Capítulo 15

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Desperté por un golpeteo en la puerta de la habitación. Miré el reloj de la pared. 3:33 a.m ¿Quién mierda viene a tocar mi puerta a "la hora del demonio"?

Seguro, Chandler, quizás es una de las tantas almas en pena que murió aquí por una sobredosis o cualquier mierda.

Me estremecí. Me levanté de la cama y caminé a la puerta. ¿Por qué a nadie se le ocurrió ponerle mirillas a las puertas?

Oh Chandler. Que tonto. No existen los fantasmas. Sólo son historias creadas para distraer al pueblo de cosas injustas que pasan. Sí, no existen esas leyendas. Ni la llorona, ni la nahuala, ni nada de esas mierdas.
No existen. No existen. No existen.

Abrí la puerta despacio. Me asuste un poco, sí, lo hice.

Sólo era Becca con una bata larga que llegaba hasta por debajo de las rodillas, y no es como que yo estaba fijandome mucho pero sus pezones se marcaban, en una de sus manos tenía un peluche de oso y sus ojos tenían unas pequeñas ojeras.

—¿Puedo dormir contigo?—Susurró ronca—No puedo dormir. Tengo miedo.

Ella es tan infantil y eso lo hace tierna. No puedo.

—Sí. No te preocupes. Entra—Me alejé y la deje pasar. Sonrió y entró—¿Qué paso?

—Tuve una pesadilla. Tu estabas muerto con muchas heridas en tu pecho y mucha sangre por todas partes.

—¿Y-yo?±Le hice una seña y se sentó en el borde de la cama.

—Sí, tu. Y luego yo estaba cubierta de sangre y llorado. Creo que yo te maté. No lo sé, pero fue muy loco y luego ya no pude dormir—Tragué saliva.

—Aquí... Aquí estarás bien. Lo estarás si no haces lo que en tu pesadilla.

—No tienes que preocuparte. Tomé calmantes cuando me desperté. Estaba muy... Alterada en ese momento.

—Bien. Supongo que por eso tu cara de cansancio.

—Adivinaste—Se recostó en la cama. Y me hizo una seña, me acerqué—Ven. No voy a hacerte daño—Me acosté a un lado de ella. Empezó a acariciar mi cabello. ¿Cómo lo hace?

(...)

—Chandler—Susurró en mi oído—Chandler—Me desperté de golpe lo cual causó que cayera al suelo—¿Estás bien?—Dejo ver su cabeza por el borde.

—Mierda—Toqué mi nuca—Estoy bien—Escuché su risa. Me levanté del suelo y la miré.

—Lo siento, lo siento—Dejó de reírse—¿Seguro que estás bien?

—Sí, creo que sí.

—Lucas me dejó tu desayuno y dijo que no olvidaras tomar tus anti-depresivos.

—Los anti-depresivos ni siquiera los tomó. No los necesito.

—Oh. Tu no deberías de hacer eso.

—¿Por qué? No los necesito.

—Ya pero, cada cierto tiempo vienen a revisar tus pastillas para cerciorarse de que las tomes.

—Oh. Sí. Las tiraré por el baño entonces. En serio, no las necesito. Si estoy aquí es sólo por un capricho de mi madre. Yo no debería de estar aquí. Estoy cuerdo.

—Chandler. Todos decimos eso, incluso la loca Milly, cuando llegó aquí, yo ya estaba y ella decía "yo estoy bien. ¿Qué hago aquí?" pero luego la escuchaba gritar por la noche y yo pensaba "Sí, ella esta perfectamente". Nadie que éste aquí esta totalmente cuerdo.

—Bueno, quizás yo estoy más cuerdo que la loca Milly.

—Cualquiera que pueda estar sin un ataque de ansiedad cada dos horas esta más cuerdo que la loca Milly.

HOSPITAL ×c.r×  [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora