El domingo llegó, desayuné con mi madre y hermanos, como de costumbre.
—Hoy voy a preparar enchiladas verdes. —exclamó mi madre rompiendo el silencio, mis dos hermanos y yo la miramos al mismo tiempo, era nuestra comida preferida, incluso la de Emanuel, pero claro, el estaba en otra ciudad, por lo que se perdería del banquete.
—El mundo no merece a una persona como tú, mamá. —dramatizó Gabriel y mi madre sólo negó con la cabeza sin poder contener su enorme sonrisa.
—Deberías invitar a Chris. —comentó hacía mí mientras se levantaba de la silla para meter los platos en el lavavajillas.
—¡Mamaaaaá! —se quejó Israel y mi madre lo miró con el entrecejo fruncido. —Chris come mucho, eso significaría menos para nosotros...
Antes de que mamá le regañara (porque por su cara supe que estaba a punto de darle un sermón), dije: —Me gustaría que estuviera, pero Chris va a pasar todo el día con sus padres.
—Invita a la chica con la que saliste ayer... la hija del médico.
—¿Rebecca? No creo que quiera... —no me dio oportunidad de inventar una excusa.
—Por supuesto que querrá, tu dijiste que se la pasa sola, mamá siempre ha dicho que no hay pretexto para no compartir nuestro tiempo con los demás... siempre y cuando sea alguien que vale la pena.
Mi mamá tenía en su rostro la expresión de orgullo siempre que alguno lograba algo bueno.
—Pero eso significaría menos comida para nosotros... —protestó Israel, recibió un codazo de Gabo.
—Gabrielito tiene razón, no creo que tenga planes, además tengo que conocer algún día a la chica por la que mi hijo me pidió el automóvil, esto no había pasado desde hace un año y medio.
Mamá y Gabriel insistieron en que la trajera a casa, en el fondo quería que viniera, pero no sabía si estaba listo para presentar a una chica con la que no tenía posibilidades con mi familia, los ilusionaría como siempre.
—Bueno, supongamos que la invito, y supongamos que acepte venir, si es así, no me avergüencen. —señalé a los tres. —Va para todos. —me quedé mirando a mamá.
—Mostrar las fotos de cuando eran bebés no es motivo de vergüenza...
—¡Lo és! —contestamos los tres al mismo tiempo.
—Mis hijos no son motivo de vergüenza...
—Las fotos son el motivo de la vergüenza, mamá. —dijo Gabriel.
—Está bien. Bieeeeeen. Nada de fotos.
—Ni anécdotas vergonzosas. —advertí.
—De eso no voy a prometer nada. —se cruzó de brazos muy digna.
—¡MAMÁ! —los tres de nuevo.
—Bueno, voy a invitarla en persona, no quiero que me escuchen hablar con ella. —levanté mi tazón de cereal
—Lo que no quieres es que veamos tu cara de baboso cuando escuches su voz. —se burló Gabriel. ¿Desde cuándo tenía a mi hermanito en mi contra?
Caminé hasta la casa Escalante, rogando que no estuvieran los doctores, y que Rebecca tuviera planes para hoy y que no pudiera venir a comer con mi familia.
Después de tocar la puerta, me recibió una mujer de mediana edad, que por fortuna, no era su madre.
—Diga. —dijo con sus atentos ojos.
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Pide un deseo » joel pimentel || TERMINADA
FanfictionTalentoso, tímido, y con el corazón roto; Joel Pimentel se enfrenta a su segundo año de la universidad, forzándose a sí mismo a superar su timidez para hacer nuevos amigos, volver a tener una cita, y demostrar en su clase de teatro que puede protago...