Capítulo 18: Aprender a Quererte.

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Al salir del hospital, Isaza y Martín fueron de nuevo al departamento del mayor, no sin antes comprar algo para comer.

Kathery ya le había dado el analgésico a Martín y el dolor había cesado bastante, aunque su vergüenza no. Cuando iban en el auto, Isaza no dejaba de soltar pequeñas risas que lograban fastidiar y enrojecer a Martín al mismo tiempo.

Mar: ¿Comida china está bien?

Isaza asintió y soltó otra pequeña risa que hizo que Martín girara los ojos.

Mar: ¿Cuánto tiempo más vas a reír? Casi nos descubren en el hospital por tu culpa.

Isa: No me estoy riendo, Marto.

Martín giró los ojos y se cruzó de brazos soltando un murmuro que Isaza logró captar al 100%, aunque esa no era la intención de Martín.

Mar: Me alegra que mi ridiculez te divierta.

Isaza se puso serio y estacionó el auto en la primera esquina que encontró vacía, Martín lo vio confundido mientras Isaza apagaba todo y salía del auto, él se quedó sentado ahí, observando cómo Isaza iba hasta su puerta y la abría indicándole que saliera. Una vez que lo hizo, él tomó a Martín de la cintura y lo apegó completamente a sí, logrando que sus respiraciones se mezclaran y Martín se perdiera poco a poco en los ojos de Isaza.

Isa: No me rio por que seas ridículo, me rio porque no me cabe la felicidad adentro.

Martín abrió los ojos con sorpresa e Isaza juntos sus labios con los de él en un beso de los suyos, era agresivo, apasionado, siempre como si quisiera más y más de los labios de aquel chico que lo tenía vuelto loco.

Martín no tardó en seguir el beso y unos segundos después, incluso, pasó sus brazos detrás del cuello de Isaza, este sonrió y se separó para poder observar las mejillas sonrojadas de su chico.

Mar: Lo siento, es solo que...

Isa: Todo es muy nuevo, pero sé que vamos a poder adaptarnos, además, yo ya me acostumbré a tus labios.

Martín sonrió y dejó otro pequeño beso en los labios de Isa.

Mar: Muero de hambre.

Isaza rio.

Isa: Al nene lo que pida, sube, vamos por la comida china.

Martín sonrió y antes de que Isaza subiera al auto acercó su boca a su oído.

Mar: Isa, si alguna vez dices por qué me dolía el trasero, le digo a todos que me trajiste a una esquina para besarme.

Luego rio al ver la cara sorprendida de Isaza y dejó otro beso que logró quitar la sorpresa y plantó una sonrisa.

Isa: Hecho.

Así ambos fueron por la comida y luego pasaron la tarde en casa de Isaza, jugando un poco, viendo series y sobretodo disfrutando de la compañía del otro.

Villamil suspiró cuando sus amigos se fueron. Mientras Kathery iba a la cafetería por algo de comida para los dos, Villa comenzó a recordar a su vieja novia, no sabía por qué ella volvía de nuevo a su mente, pero ahí estaba. De repente se encontró recordando las mañanas que despertaba con ella a su lado, los días que ella y él se amaban, las risas que compartieron y todos los bellos momentos juntos, para cuando Villa se dio cuenta de lo que estaba pensando, la tristeza ya estaba en él, comenzó a sentir una profunda tristeza y por primera vez desde que había cortado con su ex, tenía ganas de llorar.

Kathery entró a la habitación con una sonrisa y vio a Villa con mirada perdida y una sonrisa melancólica, su corazón se removió al verlo así y aunque una voz orgullosa en su mente le recordaba que él siempre había ocultado su dolor, Kath no se sentía feliz por tener la razón, no esa vez.

Con cuidado dejó la comida sobre el sofá y se acercó despacio a Villa, con una pequeña sonrisa. Él la miro, por fin dándose cuenta de que estaba en la habitación y trató de fingir una sonrisa, pero no pudo; Kath se dio cuenta de esto y lo único que se le ocurrió fue darle un leve abrazo en el que él se sintió aliviado y por fin pudo soltar esas pequeñas lágrimas que llevaba dentro, Kathery no dijo nada, sólo dejó que ese chico se desahogara.

Vi: Ella no va a volver, Kath.

Kathery sintió como su corazón se estrujaba al oír a Villa hablar con la voz rota y se sentó frente a él.

Kat: ¿Te serviría si me hablas de ella?

Vi: ¿No sería demasiado extraño?

Villamil miró directo a los ojos de Kath y en vez de sentir celos o decepción, Kathery sintió una inmensa felicidad de que ese chico poco a poco iba siendo suyo.

Kat: No lo será, además, así sabré cuales zapatos tengo que llenar.

Villa rio al mismo tiempo que ella, luego soltó un suspiro y comenzó a contarle su historia a Kath, detalle a detalle, él se desahogaba y ella sentía que por fin había conocido un poco más a Villa.

Una hora más tarde, Villamil había caído dormido y Kath luchaba por no hacer lo mismo, en algún punto de la conversación ella se había recostado al lado de Villa y él la había medio abrazado, lo cual la volvía loca, a pesar de que le había hablado de su ex novia. Ella trató de librarse de los brazos de Villamil sin despertarlo, pero eso fue imposible, abrió los ojos somnolientos y la miró con una leve cara de confusión.

Vi: ¿Tienes guardia ahora?

Kat: No, hasta mañana en la tarde.

Entonces Villamil sonrió y rodeó a Kathery más cerca de sí, logrando que ella sonriera.

Sus rostros habían quedado muy juntos y Kath había decidido "aprovechar" eso de alguna forma, lentamente y con cuidado de acercó más a Villa y dejó un muy pequeño beso sobre sus labios, que pensó pasaría desapercibido, pero Villa abrió de nuevo los ojos con una enorme sonrisa y sin dudarlo juntó sus labios con los de ella en un mejor beso, uno que hizo que Kath suspirara mientras la corriente eléctrica volvía a pasar por cada centímetro de su cuerpo.

Gracias por su tiempo, voto y/o comentario.
Carol.

Enamórate - Simón VargasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora