Capítulo 5

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Cuando el corazón de Armin empieza a sentirse incómodo con la felicidad de su gemelo.

Londres, Invierno de 1815.

Hace dos meses que se anunció el compromiso de Sophie y Alexy, en esos dos meses extrañamente Armin se hizo más apegado a su hermano, con el pretexto de que "Pronto dejarían de estar tan juntos como siempre". Así que no tardo en hacer amistad con la que debía estar conciente, sería su cuñada. Ahora mismo estaban los tres reunidos, en el salón de la mansión Warren.

Hacía frío afuera, estaba nevando y beber té con leche y comer algunas galletas mientras hacían planes siempre era agradable.
Armin estaba sentado en un sillón individual viendo el fuego que ardía en la chimenea de la sala de té, mientras que Alexy estaba junto a Sophie viéndola con emoción mientras hablaba de los detalles del vestido que ella debía usar.

—¿Qué te parece una pequeña orquesta para el baile? —preguntó Sophie, atravesando el salón para ir a sentarse en el piano y empezar a tocar algunas notas al azar.

Lo que tú quieras — contestó Alexy sin dejar de sonreirle desde el asiento donde estaba.

Entonces Sophie se giró a mirar a Armin.

—¿Armin? — dijo ella, indicando con el tono que tenía rato llamándolo.

Lo siento, no estaba escuchando — contestó él, esbozando una sonrisa sesgada, lo que hacía con mucha más frecuencia que antes.
Nadie lo tomaba en serio cuando sonreía así, y de eso justamente se trataba.

—¿Se te ocurre alguna idea? —preguntó ella sonriendole.

—¿Para qué? — levantó las cejas y evito suspirar por los gestos de ella.

Para nuestra boda. — dijo Sophie con total inocencia.
Si ella le hubiera arrojado una flecha no podría habérsela enterrado en el corazón con más fuerza. Pero se limitó a encogerse de hombros, puesto que era tremendamente bueno para disimular en esos casos.

—No es mi boda —dijo tajante.

Lo sé — dijo ella, y aunque él no la estaba mirando ya, tuvo la impresión de que había puesto los ojos en blanco.

Cualquiera que creería eso; pero Armin aprendió en esos dos meses que cuando ella quería ser sarcástica o irónica, sólo lo manifestaba en su voz y en un gesto de la boca; no necesitaba poner los ojos en blanco. Simplemente miraba con esa mirada, sus labios ligeramente curvados y entonces ...
Armin tragó saliva, por un movimiento reflejo, y se apresuró a llevarse la taza a los labios para disimularlo.

Definitivamente no decía nada a su favor que se hubiera pasado tanto tiempo analizando la curva de los labios de la prometida de su gemelo.

Te aseguro que sé muy bien con cuál de los dos voy a casarme — continuó Sophie, pasando las yemas de los dedos por el teclado sin presionar ninguna tecla.

No me cabe duda — masculló él con cierto dolor.

Perdón, ¿Podríamos retomar lo de la boda? — intervino Alexy. No necesitaba ser muy listo para saber que pasaba con Armin, sin embargo no pretendia extenderle todo en bandeja de plata, quería que Armin aceptara su situación y la enfrentara.

Continúa. — Ella frunció los labios, impaciente.

—solo le he pedido consejo porque siempre parece muy alegre —dijo ella.

— ¿Siempre estoy muy alegre? —repitió Armin, aunque sabía que así era como lo veía el mundo. Al fin y al cabo lo llamaban "el vizconde alegre"; pero odiaba oír esa palabra salida de la boca de ella. Le hacía sentirse frívolo, hueco.

Apostando al amor (Armin CDM Lemon) [Libro III]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora