7-La misión del desenganche

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Después de que Ana salió de la habitación, haciéndome entender que estaba hasta las manos¹ con Marco, lo único que se me ocurrió fue agarrar mi celular y desahogarme con mi mejor amiga. Abrí el WhatsApp y por suerte estaba en línea.

Hope:

¡Sandra! ¡Estoy en el horno²!

Sandra:

¡Yo también! (T-T)

Hope:

¿Qué te paso?

Sandra:

Jugando al vóley me torcí el pie y ahora estoy enyesada. Y hace rato le dije a mi hermano que me fuera a comprar pollo a la brasa, pero el chibolo³ nada que viene. Para mi este concha su madre ya se lo comió

Hope:

¡Lo mío es más serio! ¬¬

Sandra:

¡¿Más serio que mi yeso y mi pollo?! JAMÁS

Hope:

¡Sí, lo es!

Sandra:

Ay a ver doña problemas más serios, sorprendeme.

Hope:

Me gusta un chico

Sandra:

Ay pues no, que sería la cosa.¬¬ ¿Y qué? a mí también. Serio seria si te gustara una chica XD

Hope:

Pero el chico que me gusta es GAY y de paso Misógino.

Sandra:

(°-°)... Capaz el que te guste una chica ya no sea tan serio...Es una broma ¿verdad?

Hope:

Me encantaría decir que sí, pero no. Me acabo de dar cuenta. Ahora estoy como boluda llorando con el peluche que me regalo.

Sandra:

¿Te regalo un peluche?

Hope:

Si, hoy fui con él al shopping y me gano un peluche.

Sandra:

Pero que gay tan heterosexual :v

Te está sonseando con que es gay es puro fachada⁴. Así como en ese sketch de pone a Francella de que se hacía el gay para que las mujeres se cambiaran en frente de él.

Hope:

Marco no se fija en ninguna mujer.¬¬ Además tiene novio.

Sandra:

Como en el sketch XD Que tiempos, era tan joven (TuT)

Hope:

¡No te vayas por las ramas! ¡Concentrate Sandra! ¿Te puedo llamar? Necesito hablar con alguien.

Sandra:

Ok

Sandra era mi amiga de primaria. Nos conocimos en primer grado cuando ella recién había venido de su país natal, Perú. Pasamos toda la primaria juntas, se suponía que haríamos la secundaria también, pero sus padres decidieron volver a su país. Igualmente, siempre seguíamos en contacto ya que ella solía venir para ver a su familia que vivía acá. Sandra era la única que sabe todo de mí, como yo de ella. Por ello podía contarle absolutamente todo lo que me pasaba.

Perdóname por ser mujerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora