Dos lobos se hallaban en un bosque nevado, pero a diferencia de las otras ocasiones esta vez estaban demasiado cerca tanto como para poder hablar y escucharse entre ellos.
- Porque no puedo llegar a ti - empezó el lobo blanco.
- No lo se - respondió triste.
- Pero eres mí alfa ¿no es cierto?
- Lo soy
- ¿Cuándo podremos estar juntos?
- Tampoco lo se, pero creo que estamos cerca - habló con sinceridad.
- Quiero encontrarte alfa - suplicó dolido.
- Y yo a ti mí omega
- Quiero ser tuyo
- Y yo que seas mío por siempre lindo omega
- Odio no poder tocarte
- No tanto como yo
- Búscame alfa...
- Siempre lo hago.
Luhan abrió los ojos instintivamente, también se había sentado desprendiéndose de las sabanas que lo cubrían, miró el reloj de su despertador - 02:00 a.m. - visualizo en él, era de madrugada y hacía un poco de frío. Se había levantado por el sueño que tuvo con el lobo, pero era la primera vez que hablaba con él. LuHan sabía que el espíritu de su lobo era el que se estaba comunicando y pudo sentir en carne viva los sentimientos que se transmitían los lobos en aquella conversación.
Por primera vez había hablado con el lobo alfa y sus esperanzas habían aumentado de sobre manera, tal vez no todo estaba perdido y el lobo gris en verdad existía y no solo era un simple sueño suyo. Trató de calmarse pero ya era tarde, su cabeza estaba maquinando por las posibilidades de que su pareja destinada no se hallara tan lejos como pensaba. Después de todo su lobo gris también lo buscaba al igual que él.
Pero sus esperanzas se vieron perjudicadas, cuando recordó el porque siempre pensó que encontrarlo sería casi un milagro en su vida.
Por mas que LuHan quisiera hallar a su alfa, su condición se lo impedía, nunca podría olerlo en la realidad, jamás sentiría ese aroma tan provocador que saboreaba en sus sueños. Sentirse miserable era poco para él, se sentia inútil, un fracaso como omega, nisiquiera podía oler su propio aroma. A veces dudaba de que era uno, pero sabía que lo era. Se presentó como uno y antes ya podía sentir los aromas de los demás lobos, su família y amigos. Pero con los días había disminuido tanto hasta quedar nulo y el arona natural de los lobos jamás lo volvió a sentir.
Fue a muchos doctores y recibió miles de tratamientos, pero nada funcionaba. Los doctores aseguraban de que era un omega de lo contrario no oleria a uno, el tenía aquel aroma a moras dulces y flores silvestres tan especial y encantador para cualquier alfa. Lo malo era que todos podían darse cuenta de que era un omega y sentir su aroma pero el no podía hacer lo mismo y eso era lo que mas lo frustraba y enojaba de sobremanera.
El doctor había indicado que lo que el pequeño tenía, era una anomalía muy poco convencional y que no había sucedió nunca en los lobos tan jóvenes como el y menos antes de presentarse por completo. Tratamientos para sus sentido del olfato no habían faltado, pero todo parecía en vano, nada funcionaba y al final obtaron por resignarse. Porque el problema no era su sentido del olfato, sino su incapacidad de sentir los aromas naturales de cualquier otro lobo incluido él mismo.
Luhan siempre pensó en dejar de usar los neutralizadores para que así su alfa pueda encontrarlo y marcarle como suyo para que ningún otro lobo se atreviera a tocarlo. Pero ese plan ya había fracasado ya casi logró que su vida se uniera a un alfa que no era su pareja destinada, ni mucho menos amaba.
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AROMA [HunHan]
Fiksi PenggemarEl aroma de un Omega o Alfa es muy fuerte y entre ellos pueden distinguir que aroma tiene cada uno, lo cual ayuda para elegir o encontrar su pareja predestinada. El sentido del olfato es muy desarrollado en los lobos. Pero que pasa si tu sentido del...