Capítulo 4

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El gremio era tan ruidoso como de costumbre, salvo que Erza estaba descansando. Por primera vez pensó que debía hacerlo tras aquella misión tan agotadora.
Echaba de menos a su equipo, ni siquiera se dio cuenta de cuándo dejaron de hacer misiones juntos.

—Ponme otro vaso, Mira—dijo Titania. Mirajane le dio lo que le pidió a Erza.

—Te veo extraña, ¿qué ocurre?

—Estoy agotada.

Mira se rio en un tono bastante bajo.

—Tú agotada, qué extraño.

Natsu siguió peleando con Gray, el cual tenía una admiradora como de costumbre; Juvia.

Pero algo interrumpió tanto ruido. Y fue Loke. Ni siquiera se fijaron en qué hacía él ahí, si no, en lo que llevaba entre sus brazos; Sakura. Malherida.
Después apareció Happy con una Lucy que respiraba con dificultad. El Exceed no era idiota; y sabía que estaba muriéndose. O al menos, acercándose a la muerte.

—¡Hagan algo!—gritó el gatito azul.

Todos miraron si Wendy estaba por los alrededores, pero no fue así.

—¡Lucy!

Natsu no tardó en dejar de pelear con Gray para correr hacia su amiga. Cogió a Lucy entre sus brazos permitiendo al gato descansar.
Se fijó en cada detalle que ella tenía; sus rasguños, la tela de su ropa rota como de costumbre, lo pálida que estaba su piel... Por un momento todo su corazón comenzó a arder de rabia.
Quería ir uno por uno de por allí fuera preguntando quién le había hecho daño a sus amigas, pero debía de hacer algo.

—¡A la enfermería!—dijo Erza reequipándose con su traje de enfermera.

—Tú no hagas nada, Erza—añadió Gray, algo asustado por su amiga—. Llévala ahí, iré buscando a Wendy.

Gray no tardó nada en correr en busca de su compañera de equipo, pues ya sabía dónde se encontraba.

—Sakura-chan... resiste...—susurró Loke, mirando los párpados de aquella chica.

Se fijó más en ella por primera vez. Y no destacaba por la paliza que le habían dado, si no, por la voluntad.
Una cosa distinta era dar la vida por tus amigos, y otra era recibir una tortura por ellos. ¿Por qué lo hizo? ¡La conocía de tan solo una semana! Ni siquiera era de su mundo. Ni siquiera tenían el mismo poder. Solo pudo preguntárselo, queriendo saber una respuesta.

Natsu y Loke corrieron a la enfermería. Todos querían ir con ellos, pero Erza no lo permitió. Se quedó custodiando la puerta, pues pensó que debían descansar en paz sin ver rostros de preocupación. Pero no se pudo evitar, ya que los individuos que estaban dentro incluso estaban temblando.

—¿Qué ha pasado, Loke?

—Un mago...

—¡¿Me estás diciendo que solo fue un maldito mago?!—gritó indignado el Dagneel, observando la sangre de su enemiga—. ¿Incluso estando tú y Sakura?

—Incluso así...—se avergonzó Loke—. No fue una gran lucha. Finalmente decidimos huir.

El pelirosa apretó los dientes, maldiciendo el momento en el que le dijo a Lisanna que no iría. Que confiara en Lucy no tenía nada que ver con que quería protegerla. ¡Claro que ella puede hacerlo sola! ¿Pero qué había de malo en querer ir con ella?

—¿Sabes su nombre?

Loke calló.

—¿Su puto propósito?

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