Capítulo 2: Desconocidos.

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Emma siguió a la señora, quien abrió la última de las bodegas, parecía estar llena de polvo, pero era bastante amplia como para darle un aspecto de hogar, claro que enseguida firmó los papeles y recibió las llaves de aquel lugar, ya vería lo de sus muebles después y ese tipo de cosas. La señora se fue primero, mientras que ella seguía visualizando lo que haría en aquel lugar, al salir se encontró con un chico que parecía bastante conocido, alguien que estaba cerrando una de las bodegas. Al principio quizo no darle importancia e irse pero ¿Han escuchado eso de que la curiosidad mató al gato? Bueno, Emma bien podría ser la razón por la que ese dicho existiera; apenas el chico de rostro familiar se fue, Emma se acercó a la bodega y trató de observar por la ventana, mas su estatura no se lo permitió. En realidad ella no era una persona chaparra, pero sí había gente más alta que ella, ¿Que si eso la detuvo? Claro que no, con facilidad subió a un pequeño montón de piedras y así alcanzó a ver a través de la bodega, solo que se llevó una gran decepción al ver que estaba vacía, soltó un suspiro divertida y se preguntó en que punto había llegado hasta la ventana de una bodega ajena cuando tenía un cuarto de hotel esperándola.

Em: Grande Emma, grande.

X: Yo diría más bien chismosa.

Emma volteó asustada observando a un chico que la veía con una expresión seria, ella tragó en seco y rápidamente bajó de la pila de rocas dando la cara a aquel chico que resultó ser el mismo que había cerrado la bodega.

Em: Lo siento, solo fue curiosidad, en serio lo siento.

Emma observó al chico delante de ella, tenía el rostro firme, facciones algo delicadas y un cuerpo envidiable, Emma rio al darse cuenta de lo que estaba pensando pero paró rápidamente cuando aquel chico le había fruncido el ceño.

X: ¿Cómo te llamas?

Em: ¿Para qué quieres sabes? ¿Cómo te llamas tú?

X: Luis.

Em: Soy Emma, ¿La bodega es tuya?

El chico se relajó y por primera vez en la noche sonrió hacia Emma.

Lu: Algo así.

Em: Ok, bueno, yo me voy, Luis.

Lu: ¡Espera! ¿No quieres salir? Te invito un café.

Em: Bueno.

Emma era así, confiaba en la gente ciegamente y Luis era un chico que había peleado con su novia y necesitaba a alguien con quien desahogarse, no de la forma en que están pensando. Ambos llegaron a un café y comenzaron una plática taN amena que cualquiera podía pensar que esos dos se conocían de toda la vida, aunque claramente Emma era mucho más risueña que Luis.

Em: A ver, entonces tú novia se enojó porque..

Lu: Hoy tenía un evento familiar, iban a recibir a su hermano en casa con una fiesta y quería que yo llevara una torta, pero no podía hacerlo..

Em: ¿Y por qué simplemente no se lo explicaste?

Lu: No podía decirle nada, la razón por la que no podía ir era porque la señora de las bodegas solo recibía hoy y esa bodega es una sorpresa para ella.

Em: Aww, eso es tan tierno, ¡Estúpido! Tienes que ir con ella ya.

Lu: No creo que sea buena idea, está con su familia justo ahora.

Em: ¿Y? ¡Ve y llévala a la bodega! Sorpréndela. ¿Pero por qué una bodega?

Luis: Preguntas demasiado y no das indicios de nada, ¿Qué haces aquí? Obviamente no eres colombiana, ¿Qué haces? ¿Estudias? ¿Estás sola?

Em: Wow, tranquilo que contestaré todo, soy mexicana y llegué aquí por la universidad de Los Andes, estudiaré ahí producción musical y sí, por el momento estoy sola, pero necesito urgentemente alguien con quien vivir, así que si conoces a alguien te lo agradecería.

Lu: Wow, estudiaras donde estudia mi novia y su hermano. De hecho conozco a demasiadas personas de esa universidad, aunque ninguna que esté buscando departamento, lo siento.

Em: No te preocupes, pero no me dijiste, ¿Por qué una bodega?

Lu: Oh, pues ella abrió un canal de YouTube con dos de sus amigas, quizá lo hayas escuchado, se llama "Aquí entre nos."

Emma casi se ahogó con el café que estaba tomando y tras toser y escupir todo, miró sorprendida a Luis.

Em: ¿Tu novia es Susana Isaza?

Lu: Jajaja, déjame adivinar, ¿Fan de Morat?

Em: Como no tienes idea, osea, son músicos brutales. No la hagas.

Lu: Algún día puedo tratar de presentártelos aunque...

Em: No gracias, creo que es muy importante respetar la vida privada de todas las personas.

Lu: ¿Siempre dices cosas así?

Em: ¿Así cómo?

Lu: Pareces libro de consejos o algo por el estilo.

Emma rio y dejó un golpe en el hombro de Luis sacándole una risa.

Em: Idiota. Creo que ya me tengo que ir.

Lu: Déjame tú numero, estaremos en contacto y cuando necesites ayuda con lo que vayas a meter a la bodega, como tu cama y tus cosas, me llamas y te ayudo.

Emma abrió los ojos sorprendida mientras apuntaba su número en una servilleta.

Em: ¿Cómo sabes?

Lu: No eres la única a la que le gusta observar.

Emma rio y le dio su número a Luis, luego de eso tomó un sorbo más de café y con una sonrisa se despidió.

Luis guardó el número y decidió tomar el consejo de aquella chica que le había caído tan bien, a pesar de que él no solía ser la persona más sociable del mundo. Llegó a casa de Susana y al tocar fue Villamil quien le abrió la puerta, ambos se saludaron en un breve abrazo y él lo dejó pasar.

Luis: Pensé que estarían cada quien con su familia Villa, ni en Bogotá se separan ¿Eh?

vi: Jajaja, estuvimos un rato en nuestras casas, pero necesitamos reunirnos para buscar información acerca de bodegas aquí cerca.

Lu: ¿Y cómo va?

Apenas Luis entró al salón vio a Simón tirado en el piso con los ojos cerrados, Martín a su lado revisando el celular e Isaza con cara de fastidio en el sofá.

Vi: Nos rendimos, no encontramos nada de nada.

A Luis le vino una idea a la cabeza y sonrió.

Gracias por su tiempo, voto y/o comentario.
Carol.

Enamórate - Simón VargasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora