Capitulo Seis.

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Aaron.

El lugar en donde siempre me encontraba estaba repleto de gente, las personas tanto mujeres como hombres bebían, bailaban, se drogaban y unos cuantos tenían sexo en los baños. Pero así era este lugar y ya me había acostumbrado. 

Siempre si regrese a Bennington, volví solo por una razón, por la única razón que no puedo pensar con claridad, por la que no puedo dormir ninguna noche, solo al pensar que podría pasarle algo. Amy. Ella ocupa mis pensamientos tanto días como noches.

Hace unas cuantas semanas decidí seguirla al nuevo restaurante que había en el pueblo. Me demore un rato pensando en sin entrar o no. Al final decidí que si. Tenía demasiadas ganas de verla de frente, de observarla solo por un momento y este era el lugar adecuado. Así que entre. Ella me observo desde el primer paso que di en el lugar. Seguí mi camino y me senté lo más lejos de ella, en la otra esquina del lugar.

Esa mañana Amy se miraba demasiado hermosa, como siempre. Tenía unas ganas  insaciables de ir hacia ella, tomarla y besarla. Pero me resistí. Observe que había bajado de peso y la culpa me inundo. Lo más probable es que yo hubiera causado eso, por mi culpa estaba así. Yo fui el imbécil que tomo la decisión de borrar su memoria, haciendo que me olvidara a mi y todo lo que había pasado a su alrededor en esos meses. No imaginaba todo por lo que debía de estar pasando. Noté el peso de su mirada encima, así que levante la cabeza y mire hacia ella. En cuanto lo hice ella aparto la mirada, sonrojada. Me encantaba verla así, como sus mejillas tomaban un color carmesí. Su amigo, Brent, creo que así se llamaba, le estaba diciendo algo pero ella se notaba distante, sumida en sus pensamientos. Después Amy dijo algo y se levanto del lugar, pensé que saldría afuera y me prepare por si tenía que ir detrás de ella. Pero solo se dirigió al baño de damas. Caminaba con la vista baja, observando sus zapatillas. La observe de reojo en todo el transcurso hasta que desapareció de mi vista. No me resistí, tal vez este era el único momento que tendría de observarla a tan poca distancia. Sin pensármelo dos veces, corrí a lo  baños de mujeres, no, correr no. Casi flotaba por los aíres. Mi velocidad había llegado al máximo, nadie me vería entrar al baño. Llegue en menos de tres segundos.

Me detuve justo enfrente de la entrada de los baños. Amy estaba mojándose el rostro con la fría agua del lavamanos. Podía ver su perfecto rostro de cerca a través del gran espejo que estaba colocado enfrente de ella. Levantó la vista y me observó. Sus ojos miel verdosos se notaban sorprendidos y dudosos. Se quedo donde mismo, sin moverse ni decir una palabra, al igual que yo. No hice nada más que observar su bello rostro. Hasta que vi que iba a voltearse, lo supe justamente unos segundos antes de que lo hiciera. Como no quería entablar conversación con ella, por que en cuanto escuchara su voz me derrumbaría y no quería hacer ningún tipo de estupidez, como acercarme lo suficientemente a ella e intimidarla o algo mucho peor, besarla.  Así que desaparecí del lugar lo mas rápido que pude, como mi velocidad era in humana nadie me vio entrar ni salir, solo Amy.

Estaba a unos cinco kilómetros cuando paré de correr. Estaba lejos del centro de la ciudad. Lejos de Amy, pero no lo suficiente. Quería que esto terminara, quería tener a Amy entre mis brazos de nuevo, abrazarla, mimarla, besarla… Pero tenía que resistir, los ataques contra mi seguían y seguían y un día no podre defenderme, un día me capturaran y me mataran o lo que sea que hagan con nosotros. Pero no me dejare vencer tan fácilmente, no lo hare por Amy, ella necesita mi protección. Y aunque no me recuerde estaré para protegerla. Empecé mi recorrido al bosque, donde la mayoría del tiempo estaba solo.

~~

Eran las nueve de la noche cuando me encontraba aun deambulando por el oscuro, frío y solitario bosque. Estaría toda la noche aquí. Los grillos cantaban y los búhos hacían ruidos en las ramas de los arboles. Parecía una noche tranquila, pero eso no era cierto. Ninguna noche sería tranquila en mi vida. Me detuve por completo cuando sentí la presencia de otra persona, alguien no humana. Darop’s. Escuche ruidos, al parecer tenía varios a mi alrededor, pero no se dejaban ver tan fácilmente, las sombras eran su escondite. Al igual que el mío. Antes de que pudiera ocultarme alguien me ataco por detrás, me derribo y me sujeto por la espalda contra la irregular tierra del bosque. Sentí algo  afilado en mi cuello. Me liquidaría en cualquier momento. Era una daga, una daga con poderes que solo ellos tenían y poseían.

Dark NightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora