AROMA [HunHan]

• 32 : Desaparecido •

Después de días de mucho caminar el alfa al fin pudo llegar. La cabaña parecía bastante maltratada y el olor a putrefacción que provenía de ella lo hacia mas aterrador. "No puede ser este lugar" se dijo asi mismo, pero aun así siguió el caminó y subió por aquella pendiente. Tocó aquella puerta maltratada, sin embargo no había respuesta alguna a su llamado. El alfa estaba por retirarse de aquel sitio pero la puerta se abrió repentinamente y escuchó una voz dentro de ella que le decía; "pase". Un poco inseguro ingresó a ella, todo estaba bastante oscuro y apenas podia ver sus propios pies.

Habia un pequeño Tragaluz al final de la habitación que delataba el cuerpo de un hombre alto y ceñido entre ropas y telas negras, el alfa se asustó un poco cuando el individuo levantó su rostro y lo miró sonriente mostrando su blanca dentadura, perfecto alrededor de la imperfección de su cuerpo y cabellos.

- Acercate - Le dijo el hombre y su voz resono en toda la pieza.

El alfa un poco inseguro y con miedo obedeció, ya estaba ahí no podía dar marcha atrás.

- Usted es...

- Si, soy el gran Hechicero Nam. ¿Por qué estas aqui lobo?

- Necesito... necesitó recuperar a alguien que quiero - pidió suplicante - Pagaré cualquier cantidad de dinero que me pidas brujo, eso no es problema para mi, solo quiero a Luhan de nuevo a mi lado.

El hechicero soltó una bulliciosa risa - Hechicero - corrigió - Veo que eres igual a tu amigo y que también quieres lo mismo.

- ¿Mi amigo?

- Si, vienen de la misma manada. El también quería reunirse con la persona que decía amar con locura... vaya loco.

- ¿El estuvo aquí?

- Asi es.

- ¿Entonces puedo reunirme con mi omega?

- Sabes muy bien que no te pertenece, supongo que el también esta muerto.

El alfa bajó la cabeza triste y asintió - Asi es, y lo quiero de vuelta.

- ¿Sin importar que?

- Asi es.

Una sonrisa de dibujó en el rostro del hombre y se levantó de su silla en busca de sus cosas para hacer el hechizo - De acuerdo. Tu omega ya esta muerto, por eso lo único que puedo ofrecerte es una maldición...

- ¿Maldición?

- Si - asintió - Es con lo único que puedo ayudarte para que te reunas con el y que el no encuentre a su alfa sino solo a ti. Sólo podrá sentir tu aroma solo el tuyo y de nadie mas.

Ren sonrió contento todo lo que escuchaba era mas que asombroso.

- De acuerdo ¿cuanto me saldrá...?

El hechicero liberó una gran carcajada nuevamente ante la incredulidad del alfa - Me recuerdas tanto a tu amigo, pero lo siento no me interesa el dinero para nada.

- Entonces que puedo...

- Tu vida y tu alma. Es lo único que pido a cambio de lo que tu deseas.

El alfa lo miró con horror, no podía creer lo que el hombre le decía y aunque por un momento pensó que era lo mas ridículo y que debía de irse. Luego pensó en Luhan y se quedó esperando que mas podia tenía para decir aquel hechicero.