Las pestañas de Sakura eran completamente largas y brillantes, eso fue algo de lo que Lucy se había dado cuenta en aquel momento, cuando el sueño venció a la kunoichi y dejó caer su cabeza, apoyándola contra la ventana de aquel tren.
Podía sentir el poco movimiento que hacía, y también, recordar cómo se pondría Natsu si se sentara ahí, con ellas. ¡Probablemente estaría más que mareado!
Controló la sonrisa que apareció en su rostro, haciendo que el silencio reinara.Natsu.
Gray.
Mira.
Lucy no era idiota; alguien le había hecho creer a ese miembro que Lisanna fue asesinada por ellas, pero, ¿dónde estaba Lisanna? ¿Seguía viva?
Suspiró, aún mirando a su amiga.
—Saku-san. Ojalá tuviéramos las respuestas...—murmuró con la voz algo blanda. Estaba agotada. El retener aquellas lágrimas que querían salir, le provocaba un dolor molesto en la garganta. Pero debía aguantar, aún sabiendo que si algo más ocurriera, se rompería. En mil pedazos—. Esto es-
—Doloroso—interrumpió la Haruno, que poco a poco abrió sus ojos. Estaba más despejada que antes, ¡dormir le había sentado bien!—. Me siento de la misma manera que tú, pero también me compadezco. Al fin y al cabo, fuiste tú quien te diste cuenta al ser atacada por ellos.
—Lo sé... Yo-
—Sé que es duro, Lu-chan—volvió a decir la pelirrosa, sentándose de mejor manera en aquel sitio. Ambas estaban mirándose una a la otra—. Pero no son ellos. Y las despedidas solo hacen los reencuentros más bellos, ¿no crees? La verdad siempre... siempre... sale a la luz.
—Sí. Tienes razón.
—Así que, somos perseguidas por el gremio más poderoso de todo Fiore, ¿eh?—animó la Haruno, sonriendo. Lo cierto era que ella tampoco se sentía muy bien. Fairy Tail era su nuevo hogar, y el sitio en el que prometió quedarse. Fairy Tail era dónde vivían sus amigos. Un sitio que atesoraría, junto a Konoha—. Me siento halagada.
—Saku-san, idiota.
—¿A quién llamas idiota, eh?—desafió la pelirrosa.
Por primera vez desde lo ocurrido, Lucy dejó escapar una pequeña risa.
—Tienes razón, tienes razón.
—Así que, ¿dónde vamos?
—Ah, lo lamento—Lucy agachó la cabeza, con algo de culpabilidad—. Te arrastré sin decirte nada-
—Deja de lamentarte por todo, diablos. ¿Dónde vamos?—la kunoichi le sonrió, volviendo a repetir su pregunta.
—Me gustaría ir al gremio de Ren y pedirle ayuda. Él nos ayudará con lo que sea que esté ocurriendo.
—¿El gremio de Ren? ¿Cuánta falta para llegar?
La rubia comenzó a usar sus dedos para contar las horas que quedaban. Sakura se asustó al ver que había levantado más de tres dedos. ¡Estaba agotada! Y ni siquiera quería permanecer en aquel "tren". Parecía un carruaje, pero se movía con ruedas gruesas. Cómo sea.
Para ella, montar aquella cosa era nuevo. Agradeció por la experiencia, pero quería tocar tierra en cuanto antes.—Pero...—dijo Lucy al ver que su amiga estaba sufriendo—. Me gustaría parar en la próxima parada, al menos a descansar. Sabertooth está ahí, y me gustaría hablar con Yukino.
—¿Yukino? ¿Tu amiga?
—Sí—asintió—. Estoy segura de que os llevaréis bien.
—Ah... ¿Es la que era buena en artes marciales?—Sakura comenzó a acariciar su barbilla, impropio de ella. Estar en el mismo gremio que Natsu le había afectado un poco, ya que quería medir su taijutsu con el de ella. O quizás era una fiebre que se propagaba a las personas pelirrosadas—. Está bien.
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DESTINY
FanficA veces el destino siempre juega con nosotros. Quiere saber hasta qué punto estamos dispuestos a desafiarle aunque nos llevemos mil heridas por el camino. Sakura Haruno es de esas chicas que siempre esperó, esperó, y siguió esperando. Y cuando al f...