Prologo

54.8K 1.1K 108
                                    

¿Quién soy?

Esa es la pregunta que cada día me hago.

Me llamo Lía García nací en Estados Unidos, pero fui criada en Barcelona estudie todo el tiempo fuera de mi país de crianza así que tengo acento de diferente lugares. Estudie mi carrera graduada en Finanza y una subespecialización en producción de contratos. Soy hija única en mi familia. Mis padres recién se mudaron para las afueras de Barcelona mientras yo tengo un apartamento muy céntrico. Actualmente tengo 25 años.

-Lía necesito que hoy compres comida- dijo Alex quien es mi compañero de piso

Alex, lo conocí mientras estudiaba mi maestría en Nueva York y el muy inteligente se quiso mudar conmigo a Barcelona. Él pertenece realmente a Nueva York, pero por llevarle la contraria a su familia ahora vive junto a mí. Él es muy diferente a mí. Él se pasa más en el apartamento que de fiesta. Yo por mi lado cada noche que me era posible me aparecía en una discoteca nueva cada noche.

-Sí, cuando termine las entrevistas que tengo hoy voy a hacer la compra- respondí mientras tomaba mi cartera y me miraba por última vez en el espejo que teníamos al lado de la puerta de la entrada

-Hoy no tienes permitido salir de fiesta si no consigues un empleo ya- dijo él antes de que saliera

No tenía auto propio así que me tocaba tomar el bus.

Tenía en agenda unas cinco entrevista cada una con una hora de diferencia así que no estaba mal, ya que cada empresa quedaba solo a cinco minutos una de la otra, por lo cual, mi día más perfecto no podía ser.

Me tomó una media hora para llegar a la primera empresa que estaba frente a mí.

Es una empresa grandísima, la cual en sus puertas de cristal por donde entraba mucha gente tenía un logo, pero no parecía el de la empresa.

-Bienvenida a la empresa De la Fontaine, Inc. ¿En qué podemos ayudarla? - dijo una chica muy amable.

-Buenas tengo una entrevista de empleo para el puesto de Finanza- dije sonriendo

Ella no dudo en inspeccionarme de pie a cabeza.

Tenía un traje bastante pegado a mi cuerpo con una chaqueta que me hacía lucir un poco más profesional. En mis pies tenía unos tacones que me hacían lucir más esbelta. En mi mano llevaba mi portafolio con toda mi información y mi cartera. Mi cabello lo tenía lacio con pequeñas ondas en las puntas las cuales llegaban hasta el nacimiento de mis glúteos.

-Colóquese este identificador de visita y suba al último nivel, ahí está la oficina de nuestro presidente y hable primero con la recepcionista para que le den permiso a entrar- dijo ella con cierta cara de burla

-Gracias- respondí de manera educada, aunque quisiera estamparle con mi porfolio en la cara

Con un ánimo de matar a quien me vuelva a mirar cómo esa tipa lo hizo subí al elevador qué para qué negarlo tenía más lujo que mi baño.

-Buenos días- respondí al ver que un muchacho subió conmigo. Él es hermoso, es alto con un cuerpo que a pesar de la ropa tan elegante se podía apreciar lo musculoso que era. Su perfil es perfecto, parecía una escultura. Su cabello castaño oscuro muy bien arreglado. Esperaba con ansias que esa hermosura me respondiera a mi saludo.

Pero el muy hijo de su hermosa madre no me respondió, ni siquiera me miro.

- ¿Por qué no cierran las puertas? – dije mientras miraba como todo el mundo no entraba al elevador que recién iba llegando

-Bájese- dijo él lo más sereno que pudo

-No, tengo derecho a subir por este elevador- dije enojada

Mi Jefe el InsípidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora