24-La gallina turuleca

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Hope

«Muy bien, esto es de lo más raro. Este chico o es un psicópata o yo tengo una suerte de mierda. Rezo a la virgen que se la segunda, porque si es la primera, si vamos a tener un problema».

Ahora nos encontrábamos escuchando el discurso de bienvenida para el nuevo entrenador de parte del jefe de cátedra, aunque, yo no le estaba prestando atención ya que tenía mis ojos pegados en Santiago que también me miraba con una sonrisa socarrona. Bueno, por lo menos no se hacía el boludo de "yo no me doy cuenta de lo que está pasando".

El jefe termino y se retiró dejándonos en manos de nuestro nuevo entrenador.

ꟷMuy bien, chicas como dijo el jefe de cátedra, me llamo Santiago Rivera y estaré a cargo de ustedes durante el tiempo que su entrenadora no esté. ¿Alguien tiene alguna pregunta? ꟷdijo sonriéndonos mientras nos miraba a todas. Yo tenía muchas preguntas, pero se las haría en privado, solo tenía que buscar algún palo por si acaso.

ꟷ¿Cuántos años tenés? ꟷpregunto Andrea, se veía la emoción en ella.

Bueno, Santiago estaba bueno y ahora que lo pensaba, esto sería un problema no solo para mí, sino para el equipo ya que seguro las chicas estarán más interesadas en él que en jugar bien. Definitivamente los profesores que estaban buenos no deberían dar clases porque si no estas cosas pasan. Si ya sé que mala onda, Hope.

ꟷ20 dentro de unos días cumplo 21ꟷrespondió con una sonrisa. Exacto era un viejo, podría ser mi... hermano mayor. Bueno, está bien no era viejo, pero ya era adulto.

Podía escuchar el murmullo de todas las chicas "Dios, ojalá que Mariana no vuelva nunca" "¿No es excitante lo de profesor-alumna?" "A este le doy con todo". No sabía que mis compañeras eran tan calenturientas.

ꟷBueno, vamos a las canchas de al lado, así dejamos el campo de futbol a los chicosꟷdijo empezando a salir del campo.

A nosotras no nos quedó más que seguirlo, me di la vuelta para despedirme de Marco con la mano. Pero al ver su semblante de molestia me dejo claro que esto no le había caído en gracia para nada y también note que Pancho no se quedaba atrás. Marco vio mi saludo y asintió.

Durante el camino para la cancha de al lado me dispuse a hablar con Micaela quien se divertía con los comentarios de las demás.

ꟷEsto no va a ser nada buenoꟷdije en voz baja para que solo ella me escuchara.

ꟷSí, no es conveniente que el entrenador este tan buenoꟷrespondió divertida.

ꟷ¿Bueno? Si es medio lindo, pero he visto mejoresꟷdije fastidiada

ꟷ¿Marco? ꟷme pregunto con una sonrisa socarrona.

ꟷSí

ꟷSos fiel hasta en tus pensamientosꟷcomento. Supongo que tenía razón, no me fijaba en nadie más que no fuera Marco. Me preguntaba, si él hará lo mismo.ꟷ Pero bueno, no se puede hacer nada. Además, ꟷañadióꟷ las demás parece que se han ganado la lotería y creo que esto va a evitar que falten a los entrenamientosꟷdije señalando con la cabeza hacia las chicas que no paraban de comérselo con la mirada mientras caminábamos.

En el equipo había chicas de años inferiores a nosotras, así que estaban en esa época de calenturientas al máximo. Pero veía que alguien ya había sacado ventaja con el "Adonis" en cuestión. Andrea caminaba al lado de él mientras hablaban. Parece que Andrea ya había marcado territorio, esa chica cuando ponía el ojo ponía la bala. Aunque, espero que Santiago no se le ocurriera hacer sus cochinadas acá. Andrea podía hacer lo que quisiera ya que era de nuestra edad, pero las demás eran más chicas y no permitiría ninguna corrupción de menores de ese pedófilo.

Perdóname por ser mujerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora