Pide un deseo » joel pimentel || TERMINADA

7.

Sentí la mirada de Chris mientras trataba de prestar atención a la clase de francés. Cuando todo se estaba poniendo muy incómodo decidí enfrentarlo... en voz baja para no ser regañados por la maestra Pierre.

—¿Cuál es tu problema, wey?

Me miró con sus enormes ojos.

—¿Qué acaba de pasar allá afuera?

—Invitamos a Sam y a Becca a una cita doble —dije rodando los ojos.

—¿Becca? ¿Ahora tú también tienes un diminutivo para ella? —dijo empezando a enfadarse.

—¿Cuál es tu problema? Le pedí a Samantha que fuese mi cita ¿era lo que querías, no? Dijiste que era bueno empezar a salir con alguien, pues ahí está. Prácticamente me obligaste a invitarla a salir. Lo hice, y ahora estás molesto, incluso tienes la oportunidad de llevarla a su casa hoy. Si estás enojado porque tu no hiciste ningún "movimiento", entonces perdóname.

Hizo como que ponía atención a lo que la profesora escribía en el pizarrón.

—Soy un idiota —dijo aún susurrando.

—Sí, lo eres. Invité a salir a una chica linda y tu te comportas como un loco.

—Aww, crees que la chica de anteojos es linda.

—Ella cree que tu eres lindo —lo vi de reojo. Dejó de escribir.

—¿Qué?

—Nada.

—No ¿qué?

—Velez, por favor. Presta atención —lo reprendió la maestra Pierre.

Chris siguió tratando de llamar mi atención, pero me hice el desentendido, no tenía ganas de seguir hablando del asunto.

...

La clase de francés acabó y cuando Chris y yo salimos, las chicas estaban afuera del salón esperándonos.

Sin intercambiar un sola palabra caminamos al estacionamiento.

—¿Cuál es tu auto? —pregunto Becca.

—Ese Fiesta rojo que está ahí. —dijo Chris.

—Mira, Sam —dije. —El auto de Chris es del mismo color que tu cabello.

Ambas chicas soltaron una carcajada y Chris miraba al cabello de Sam y a su auto.

—Oye, tienes razón —se unió a las risas. —El rojo es mi color favorito.

—El mío también —dijo Sam emocionada con los ojos brillando. Becca le dio un codazo discreto.

Chris y yo subimos a los asientos de adelante, las chicas iban atrás hablando sobre un chisme que le contaron a Sam sobre uno de sus profesores favoritos.

—¿Dónde las dejo? —dijo Chris mirándolas por el retrovisor mientras ponía el auto en marcha.

—Voy a quedarme un rato en casa de Becc —dijo Sam.

—¿Se supone que debería saber dónde está la casa de..? —preguntaba con paciencia hasta que lo interrumpí.

—En casa de los doctores Escalante.

—Sí. Ahí mismo —dijo Becca.

—¿Eres hija de los doctores Escalante? —preguntó Chris sorprendido. —Tu papá nos dio atención a Joel y a mí cuando ambos nos rompimos el brazo, teníamos cinco años.

—¿En serio? —dijo Becca algo sorprendida.

—Sí, Joel y yo estábamos jugando en el parque a los piratas...

—En realidad jugábamos a ser superhéroes —corregí. —Yo tenía puesta una capa de Batman, lo recuerdo muy bien —todos reímos. —Subimos a un árbol, y bueno, los superhéroes vuelan... así que...

—Batman no vuela —dijo Sam aumentando las risas.

—Por eso me rompí el brazo. Chris corrió con la misma suerte. Y pues, el resto ya lo saben. —dije sonriendo, me llené de nostalgia recordando mi infancia con mi mejor amigo.

...

—Hemos llegado, chicas —dijo Chris deteniendo el Fiesta. —Nos vemos mañana en la escuela.

—Y el sábado aquí mismo para la cita —dijo Sam rápidamente.

—Sí, también —dijo Chris con una sonrisa, sin mirarla.

Las chicas bajaron del auto y cuando cerraron la puerta, Chris volvió a poner el auto en marcha.

—¿Puedes creerlo? —dije cuando dobló la esquina para llegar a mi casa.

—¿Qué? —dijo confundido.

—Después de dos años, por fin invité a una chica a salir —dije sintiéndome realmente feliz.