Entry 11

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Primero que todo, quiero preguntarles algo, me gustaría que no me ignoren y lean este problema muy pequeño que tengo.

Wattpad está mal, no me guarda las novelas y últimamente, así está:

Como ven, no hay votos ni comentarios, es algo extraño porque no me deja votar ni siquiera a mí

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Como ven, no hay votos ni comentarios, es algo extraño porque no me deja votar ni siquiera a mí.

Me gustaría saber si pueden comentar en este capítulo o votar.

Eso es todo, disfruta :)

Si es que lo ves.


Narra Bonnie.

Escuché un grito, por lo que me aferré más a Sebastian.

Cuando el grito paró, comenzamos a caminar.

-No abras los ojos ¿está bien? - asentí de nuevo -

-Soy una buena niña, te lo prometí- me acarició la cabeza -

-Claro que sí, conejita-

-¡Bonnie no vayas con él! ¡Él mató a tus padres! ¡Te matará a ti también!- mi tía habló-

-más daño del que me hicieron ustedes no me hará -

-Cielito no los abras - 

Sentí el frío al momento, mi papá decía que le gustaba sentir el viento golpear en su cara cuando Sebastian corría, al parecer, acertó también a mi gusto.

Anoté varias cosas que recordaba, pero no era mucho.

Recordaba lo que papá me dijo de Sebastian, que era un demonio y que en algún momento debía comer su alma, pero también me dijo que él me protegería, me cuidaría y me amaría, recuerdo que repetía, él nunca te haría daño.

Y yo confío en él.

Luego recordaba que mamá decía que papá era amable cuando quería y cuando no, simplemente se iba a trabajar, o algo así.

Cuando se detuvo...

-Abra sus ojitos - al hacerlo, di un grito viendo la casa en frente y como el techo estaba lleno de nieve, era tan bonita y jale un poco hacia abajo queriendo bajarme -

-¡Quiero ver, quiero ver! ¡Bajame por favor! - rió -

-hay nieve en el suelo cariño - hice un puchero -

- porfis - suspiró, me bajó, me tiré boca arriba - ¡esto es genial! ¡Me encanta, me estoy congelando! -

-¡Señorita! - reí, me cargó de nuevo y entramos a la choza que había enfrente.

-¿podemos hacer un muñeco de nieve? Leí un libro que me diste de un muñeco que cobraba vida y jugaba con los niños ¿puedes hacer magia y hacer que un muñeco de nieve juegue conmigo? - rió, cerró la puerta luego de sentarme en un sillón blanco.

El sitio era pequeño y acogedor, tenía techos altos, tenía una chimenea que poseía unos troncos y unas ramas.

Había incluso, una foto mía con mis padres cuando era pequeña.

-No hago magia, Conejita - inflé mis mejillas - Vamos a calentarte y te haré un chocolate caliente ¿sí? - asentí sonriente cuando se arrodilló enfrente de mí - muy bien - se sentó a mi lado, me puso en sus piernas y me abrazó - Es tan hermosa, tiene los ojos de su padre, él cabello de su madre, y sus mejillas, pómulos y frente -besó mi cabeza - preciosa - me separó un poco para mirarme -

-Mi papi me dijo que te haga caso porque tú me cuidarías y me amarías siempre - inclinó la cabeza-

-¿de verdad le dijo eso? - asentí - que... Extraño -

-¿N-no lo harás? -

-¡Claro que sí! La amo, la amo tanto, la protegeré y quiero que lo sepa- se acercó a besar mi mejilla - pero... - suspiró, estaba mirando algo, seguí su mirada, mi blusa estaba algo levantada, se veían los golpes, la bajé - Quiero verlas ¿me dejaría? ¿Mi conejita me dejará curarla? - Tragué en seco-

-Yo...

-Se que fue su tío - negué -

-Fueron ambos - susurré - estaba muy mal en las clases, luego llegó tu carta, y comencé a esforzarme más - me levantó hasta que lo abracé por el cuello y él por mi cintura, nos quedamos así unos minutos -

-Recuerdo que cuando eras pequeña, siempre sonreías, nunca lloraste, a excepción de algunas veces cuando no te daba tus golosinas- me separé un poco para mirarlo, él no me soltó, quedamos a unos centímetros -

-¿Golosinas? - asintió -

-Sí, usted tenía una caja enorme de golosinas, era de madera y parecía una casita de muñecas, y, antes de dormir, metía su mano en lo que era la chimenea y buscaba un caramelo, luego yo lo cerraba porque a alguien se le antojaban dulces nocturnos - reí - si fuese por su padre, usted comería dulces cuando desee pero...

-... Es muy peligroso para mis dientes y estómago - recordé -

-¡muy bien! - besó mi nariz - muy bien, en la mansión de mi amo, está su casita -

-¡de verdad! - asintió -

-Quería que trate de recordar cuando era pequeña - acarició mi espalda - gracias... Por responder mis cartas y escribirme cuentos, siempre los escribías, y cuando... Ocurrió eso... Con sus padres, tomé todo lo que pude de usted, no quería que se quemase así como así - asentí-

-¿Mi papi está bien? - asintió -

-Creo que lo que más hacen es salir al parque, allí abajo nieva mucho -

-¿yo iré allí? -

-Seguramente, pero primero quiero que pase largo tiempo aquí -

-Si voy para allá ¿podremos volver aquí? -

-Eh... Sí, pero sólo en unos sectores determinados del mundo, los humanos no conocen todo el mundo- rio - hablemos de otra cosa -

-¿Cómo qué? -

-Cómo de sus golpes, necesito verla- me cargó y nos dirigimos hacia una punta del lugar y abrió la puerta.

Cartas para la pequeña Phantomhive (Sebastian Michaelis)  (Temporada 2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora