A veces el destino siempre juega con nosotros. Quiere saber hasta qué punto estamos dispuestos a desafiarle aunque nos llevemos mil heridas por el camino.
Sakura Haruno es de esas chicas que siempre esperó, esperó, y siguió esperando. Y cuando al f...
Estaban una al lado de la otra. Sentían los sollozos de cada una al igual que el sonido de los raíles del tren. El aroma era dulce, pero el ambiente amargo. Cada una había sentido el dolor de ser despechada, de los gritos que marcaban su inocente culpabilidad.
¿Dónde estaba Lisanna? ¿Estaba bien?
¿Qué les había pasado a los miembros de Fairy Tail?
—L-Lo siento, Saku-san...—musitó la rubia con las pocas fuerzas que le quedaban. Cogió la mano de la Haruno para encajarla con la suya. Ella junto a sus espíritus, era lo único que le quedaba—. Si no hubieses venido aquí... Seguramente... No estarías pasando por esto.
—No es nada—replicó de inmediato—. Si no hubiese venido, tú estarías sola. Por ahora centrémonos en descubrir qué ha pasado.
Sasuke-kun, ¿dónde estabas cuando todo ocurrió? La Haruno esperó un cliché, como que aparecieras de repente, en medio de aquel follón y las salvaras. Pero, ¿dónde estabas? ¿Acaso era verdad que habías regresado? ¿Que te habías ido a Konoha dándolo todo por perdido? ¿La abandonaste de nuevo, a pesar de que ella quería espacio?
Los pensamientos de Sakura fueron interrumpidos por más sollozos de Lucy.
Era cierto. Ella debía de ser fuerte, pues su amiga necesitaba llorar.
Le sonrió a pesar de que no tenía ganas.
—Lu-chan, no te preocupes. Los recuperaremos.
—Justo ahora...—susurró, mirando su mano vacía. Aquella donde antes permanecía una marca de dicho gremio que ella amaba. Aquella que le recordaba que allá donde fuese, tenía una familia donde volver. Ahora solo le recordaba dolor—. Justo ahora que lo teníamos de nuevo... Saku-san. ¿Qué están haciendo? ¿Quién está jugando con nosotras? Por favor...—suplicó, repitiéndolo una y otra vez—. Por favor... Que esto termine ya.
La mano de la Haruno se posó en la mejilla herida de Lucy. La hizo mirar hacia sus ojos esmeraldas, aunque sea, para calmarla un poco. Concentró chakra en aquella herida para curarla.
—Dejará cicatriz...—le informó.
Lucy solo asintió.
—Gracias.
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Dos horas antes~
El Dragneel tenía en sus manos una pequeña nota que iba dirigida a Sakura. Esta la tomó con delicadeza, sin saber qué hacer ni cómo actuar. Sabía de qué iba. Podía recordar perfectamente aquella letra pulida y cursiva. Aquella letra que a veces leía Naruto y que a ella no le dejaba ver.
Era una carta de Sasuke-kun.
—¿Qué es?—preguntó Lucy, al ver cómo aquel chico tenía un rostro algo preocupado.
