Parte 25: Cosas en comun

84 10 0
                                    

Sentí el débil toquido de la puerta todo me retumbaba, el sol me molestaba iba a mandar al diablo al que fuese que tocaba, pero luego una sensación de tranquilidad vino a mí, me dio curiosidad así que dije que entrase.

Cielos el mundo se va a caer en pedazos, el mismísimo James Teshinov estaba frente a mí, luciendo preocupado... ¿Por mí?, esto sí que es raro, creo que estoy a punto de ver la luz al final del túnel, enserio.

- ¿Me morí?.

-No.

- ¿Te moriste tú?, ¿O ambos?.

-Ninguna de las dos. Sonrió torcidamente y eso de alguna manera me hizo bajar la guardia, cerré levemente mis ojos por el maldito sol y él fue a cerrar las cortinas, para luego sentarse en el sillón al lado mío.-¿Qué te sucedió?. Dijo con seriedad, enserio no parecía el mismo James, era como si algo hubiese cambiado en él, no percibía en él esa actitud despreocupada, era raro, así como raras las sensaciones que me producía su cercanía.

- ¿Podría preguntar lo mismo?, hasta donde recuerdo hiciste la madre de todas las escenas en el bosque, sin razón alguna.

-Pido perdón por eso, no debe reaccionar de esa manera. Nah, de verdad Devia comprobarlo, toque su frente buscando temperatura, pero el tomo mi mano con gentileza.

-¿Qué haces?.

-Veo si tienes fiebre.

- ¿Tan raro es que pidas disculpas?. Dijo sin soltar mi mano y acercándose más a mí.

-Bastante... .

-Aun así, no deberías pegarte a él... no pensaran bien de ti si te comportas así siendo un alfa.

-Lo cual tú no eres, o si, pero no tienes manada ¿Por qué te importa tanto?.

-Solo ... ¿Por qué estas así?.

-... .No iba a dejarle pasar el hecho de que no me quería contestar, pero cuando pregunto por qué estaba así, esa pregunta movió algo en mí, era extraño, una nostalgia y ansiedad escalaban por todo mi cuerpo hasta mi corazón. -No lo sé solo se me vino todo a negro.

-Te dije que bajaras un poco la intensidad. Dijo mirando mi mano como si la estuviese examinando, enserio se torna cada vez más raro, si no lo conociese diría que está preocupado por mí y me está cuidando.

-Ah... si, pero que siempre te hago caso, ¿No sé si recuerdas que tengo gente a mi cargo?.

-Sí, pero.

-No sé si recuerdas... que tengo a mi cargo a un niño que vino de no sé dónde y a una mujer cuyo bebe su vida pende de un hilo.

-Escuche de Vance que hay niños que desaparecen cuando se van hasta los límites de su territorio. Dije con ánimos de instalar confianza en ella, su mirada se tornó seria, quiso levantarse, pero se lo impedí, me miro desafiante pero luego se dio por vencida.

- ¿Dónde está?.

-Se fue, a averiguar eso, pero vuelve para mi cumpleaños, al que espero que asistas. Me doy por vencido, mi boca habla sin que yo se lo permita, iba a retractarme, pero la idea de ver a Cordelia en un vestido me cerro la boca.

-... .Ella hizo una pequeña risita y seductoramente llevo una mano a su boca, sus ojos brillaban y mi corazón palpitaba. -Tal vez vaya, después de todo tus padres son nuestros anfitriones, no ir seria insultarlos.

- ¿Y no vas por mí?.

-Hmm. Déjame ver, en tus diez tú y Aren ataron un batidor a mi vestido, en tus quince me tiraron una rata encima que se enredó en mi cabello.

-Eran cosas de niños.

-Hace un par de días tu... .

-Ok... ok ya entendí solo ven, prometo no hacer nada.

-Aunque no quiera tengo que, solo que no me gustan las fiestas con tanta cosa... al menos ya no.

-Vamos al menos dame batalla en esto.

-Enserio te golpeaste la cabeza con algo... mejor hazte ver, enserio.

-... Enserio no me pasa nada, aunque ahora tengo que ir al médico. El rio y por un extraño momento su risa me pareció algo linda, enserio estoy mal.

-¿Medico?.

-Hmm si, perdí el conocimiento. Por alguna razón sentí el extraño deseo de contarle y esa sensación de nostalgia se tornó a una más cálida, los ojos de Cordelia parecían más luminosos y llenos de vida, no pude evitar bajar mi mirada y ver esos labios que por un momento me parecieron tan atrayentes como para querer acercarme.

-Es extraño... fue lo mismo que me paso a mí, lo raro es que mis tía se comportaba extraña.

-Mis padres también, algo se traen ,¿No crees?.

-Así pareciera, pero no creo que nos lo digan tan abiertamente, al menos no los míos.

-Mi tía dará vueltas también.

-Oye... es enserio lo del baile.

-Ya te dije que iré, pero a como sea esta una de tus tretas, te hare la vida un infierno hablo enserio.

-Palabra de Scout.

-Tú no eres scout, además el solo imaginarte con el traje te verías como un stripper.

-Huh así que me imaginas... ¿Si quieres podría darte una función privada?.

-No me gustan ese tipo de cosas idiota. Dijo arrojándome a la cara una almohada.

-Hey... estoy enfermo.

-De la cabeza seguro.

-Podría ser, pero enfermo o no ... admite que tienes fantasías conmigo hermosa. Dijo seductoramente acercándome a ella, a lo cual respondió arrojándome la otra almohada le que quedaba mientras me mostraba un rostro completamente rojo.

-Ya vete.

-Bien, pero se puntual y quiero elegir mi regalo. Mejor me iba antes de que empezase a arrojarme lo que había en su mesa de luz.


Fin del capitulo


Hola, espero que les haya gustado, se que soy repetitiva pero si lo leyeron y les gusto no se olviden de votar o de comentar, besos nos vemos en el siguiente.

Bloody MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora