Reemplazo (Black Hat x Dr. Flug)

Capítulo 11: Descubierto

Dr. Flug

Después de haberlo pensado durante todo el día de ayer y parte de la madrugada. Creo que lo mejor que podía hacer, para bien de todos (más para bien mío) era olvidarme de la idea de qué tal vez yo podría llegar a tener algo con Black Hat.

No era correcto, simplemente nunca podría llegar a hacerlo.

Pasaba mis manos una y otra vez en la foto de Black que conservaba, ¿Cómo le haría para poder superarlo? ¿Cómo podría engañar a mi corazón sobre mis sentimientos hacia mi jefecito?

Tal vez, podría empezar con borrarle el pequeño corazón que le había echo, devolverle la foto y en caso de no poder hacerlo, quemarla o desaparecerla de mi vista. Simplemente no podía hacerlo si algo me recordaba que el estaba ahí, Directa o indirectamente.

El siguiente paso sería aprender a guardarle odio (Aunque de ese tenía mucho y más con lo que había sucedido recientemente). Pero en lugar de tratar de olvidarlo, mantenerlo.

Y es que, con Black no se podía tener una relación neutral, o lo odiabas o lo amabas. Lamentablemente, mi sentimientos habían escogido el camino más irreal y estúpido.

Oculte la foto entre mis manos y abrí mi pequeño cofre para poder guardar el retrato.

—¡Doctor Raro!— entro Demencia a mi cuarto de un golpetazo.

Al parecer esa iba a ser la nueva forma oficial de entrar a mi cuarto.

—Con un carajo— guarde lo foto y oculte mi cofre lo más rápido posible debajo de la cama.

Demencia entrecerró sus ojos —¿Qué es lo que me estás ocultando?

Yo me quedé sentado protegiendo el cofre en todo momento —N-nada Demencia, vete por favor.

Mostró su maldita sonrisa de siempre —¡Me estás ocultando algo!— se abalanzó contra mí y me quito fácilmente de mi posición.

Rápidamente se asomó y saco mi cofre que por la repentina aparición de la chica, no me dió tiempo de cerrarlo con llave.

—¿Qué es esto?— esta vez no parecía fingir su sorpresa. —¿Acaso es un cofre del tesoro y nos estás guardando una grandiosa fortuna?.

Me apresure a levantarme para poder quitárselo. —Dejalo Demencia, no es algo que te incumba, son cosas muy personales.

Demencia se emocionó aún más. —¿Cosas personales del científico? ¡Entonces es mucho mejor que una simple fortuna!

Afortunadamente, la chica loca tuvo un descuido que me permitió tomar la caja de un lado. —Maldita sea Demencia, he dicho que lo dejes ahora.

—¡No lo creo! Lo dejaré hasta que vea que es lo que contiene tu cajita ñoña secreta.— Estaba realmente poniendo toda su fuerza para quitarmela, pero por nada del mundo la dejaría. Allí estaba Black Hat.

—¡DAMELAAA!— Demencia empezó a gritar lo más fuerte que pudo, eso por supuesto no era nada bueno.

—¡Cállate!— ¿Por qué me odias tanto vida?

—¿Qué es lo que está pasando aquí?— Black Hat habia entrado.

—¡Black!— expresamos los dos cuando lo vimos.

Lamentablemente su aparición no hizo más que asustarme y preocuparme, por lo que cuando ví, ya había soltado la caja.

Pero Demencia no se había salido del todo con la suya, la gran fuerza la impulso haciendo que ella también tirará la pequeña caja.