capitulo 7

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Cuando los vi besandose tan apacinadamente, se me rompió el corazón en mil pedazos, no lo soporte, cuando le dije ese comentario a Anderson estube soportando las ganas de llorar, luego salí caminando Tranquila para no generar sospecha.

Cuando llegue a una esquina no lo soporte más, y  cómo se a llorar como si mi vida dependiera de ello.

Me arrecoste ala pared y no pare de llorar, luego de un rato ví pasar a Anderson en su auto nuevo.

-Creo que fue una mala idea darle en auto-susurre esbozando una pequeña sonrisa.

Me senté en el piso y abrase mis piernas.

Sentí un toque suave en mi hombro, y levanté mi mirada, era..... Alberto.

- ¿Qué tienes Sara?- dijo preocupado.

- Se me murió un perro -dije pensando en Anderson,y deje escapar una pequeña risita.

- Las personas no lloran asi por un perro, a no sér qué......- se detuvo un momento- oh Sara lo siento tanto, no debí preguntar. Nunca imaginé que Anderson hiciera algo así.

- Wow qué rápido- quedé sorprendida.

- No me dez crédito.

- Y a todo esto ¿Qué haces por aquí a esta hora?

- He venido a recoger unos libros que deje en el pupitre.

- Y porque no vas por ellos.

- No te puedo dejar sola.

- No importa, ya no me importa nada.

- ¿Por que no me acompañas?

- Gracias pe......

- No aceptare un no por respuesta- dijo interrunpíendo la.

- Bien , pero no me sacarás tan fácil de mi miseria.

Me levanté del piso y camine junto a él hacia el interior del colegio.

Luego de recojer los libros que había olvidado, que por cierto eran muchos. Salimos hacia el estacionamiento para recojer mi auto e irnos en el, ya que la cantidad de libros no se podían llevar caminando.

Cuando llegamos al estacionamiento vimos a kira aún parada en su lugar, totalmente sonrojada, pero a verme cambio su expresión, mire sus manos y ví algo brillante en ellas.

Una cuchilla. Le di una advertencia a Alberto, quién tomo los libros que llebaba en mi mano y salió corriendo hacia el auto permitiéndome más movilidad para defenderme.

Kira tomo posición de ataque y..... Me ataco, me moví de inmediato haciendole una llave y quitándole la cuchilla.

- ¿Que pretendía hacer señorita Mendoza?- dije sosteniendo su muñeca con fuerza.

- Maldita perra, y pensar que eras mi amiga. Como te atreves a quitarme al chico de mis sueños.

La mire sorprendida- ¡Perdón!- dije sarcástica- ¡El era mi novio y permíteme decirte que tú eres la perra!- dije gritándole.

- ¡Maldita Sea! Sueltame- dijo forzando para que la soltará.

Tomo otro cuchilla ¡De dónde demonios saca tantas cuchillas! Me volvió a atacar.

Esquivé la otra cuchilla con precisión perfecta, y la tomé. Se las arroje a Alberto junto con las llaves del coche.

El las atrapó muy fácil, al parecer tenía buenos reflejos.

Solté a kira, quien callo en el suelo.

- Perder el tiempo contigo fue lo que hice cuando acepte tu amistad- dije fulminando la con la mirada.

Me diriji a el auto.

Me subí en el coche, le extendi la mano a Alberto, quién me dió las cuchillas.

- Tienen sangre, y aun no esta seca.

Mire los lugares en donde me atacó, y en la blusa blanca de marca que andaba ese día, se vio un manchón de sangre en el lugar del vientre.

Mire en dirección de kira quien estaba sonriendo.

- Pe...pero ¿En que momento me lastimó?- estaba en shock, la herida no se sentía pero era mucha sangre para ser una pequeña.

Encendí el auto y me encamine al hospital, cuando llegue, le di las llaves a Zamora me diriji a la caja de la enfermera.

Toque la campanilla:

-¿Qué necesitas?

- Tengo una herida  grande en el vientre, causada por una cuchilla. Fue un ataque- levanté la mano con la que tenía tapada la entidad para evitar en sangrado, la mire y puse una mirada de sicopata. El sangrado no se detenía- Es mucha sangre, por favor apúrese.

La enfermera llamo a una camilla, que se la llevaron a una habitación inmediatamente.

Alberto venía detrás de la camilla

- espere a fuera- le dijo la enfermera mientas me introducían en la habitación para tratar mi herida.

Me quitaron la blusa dejando ver el tamaño de la herida..... ¡PERO EN QUE MOMENTO...! La herida atravesaba la mitad de  mi torso derecho a la pierna izquierda atravesando el vientre, podría haber muerto.

Eso quería kira. ¡Me quería muerta!. La enfermera me puso una mascarilla en la cara y compense a quedarme dormida, lo último que pensé fue en esas cuchillas que no podían ser normales.

¿Porque Tu?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora