterra me contó que El Ángel esta en Los Ángeles.

— Seguramente, El Ángel pensaba que esta ciudad era su destino — bromeó Lucas.

— ¿Y ese quién es? –pregunté yo, ignorando el comentario de Lucas.

— Era el mejor boxeador de allá. — Me explicó — Sus padres se mudaron a acá. Este amigo mío lo conocía, y me conto que su meta era pelear con The golden boy, Terror negro, El intocable, La biblia del boxeo, El dios clandestino o con La venenosa.

Me reí

— Todos saben que en Los Ángeles cambian las reglas de juego. Tienes que ganarte el poder pisar nuestro galpón. Yo lo hice hace un año.

— Podríamos facilitarle las cosas. — Propuso papá.

— ¿Cómo vos me propusiste a mi? — dije. Solté una risita. — No. Si se llega a enterar que por eso llego tan rápido a la sima, su orgullo se va a ir al infierno tan rápido como subió. Déjenlo que llegue por su cuenta. — Expliqué. — Ahora no quiero pensar en todo ese rollo, miremos tele.

— No, chiquita, hay que limpiar la sangre. — Dijo Lucas. Mi papá se paro y busco el botiquín.

Cuando volvió, agarro un algodón y agua oxigenada, y empezó a limpiar el corte de mi ceja. Después me limpio el poquito de sangre seca de mi nariz y de la comisura de mi boca. Mi papa se preocupaba por mí, pero también le gustaba que peleara. No se quejaba cuando venia así, pero siempre era el encargado en limpiar las heridas.

Cuando termino, me sonrió y fue a tirar el algodón. Cuando volvió, se sentó entre Lucas y yo, y nos abrazo por los hombros. Después de mirar la tele un rato, vino Greta con una bandeja con cuatro platos. Le hice un lugar al lado mío, y comimos los cuatro viendo la tele. Vimos Rápido y furioso 6. Cuando termino, mi papa se volteo a Lucas y le preguntó:

— ¿Rubio, te quedas esta noche? — Mi papá no se preocupa por Lucas, sabía que era mi mejor amigo, como mi hermano. Además, él sospechaba que sabía que yo no era virgen.

Se hicieron las doce de la noche y con Lucas no fuimos a mi cuarto. Tenía una cama de dos plazas, entonces dormíamos en la misma cama, pero Lucas sabia que se intentaba algo su carita no sería la misma en la mañana. Me cambie, y me metí en la cama.

Blake:

Me quede pensando en la chica con la que se encontró Lucas. Llegue hace tres días y ya ando con dudas. Me pase toda la noche pensando en eso. ¿¡Quién era esa chica!? Estaba sentado en mi cama, mirando el suelo, entonces, me acuerdo que tengo que ir al colegio. Me cambio y agarro mis cosas. Cuando bajo no encuentro a nadie. Típico. Mis papas ya se fueron. Me subí al auto y me dirigí al colegio.

Ayer, después de alcanzar a Lucas donde esa chica, me fui a la dirección que me había dado un amigo, para poder empezar a pelear. Cuando llegue, me dijeron que tenía que hablar con un tal Dante. Era un tipo alto, robusto, con muchos tatuajes, morocho y de ojos cafés casi negros. Era intimidante en cierta forma. Le dije que quería empezar a pelear y me respondió que empezaba hoy a la noche. Dijo que iba a ir alguien importante a ver los entrenamientos de hoy. También dijo que eso no aseguraba que alguien subiese, pero había una posibilidad.

Cuando llegue al colegio, vi a Lucas. Pero no iba solo, iba con la nerd. Ella le dijo algo y él se rió. Ella también se rió y  ella le dio un leve golpe en el hombro. La nerd sacudió la cabeza y se despidió de Lucas. Cuando ella ya estaba lejos, me acerque a Lucas.

— Hola, Lucas — le dije. Entonces le pregunté sin rodeos: —  ¿Te juntas con “la nerd”?

— Hola Blake. Yo estoy bien, gracias por preguntar, ¿y vos? — bromeó y luego rodó los ojos — Si me junto con Sam, y no veo cual es el problema. — Él se encogió de hombros. — El problema es que no la conoces. Bueno, también está el tema de que te juntas con Trent, y se podría decir que ellos dos son como perro y gato por una, simple razón.

Se rió. Recordé la piña que Trent le había dado a ella ayer, y también recordé lo despreocupado que había actuado Lucas por eso.

— ¿No te preocupa que le peguen? — Entonces me miro un segundo y después… Estalló en una risa.

— Como te dije antes, no la conoces. —  Dijo. — Me voy, tengo que sacar algunas cosas de mi casillero. — Y se fue, dejándome con la duda.

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Se que es corto, pero no estab muy inspirada. Promero que el prox. cap va a ser un poco más largo...

Un Kiss, SamNovels

Two faces |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora