Un pasó a la vez...

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Capítulo VII

Un nuevo día nació, pero esta vez era bastante diferente a como era unas tres semanas atrás, con un radiante sol sobre Magnolia el paisaje había cambiado, todo tomaba más color y era más agradable mientras la suave brisa matutina traía consigo un cálido aroma a dulce; la tensión y la tristeza habían huido muy lejos de aquella radiante ciudad.

Se levantó con pereza tras tener un largo y reconfortante sueño, el día anterior había vivido muchas cosas, el tiempo en Fairy Tail había sido muy re confortador pero más cuando el resto de la tarde noche se la había pasado con sus "amigos" charlando amenamente terminándolos por dejar en la posada (aun que Sting había tratado de ser él quien la llevara a casa) y pasar una noche contenta, los fuertes rayos de sol la sacaron de su ensoñación y dejo a Morfeo atrás.

Sonrió al notar al sol, hace tanto que no lo veía que ya lo extrañaba, tomo una ducha ligera y se vistió con la ropa que ya había adoptado desde que Yukino se la propuso, la verdad debía aceptar que no le quedaba tan mal por lo cual empezó a usarla con frecuencia, tomo un ligero desayuno y fue a el gremio lo cual sintió algo extraño ya que hacía 2 meses que no acostumbraba eso.

2 meses...

Como por instinto empezó a hacer cálculos con su dedos, y si, efectivamente, eran casi 2 meses, según sus cuentas en 7 días más o menos regresaba el, Gray Fullbuster de una misión junto con todo su equipo, pero no sintió nada en especial solo un poco de nostalgia recordando todo lo que había luchado y dado por él, todas las veces en las que le daba algo en representación de su amor, todo el tiempo y la parte de su vida que había consagrado exclusivamente para él.

Sintió una ligera opresión en el pecho, volvió a sonreír.

No había sido en vano, ella realmente había sido muy feliz amándolo, siguiéndolo en cada paso adquiriendo experiencia y ahora podía agradecérselo, tal vez ya no sentía lo mismo que antes, aun lo quería pero ya no tan alocadamente, y estaba dándole una nueva oportunidad a su corazón de amar, en ese momento pensó en el otro. De cabellera rubia sedosa, ojos claros y esa sonrisa drago nial confiada y coqueta que adornaba siempre su rostro, pero no solo su físico (en el cual no estaba nada mal) sino también su forma de ser, tan energético, natural, a veces algo pervertido, celoso, coqueto, trabajador, amable, caballeroso, infantil y juguetón; todo de él simplemente le parecía perfecto si no, no sería Sting.

Debía admitir que realmente estaba ya algo enamorada del joven maestro, no podía negarlo más, tal vez había sido todo muy rápido pero... No podía reprimir más lo que estaba sintiendo, cada vez que el la miraba de manera dulce, cada abrazo que le daba, sus brillantes sonrisas dedicadas a ella, sus notorios celos por Minerva, por dios, si con solo pronunciar su nombre o ese simple "Juv" le recorría una descarga eléctrica por todo el cuerpo.

Lo amaba, no del todo pero lo amaba... pero ¿Qué iba a hacer?

-¿Juvia-san?- Escucho la voz de Lisanna, por un momento la confundió con Yukino pero no, estaba en Fairy Tail, no con Sabertooth, no era su amiga la maga celestial, pero con una sonrisa volteo a verla y simplemente aseguro que no le sucedía nada, debería dejar de estar pensando en esas cosas, todo a su tiempo.

-Por favor, no insista Señorita- Dijo con la cabeza baja y comenzó a caminar al exterior de la posada, la joven morena se quedó mirándolo sentada en una de las mesas, desde que había llegado Rogue le había explicado el verdadero propósito de esa misión tan extraña, por lo cual había decidido tomar cartas en el asunto, y cada vez que podía hablaba del tema pero nada.

No quería ser maestro permanente, esos ya 5 días había estado insistiendo con ese tema pero siempre obtenía esa respuesta, ella realmente había llegado a tener cierta admiración por él y quería que se quedara como maestro del gremio de una forma permanente pero el rubio no cedía, por más que ellos insistieran siempre decía lo mismo, el dejaría el puesto en cuanto se diera la oportunidad.

Bajo un paraguas StingxJuviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora