Parte 49: Mascaras

86 7 0
                                    


No quería hablar con nadie, ni ver a nadie, el odio más puro corría por mis venas corrí sin rumbo hasta que mis piernas se cansaron, hasta que termine tumbada en el suelo admirando la noche y su cielo estrellado.

-Me iré en la madrugada. Dijo James apenado mirándome desde lejos, gire mi cuerpo mirándolo con dolor, el al ver mis ojos llorosos se acercó parecía como si esperase alguna reacción de mí y aunque quería descargar mi furia, no quería hacerlo con él, aunque no lo deje verlo.

-¿Desde hace cuánto sabes?. Dije mientras el de manera nerviosa se sentaba a mi lado.

-Recuerdas el espectáculo que les di a ustedes en el bosque... poco después de eso.

-¿No decirme fue divertido?. No quería descargar mi furia con el pero se la haría difícil.

-Fue doloroso y confuso... nosotros nos llevábamos como perro y gato, me resistí incluso fui la burla de Aren, pero luego.

-...¿Luego que?. Aren iba a escucharme cuando regrese.

-Te vi a ti... como eras y lo idiota que me estaba comportando.

-Hasta ahora son puros lamentos tuyos y demás, no me respondiste. El solía dar vueltas en círculos cuando se ponía nervioso.

-Yo soy un alfa por derecho familiar, ya tengo mi mayoría de edad... si me aprecia y te decía soy tu mate y lo daba a conocer, todo lo que habías logrado con esfuerzo se iría al caño y tu serias relegada a ser solo una luna que por un tiempo tuvo una manada... yo dije que no te diría nada hasta que cumplieses años y la manada te perteneciese, pero si tu preguntabas yo te lo diría... luego fue más difícil tú te acercabas a mí y yo dilataba la situación.

-¿Quién más sabe?.

-Nadie más... yo .

-No te iras... si no hubiese pasado lo de hace unos días te diría que te largues de inmediato y te prohibiría a ti y a tus estúpidos beta que se acercaran aquí... pero tú te quedaste aun cuando sabias lo que te esperaba... james yo no sé cómo... no siento.

-En mi fue la magia, en ti debió ser algo que te dieron... tu tía es la única que sabe y no creo que lo diga.

-Me lo dirá o se ira.

-Cálmate... ¿Por qué crees que me fui de casa?... pero echar a todos no hará que soluciones tus cosas, además perderás también a Jasón.

-... Ya no puedo confiar en ella.

-... .Él se acercó a mí y acaricio mi rostro, no sentía escalofrió o una corriente eléctrica, si una débil esencia que no podía distinguir, lo deje que se acercase, pero antes de que algo sucediese fuimos interrumpidos por Grey quien para dar nota de su presencia aclaro su garganta dándonos la espalda.

-Su... su tía amenaza con buscarla, Jasón la está frenando pero no durara mucho, Aren está en la habitación de Ara, ella al escuchar la noticia se desmayó.

-Hazte cargo de tu manada, yo iré con Ara... será mejor que prepares a Aren porque no tengo intenciones de dejar que espere, los secretos se acaban ahora.

-¿Qué haremos con el baile?, ninguno te vio alejarte, pero si cancelas todo empezaran a hacer preguntas.

-Primero Ara, cualquier cosa solo será que la anfitriona esta indispuesta, hagan como que nada paso, pero luego de que termine los quiero a todos en mi oficina.

HORAS ANTES...

Horas antes había terminado de arreglar todo James lucia decaído pero en ese momento lo atribuí a que sus padres estaría aquí, no quería verlos y me intrigaba el saber por qué, en ese momento le dije que estaba bien si no quería verlos pero si ellos insistían no quería escándalos, era la primera vez que estaba tranquila, todos me saludaban y pedían una audiencia conmigo en los próximos días, Charlie se acercó a saludar y prácticamente rompió en llanto por la risa que le provocaba enterarse el porqué del asedio de James, todo iba perfectamente bien como un maldito cuento de hadas feliz en donde todo el mundo sonríe y la vida es color de rosa, no habían sucedido exabruptos por lo del ataque, ocasionalmente recibía una que otra pregunta sobre el porqué de la seguridad para ellos excesiva, pero me Salí con la mía al decir que solo era para cuidarlos, todos mencionaban la noche de luna azul y al segundo de hacerlo se callaban abruptamente y mantenían sobre mí una mirada entre dolorosa y de disculpas, como odiaba eso, esa compasión humillante, me hubiese servido que saliesen ese día enojados tanto como lo estaban los míos a perseguir al maldito que nos atacó, de nada me servía la lastima.

Bloody MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora