6-La vida te da sorpresas

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Ahora estaba sentada en la sala de espera de un hospital. En este momento a Marco le estaban cociendo la herida que ese hijo de puta le hizo. Por suerte no había sido un corte muy profundo, así que no había sido tan grave. La verdad me había preocupado mucho cuando se desmayó, pero parece que fue la impresión que tuvo al ver la sangre. Aunque con las lágrimas que derramo sentí que había algo más profundo detrás de eso.

Volví a tomar otro pañuelo para limpiarme la nariz ya que fiel a mi estilo, me la pase llorando desde que Marco se desmayó hasta que me dijeron que no había sido grave.

Cuando subimos a la ambulancia que por suerte vino cinco minutos después, Marco con sus pocas fuerzas dijo el nombre del hospital y el nombre de su doctor. Después de ello se quedó dormido en la camilla. Los paramédicos rápidamente chequearon los datos de Marco y nos dirigimos hacia el hospital. El cual obviamente no era público, era de esos hospitales con pantallas led por todos lados, máquinas expendedoras, sillones cómodos para esperar y hasta el personal te ofrece café gratis.

Cuando llegamos un hombre mayor de pelo canoso nos estaba esperando junto con un montón de enfermeros, cabe aclarar que todos eran hombres. Mayormente por cuestiones de estereotipos uno espera una enfermera, pero no. En su momento no le había prestado atención por todo lo ocurrido, pero ahora tenía que admitir que era demasiado extraño.

—Ya podés entrar a ver a tu novioꟷme dijo un enfermero en el umbral de la puerta.

«¿Por qué la gente cree que si un chico y una chica están juntos significa que son novios?»

Me levante y me adentre a la habitación. En ella se encontraba el doctor de Marco que según me dijo se llama Alberto Fuentes. Ahora que lo veo mejor, era muy parecido al coronel Sanders.

—La verdad estoy muy sorprendido de que Marco tenga noviaꟷme dijo con una sonrisa.

«¿ven? ahí está otra vez. Los adultos dan por sentado que si estas con un chico, es porque es tu novio»

—No, solo soy su compañera de claseꟷrespondí con otra sonrisa. No me gustaría tener un novio que me ande ignorando, que me diga puta, que me acuse de acosarlo. Bueno, capaz si lo acose, pero tampoco fue tan grave. Ni que tuviera en mi computadora una carpeta con su nombre llena de fotos de él que saque del Facebook e Instagram de su novio. Está bien, si lo tenía, pero es que era parte de mi investigación. Mi acoso fue muy sano.

—Igualmente es bueno saber que Marco se relaciona con mujeresꟷdijo en un tono aliviado. Parece que esa característica única y especial de Marco era conocida por todos. Aunque viendo al hombre parece como si fuera más grave de lo que era—. Bueno, esperaran hasta que la policía venga y tome su declaración por lo ocurrido. Ahora me tengo que ir, te dejo con tu amigoꟷ hizo señas a los enfermeros para que salieran junto con él—No olvides que no lo tenés que tocar cuando se despierteꟷpidió mientras salía por la puerta.

«Pero ¿qué pasa aquí? Marco también me pidió lo mismo. "No lo toques"¿Qué pasa si lo toco? ¿Se rompe o qué?»

Me acerque hacia donde se encontraba. Marco estaba durmiendo en la cama, tenía vendas en el costado en donde fue lastimado y estaba sin nada que lo cubriera arriba, creo que era la primera vez que veía su torso desnudo. Él a pesar de que sudara como un cerdo cuando jugaba futbol jamás se quitaba la remera¹. Al mirar su torso encontré algo que me llamo poderosamente la atención, tenía algunas quemaduras, una en su pectoral izquierdo otra en el derecho y otra en su vientre eran como gotas pequeñas que capaz a simple vista no se noten, pero seguían siendo quemaduras.

«¿Qué le habrá pasado? Capaz fue alguna travesura de la infancia o algo así»

Me quede mirando su torso, intentando hacer más hipótesis de lo que podría haberle pasado. Después de un tiempo empecé hacer un análisis exhaustivo de toda su anatomía. Tenía un cuerpo de muerte, todo en él estaba bien marcado. Definitivamente Marco estaba para el crimen, bueno, no para el crimen que acaba de suceder, sino para el otro crimen ¿Que carajos estaba pensando? Hace menos de una hora estaba llorando como loca por lo que había pasado, hace menos de un segundo estaba preocupada por sus quemaduras y ahora andaba mirando lo bueno que estaba.

Perdóname por ser mujerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora