El edificio de Fairy Tail estaba destrozado literalmente. Poco a poco iba cayendo, cediendo a los destrozos que aquella pelea había provocado.
La mayoría de las hadas estaban tiradas en el suelo hundidas en un charco de sangre. Al setenta por ciento de ellos les costaba respirar.
Gray no fue una excepción que, intentó arrastrarse con ayuda de sus bíceps hacia su peliazul favorita, pero para Juvia ya era demasiado tarde. No supo qué hacer cuando llegó a su trágico destino.
Repitió una y otra vez el nombre de Juvia, como si tratara de probar suerte. Como si aquella chica despertara.
Pero con su muerte, la lluvia no cesó.
Sus cabellos estaban totalmente húmedos y pesados. Aunque intentó levantarse, no podía.
La herida que se había hecho en su pecho seguía sangrando, sintiéndose cada vez más fría de lo normal.
Su vista se nubló en un terrible color negro que no le permitía ver qué estaba ocurriendo delante. ¡Gray no se podía rendir! ¡Era un miembro de Fairy Tail!
Pero ya no quedaba Fairy Tail. Ya no quedaba un edificio al que volver, ni un maestro que querer.
Ni siquiera quedaban sus amigos.A lo lejos se vio a la Haruno. Sus brazos estaban cicatrizados por una cicatriz que parecía que le quedaría de por vida. Su marca de gremio era inexistente, pues habían insistido en que cualquier logo que lo mantuviera debería ser erradicado. Y eso hicieron. Cortaron la piel de la pelirosa como si estuviesen pelando una manzana.
Ni siquiera pararon al escuchar sus gritos de súplica, ni siquiera cesaron al ver cómo sus lágrimas parecían no tener ningún límite.Habían sido crueles, y eso había provocado aquel destrozo. Estaba asustada. Asustada, descalza, y casi medio desnuda, pues la batalla hizo que casi toda su ropa fuese rasgada.
—¡Sasuke-kun!—gritó la Haruno de forma desesperada.
No debía de estar buscando a aquel chico. ¡Miles de personas necesitaban su ayuda! Ya fuese porque estaban enterrados a los escombros, porque se habían enfrentado a ellos, o porque simplemente, intentaron huir de una forma equivocado y terminaron con la única opción de pelear, aunque fuese por sus vidas.
—Lu...cy...—los ojos jade de la Haruno siguieron visualizando cada detalle de aquella escena. No tenía el suficiente chakra como para invocar a una de sus babosas, así que sintió ser una inútil. Inútil, como algunos compañeros horribles de la academia siempre le decían, cuando apenas comenzó a ir, sentándose al lado de Naruto y el Uchiha—. ¡Alguien, por fav-
—Aquí...—susurró Gray.
La Haruno se giró al escuchar aquella voz quebrada del hombre de hielo. Se sorprendió por aquella gran herida.
Temió.
Tuvo miedo.
La adrenalina volvió a subir por su corazón, haciendo que latiera de una forma más y más fuerte. Después, se fijó en su amiga.
En aquella chica que comenzó a descansar sin haberle pedido a nadie permiso para morir.—Por favor... haz... algo...
Sakura comenzó a correr. Al hacerlo, Gray se dio cuenta de que cuando sus pies descalzos impactaban en el frío suelo unas pequeñas gotas de sangre salpicaban. Había charcos teñidos de rojo carmesí mezclados con agua de lluvia, charcos que simbolizaron aquella fría masacre, la cual, todos fueron culpables.
"Debimos haberlas entregado..." susurró Gray, mirando a Juvia. "¡Debimos haberlas matado!"
—No te preocupes, Gray—la voz quebrada de Sakura lo sacó de sus pensamientos. Se mantenía con un tono dulce, pero no podía esconder el miedo que estaba sintiendo—. ¡Lo hice con un pez, intentaré revivirla!
Concentró todo el chakra que le quedaba, el cual era bastante limitado. Intentó una y otra vez revivir a Juvia, pensando en aquel pez.
Pero fue muy idiota.
¡Juvia no era un pez!

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DESTINY
FanfictionA veces el destino siempre juega con nosotros. Quiere saber hasta qué punto estamos dispuestos a desafiarle aunque nos llevemos mil heridas por el camino. Sakura Haruno es de esas chicas que siempre esperó, esperó, y siguió esperando. Y cuando al f...