Entry 7

1.5K 168 13
                                    

Hace cerca de un año o más, ella fue cambiada de habitación, no tenía ventanas, por lo que no le podía dar mis cartas y a ella ya no le permitían dar clases fuera, tenía un tutor privado.

El Señor Máximo, tan amable como siempre, me preguntó una vez, ¿por qué tanta tristeza? Y no le supe responder.

Mi pequeña Bonnie, la verdadera luz se le estaba haciendo un vago recuerdo, mientras yo ideaba planes absurdos que no servían, esos trogloditas no me dejaban verla.

Me decidí en ir a su casa el día 9 de octubre de 1907, cerca de las 700 horas, era un día lluvioso, con mucho frío.
Yo acababa de tocar la puerta, entré sin recibir invitación. Aquel hombre me tenía harto.

-Se lo pediré...

-No queremos que la veas, ni que le hables, ni que le escribas y menos que la toques, tú lo dijiste, es ahora de nuestra propiedad - quise objetar pero - Elizabeth está ocupada en su ropa, en su rostro, su batalla por sus 30 le están haciendo demasiado difíciles aunque yo la veo bien - recorrió el lugar con la mirada y se sentó en uno de los sillones rojos del lugar-

-Sólo quiero saber si esta bien, y... Quiero ver sus calificaciones con su profesor particular, quiero su dirección, necesito hablar con aquel sujeto, por favor, Señor Crown - negó sonriente - solo hágame este simple favor, estoy preocupado, esa niña no a visto la luz del sol en casi dos años, cumplirá sus 12 en tres meses y yo aún no sé nada de ella-

-Ow ¿llorará? Porque... Puede hacerlo afuera, donde está su pútrida luz del Sol - se paró dando un sonoro golpe a la mesa - Además, debería tener más educación, usted no es más que un simple sirviente que quiere cumplir el deseo de su amo ya muerto - miré hacia otro sitio -

-Vendré cuando ella tenga 16 años, ella nació en la noche, cerca de las 22, vendré a buscarla ni bien sea eso, y nadie va a poder quitármela, Señor Crown, nadie se interpondrá en que esa pequeña venga conmigo- negó -

-Usted, mayordomo de cuarta, no la verá ni aunque tenga 20 años, no pienso darle esa satisfacción a Ciel Phantomhive, me la quedaré y haré con ella lo que me venga en gana, será igual a Sukii, supongo que su cuerpo lo será de igual manera - mis puños se apretaron a ambos lados de mi cuerpo.

No puedes golpearlo, Michaelis.

-Puedes irte, sirviente -

Caminé a paso seguro, y no importandome los gritos que escuchaba del personaje detrás de mi, el cual buscaba una pistola, grité.

-¡Bonnie dónde estás! ¡Bonnie! -

-¡aquí! ¡Aquí! - escuché, tosió, estaba dentro de una habitación, casi al fondo. Me acerqué a la puerta notando que estaba cerrada por fuera.

-Escucha Bonnie, cuídate mucho princesa, por favor aprende todo lo que puedas y no dejes que nadie te toque - sentí los disparos en mi espalda rodé los ojos- Tranquila Bonnie, no pasó nada, te quiero, te quiero mucho -

-¡Sebastian! ¡Sácame de aquí por favor! ¡Sebastian no te vayas! ¡¿Estás bien?! -

-Claro que sí nena, nos veremos luego -

-¡Sebastian por favor no me dejes!-

Levanté las manos.

-¿puede dejar de disparar? No moriré aunque descargue todo eso -

Tomé la pistola y me la llevé.

Aquel hombre sólo se desmayó.

-¡qué ocurrió aquí! - ella salió de la habitación rápidamente y se arrodilló al lado de su prometido, le dio unos golpes suaves en la mejilla, lo zarandeó pero...

-Buenas noches señorita Elizabeth, descuide, solo tirele algo de agua helada y estará mejor, sólo se desmayó -

-Sebastian- escuchaba, sin embargo, tuve que irme de allí.

No supe lo que ocurrió luego.

Llegado su cumpleaños número 12, volví a la casa, pero no me dejaron pasar. Quería golpear a ese sujeto.

Fui en navidades, tampoco.

En año nuevo, menos.

En la Noche de Burn (25 de enero) llevé incluso les hice Powsowdie (caldo de cabeza de oveja) que es un típico menú que se come ese día, pero ellos, al ser tan ignorantes con respecto a no saber quién es el poeta escocés Robert Burn, tomaron la comida y me cerraron la puerta en la cara.

En San Valentín (14 de febrero) no.

En San Patricio (17 de marzo), ni hablar.

En Día de brujas (31 de octubre) el hombre abrió la puerta me dijo: ahora mismo estoy hasta arriba, pero sigue insistiendo.

En el cumpleaños del Rey Eduardo VII (noviembre 9), ja, se burlaron de mí y me tiraron un pastel a medio comer.

Finalmente, en su cumpleaños, 13 años.

-¿No entiendes que te ves patético haciendo esto? Vete de una vez, Imbécil -

La señorita Elizabeth nunca me había gritado tanto.



Cartas para la pequeña Phantomhive (Sebastian Michaelis)  (Temporada 2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora