Capítulo 12: En el estómago y pecho.

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Los chicos de Morat nuevamente se habían saltado las clases, luego de distintas actividades mañaneras, como el desayuno que Emma y Simón compartieron, o las sonrisas cómplices de Isaza y Martín luego de amanecer abrazados, todos se pusieron de acuerdo para ir a visitar a Villamil al hospital. Obviamente no le habían dicho nada a nadie, todos se excusaron en que tenían cosas que hacer para pasar desapercibidos. Ahora se encontraban en la habitación de Villa, ya habiendo escuchado toda la historia y sin poder evitar soltar una que otra broma.

Isa: Así que el pobre Villamil está deprimido.

mar: ¿Te quieres cortar o algo así? Porque conozco a alguien.

Vi: Chicos, ¡No estoy deprimido! Solo no he tenido tanta hambre últimamente.

Si: ¿Tú? ¿Sin hambre? Llamen a la doctora, confirmaré que sí está deprimido.

Todos rieron y Villa sintió un pequeño tirón en su abdomen, hizo una mueca de dolor que para sus compañeros no pasó desapercibida y logró preocuparlos.

Mar: Isaza, llama a la enfermera, por favor.

Vi: No sean exagerados, fue solo un pequeño tirón.

Simón observó donde Villamil se tocaba y con un dedo picó el área sensible, haciendo que Villa soltara un pequeño grito.

Vi: ¡Auch! ¡¿Qué le pasa, perro?!

Mar: ¿No que solo era un pequeño tirón?

Si: Isa, llámala.

Isaza salió de la habitación ignorando las quejas de Villa y se dirigió a la estación de enfermeras más cercana, donde solo había tres chicas y un chico, dos de ellas con un traje azul verdoso y el chico y la chica con un traje azul marino.

Isa: Buenas tardes, necesito una enfermera para el paciente de la habitación 5510.

Una de las enfermeras buscó algo, un expediente, y luego habló mirando a la chica del traje azul marino.

Enfer: Es Villamil.

La chica de traje azul tomó el expediente y trató de disimular la rapidez con la que quizo ir a atender a su paciente, se volteó hacia Isaza y comenzó a andar para la habitación con él a un lado.

Kat: Yo soy su doctora, ¿Qué le ocurre?

Isa: Le duele el estómago.

Kath asintió y entró a la habitación con una ligera sonrisa, apenas vio a su paciente notó que algo andaba mal, parecía más pálido que la noche anterior y no dejaba de tocarse cierta área del estómago, inmediatamente se acercó hasta él y comenzó a examinarlo.

Kat: Necesito examinarlo, ¿Podrían salir de la habitación por unos momentos?

Vi: No, mejor vayanse de una vez chicos, tienen cosas que hacer y yo voy a estar bien.

si: No, ¿Cómo cree que lo vamos a dejar aquí solo?

Vi: Llevan horas aqui, mejor hagan algo productivo y vayan a conseguir lo que nos falta en el estudio.

Isa: ¿Marto? ¿Monchi?

Martín notó algo extraño en la mirada de Villa y asintió dando a entender que era mejor dejarlo solo.

Mar: Bien, pero vendremos de nuevo.

Kathery sonrió ante la amistad que estos chicos presentaban y comenzó a preparar el medicamento y la intravenosa nueva que tendría que ponerle a Villamil.

Vi: No se preocupen, estaré bien, ¿Cierto Kath?

Kathery se volteó y sonrió hacia los chicos en general.

Kat: No morirá.

Los chicos rieron y se despidieron, logrando dejar que Kathery trabajara.

Kat: Bien Villa, ¿Que tan malo eres para las agujas?

Vi: Las odio.

Kat: Okay.

Kath extendió su brazo y con una sonrisa pasó un poco de alcohol justo encima de una vena, limpió también la jeringa y luego se detuvo un momento para mirar a Villa directo a los ojos.

Kat: ¿Siempre haces eso?

Vi: ¿Hacer qué?

Kat: Alejar a las personas importantes cuando algo anda mal.

Vi: Yo no...

Villa se calló cuando sintió un piquete en su brazo, luego vio como un tubo era pegado a su brazo y Kath lo veía sonriente.

Vi: Auch, solo era una distracción.

Kat: No en realidad.

Kath inyectó el medicamento para el dolor y casi al instante Villa sintió un alivio pasar por todo su cuerpo, luego revisó sus signos y, tras tomar unas cuantas notas, se dispuso a salir de la habitación.

Vi: Kath, no estoy deprimido.

Kath solo lo vio, le sonrió y salió de la habitación, Villa poco a poco fue sumergido por el sueño.

...

En la universidad ya era de las últimas horas en donde al parecer el profesor no se dignaba a llegar, lo que les daba oportunidad a Emma y a Joy de entablar una conversación, una más de las tantas que en las últimas horas habían tenido.

Joy: Así que vives en las bodegas de aquí cerca.

Em: Oye, son lo más funcional de la vida.

Joy: Ni que lo digas, yo hago 40 minutos de camino casi todos los días.

Em: Lástima que no te conocí antes, pudimos haber vivido juntos.

Joy: Oh no, no te separaría de ese compañero de bodega que te gusta tanto.

Em: ¿Qué? Él no me gusta.

Joy: Emma, no has parado de revisar tu celular en todo el día esperando a que llegue un mensaje, no necesito ser muy listo para saber que esperas que él te hable.

Em: Quizás no.

Joy: Ajá, y yo me chupo el dedo.

Emma rio y trató de desviar el tema, pues no quería que su cabeza se llenara de ideas raras acerca de Simón, ya era demasiado con que fuera su favorito en la banda.

Em: Me encantó la tarea de composición.

Joy: Lo sé, es asombroso que ya vayamos a componer.

Em: De una manera profesional, claro.

Joy: ¿Has compuesto antes?

Em: Algo por aquí, otro tanto por allá..

Joy: ¿Y usarás una de las viejas?

Emma negó con la cabeza y sacó uno de sus cuadernos.

Em: Esas canciones prácticamente están terminadas, quiero otra.

Joy: Sí, haré lo mismo, tengo varias melodías, pero creo que será mejor algo fresco.

Emma asintió y en ese momento el profesor entró a la clase disculpándose por la tardanza, Joy y Emma de despidieron con la mirada y comenzaron a poner atención a la clase, mientras que la mente de Emma viajó hacia otro alguien y una frase quedó grabada en su cuaderno.

Con una canción de amor dedicada al dolor de su partida.

Gracias por su tiempo, voto y/o comentario.
Carol.

Enamórate - Simón VargasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora