Aquí es donde la tensión de Sophie empieza a notarse
y la pasión de Armin se desborda un poco.Londres, invierno de 1815.
Solo unos segundos después de que Armin se encerrara en su habitación.
Las cortinas de su habitación permanecían siempre cerradas, Armin realmente no era adepto de estar al aire libre; ni tampoco disfrutaba de los rayos del sol golpeando su rostro cada mañana. Miro con desinterés la hora que marcaba su reloj de bolsillo y pensó que quizá podría lograr dormir un par de horas antes de que su madre viniera a golpear la puerta para enviarlo a que se hiciera cargo de sus quehaceres como Vizconde.
Se deshizo rápidamente de las botas y del abrigo que llevaba puesto para cubrirse del frio. Pronto cayeron también el chaleco, el saco y la corbata. Se dejó caer perezosamente sobre la cama y se estiro mientras miraba el techo que cubría a esta.
Solo bastaron unos segundos para que la imagen de Sophie volviera a su mente. Recordó aquella sensación de sus labios y volvió a sonreír por enésima vez desde aquel instante, repaso mentalmente lo que había ocurrido. Como el delicado cuerpo de Sophie, el cual para su suerte noto lleno de curvas, encajaba a la perfección con el suyo, lo tersos que eran sus labios y el delicioso aroma que venía desde ella.
Cerró los ojos pensando en todo aquello, repasando cada movimiento que su mano hizo sobre la angosta cintura de ella, el calor que emanaba su cuerpo cuando lo tenía cerca. Se perdió por un largo rato en sus pensamientos, en todos los detalles que recordaba entre la penumbra de su pequeño encuentro con ella, la belleza que la conformaban y entonces sucedió.
La pregunta llego a su mente. ¿Y si ella no le hubiera detenido? ¿Si ella lo hubiera dejado continuar con su locura? La romántica e inocente imagen que tenía en ese momento se volvió lúdica.
Se permitió imaginarse a sí mismo poniendo a Sophie contra la pared más cercana que tenían en aquel balcón, metiendo su mano por debajo de aquella abultada falda del siglo pasado y dándole algo de placer, <como Dios le diera a entender>, a ella. Intento imaginar cómo deberían de ser los gemidos que brotarían de sus labios en aquel instante, las expresiones que pondría en su rostro. Estaba seguro de que terminaría bajando aquel vestido solo para poder contemplar sus pechos, tocarlos y posiblemente lamerlos hasta dejarlos enrojecidos.
Después todo fue aún más lejos, porque deseo estar dentro suyo, deseaba saber que se sentiría estar en el interior de Sophie Warren. En su mente repaso todo con detalle, como en ese rincón del balcón simplemente levantaría lo necesario el vestido y posiblemente tendría que apañárselas para cargarla a ella mientras la penetraba.
La respiración de Armin estaba agitada, como su ritmo cardíaco. Tal y como si estuviera corriendo desenfrenado. Mientras su mano frotaba de forma frenética su miembro sintió que sus mejillas y pecho ardían.
Estaba por terminar.
Londres, primavera de 1816.
A pesar de que Sophie y Marianne no solían ser muy unidas, se habían visto obligadas a pasar un poco más de tiempo juntas a causa de que se casarían con solo un mes de diferencia. Desde que Sophie dejo a Armin en Park Hyde, la sensación de nervios no abandono su cuerpo, la persiguió hasta la casa Warren y se quedó con ella por varias semanas. Ahora estaban reunidas su madre y sus dos hermanas en la sala del te. Esperando por ella para ir a elegir algunos detalles para los vestidos que ambas hermanas usarían en sus respectivas bodas.
Al entrar al salón del té, las miradas azuladas de las tres mujeres se posaron en ella. Sonrió un poco nerviosa y aclaro su garganta. ‒Lamento el retraso, disfrutaba tanto de estar practicando que perdí la noción del tiempo ‒
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Apostando al amor (Armin CDM Lemon) [Libro III]
Tarihi KurguLondres 1816, el heredero del vizcondado de Castlereagh solo se dedica a causar problemas a sus padres e incluso a su hermano gemelo. Armin, definitivamente jamas atrae las miradas de las jovencitas casaderas. Cuenta con mala fama, de mujeriego y ju...