Donde la terrible realidad golpea a Armin, lo hace sentirse humillado y la iglesia se vuelve una novela de esas dramáticas.
Londres, justo después de donde dejamos el capítulo anterior.
Un campo de batalla se presentó abre ella.
Lo primero que se logró ver fue a Lord Stewart palmeando su frente. Tantos años y Armin no perdía la habilidad de hacerlo sorprender por las malas decisiones que tomaba. Lord Warren avanzó con un semblante indignado, al igual que uno de los tíos de Sophie y Kentin, quien se había tropezado en los escalones de la iglesia después de perseguir a Armin por casi todo Mayfair.
Maggie, la hermana de Sophie se apresuró a apartarla y a Marianne de lo que ella asumía que se vendría más adelante, pero Alexy, quien había estado mirando los eventos con aires de espectador intrigado, tomó el brazo de su prometida —Yo la cuido... — le dio una sonrisa amable a Sophie para tranquilizarla. Si ella hubiera decidido irse con Armin, complacido le hubiera cedido su lugar, pero ella lo rechazo.
En cuanto a Sophie, se tropezó hacia atrás, con la boca abierta de la conmoción cuando el mismísimo Lord Stewart brincó sobre Armin, bueno, no encontró con que comparar aquella escena, era algo que jamás había visto alguna vez. Armin logro escabullirse con maestría del agarre de su padre, pero entonces Evan, el hijo bastado de aquella familia, lo volvió a sujetar junto con Lord Stewart.
—¡Lo tengo! —gritó Evan triunfalmente, solo para ser golpeado rotundamente con el bolso de la esposa de su padre. Finalmente, el padre de Armin termino embistiendo al azabache y tumbando lo al suelo.
Sophie cerró los ojos. —Imagino, que esta no era la boda de tus sueños, me disculpo por mi familia... — le murmuró Alexy en la oreja.
Sophie negó con la cabeza, demasiado aturdida como para hacer algo más. Debería ayudar a Armin. De verdad, debería. Pero sentía claramente como su energía se había agotado, y además, era demasiado cobarde como para enfrentarlo de nuevo. ¿Y si la rechazaba? ¿Y si no pudiera resistírsele? ¿Y si la sociedad empezaba a reclamarlo?
—Espero que él pueda salir de debajo de mi padre —continuó Alexy, su tono era apacible, como si estuviera mirando una raza de caballo un tanto aburrida, soltó un suspiro y mostró una sonrisa divertida— El pesa casi 90 kilos, y Armin solo 71...—
Sophie se volvió hacia él, incapaz de creer lo tranquilo que estaba, teniendo en cuenta que casi se había armado un alboroto en la iglesia. Incluso el primer ministro parecía estar entretenido en lo que pasaba.
—No creo que pueda salir... —dijo Alexy, sin inmutarse de ver a su gemelo sufriendo.
Sophie volteo a verlo totalmente incredula. ¿Quién era este hombre cielo santo, con el que todavía no se había casado? Ellos habían accedido en algo, de eso estaba segura, aun nadie los había declarado marido y mujer. Pero de cualquier modo, Alexy estaba extrañamente tranquilo, dados los eventos de la mañana. Pareciera que en realidad no le importaba si se casaba o no.
—¿Por qué no has dicho nada? —preguntó Sophie.
Él se volvió, mirándola alzando las cejas. —Quieres decir, ¿Cuándo el imprudente de mi hermano te estaba profesando su amor? —
Ella sintió deseos de rodar los ojos. En su lugar, asintió. Alexy inclinó la cabeza. —Supongo que quería ver lo que tú harías —
Lo miró fijamente. ¿Qué hubiera hecho él, si ella hubiera dicho si?, Penso.
— A propósito, me siento honrado — dijo Alexy sonriendo —. Y te prometo que seré un buen esposo. No tienes que preocuparte por eso. —
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Apostando al amor (Armin CDM Lemon) [Libro III]
Historical FictionLondres 1816, el heredero del vizcondado de Castlereagh solo se dedica a causar problemas a sus padres e incluso a su hermano gemelo. Armin, definitivamente jamas atrae las miradas de las jovencitas casaderas. Cuenta con mala fama, de mujeriego y ju...