Dos

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Ya era lunes así que me tocaba presentarme en la oficina.

Entraba a las ocho, por lo qué me levante a las 6:30 de la mañana para poderme arreglar.

Está vez me coloqué una falda tubo negra con una camisilla negra y un chaleco rojo. Mis tacones eran rojos.

Mi cabello una vez más lo deje suelto con ondas abajo y mi maquillaje era uno muy natural.

A la 7:30 de la mañana ya me encontraba en el bus camino a la oficina.

-Buenos días- dije a la de recepción cuando llegue

-Tome su carnet para que pueda subir por el elevador de los que trabajan aquí- dijo ella

-Gracias- dije con mi cara de arrogante por como ella me miro la otra vez

Volví a llamar al elevador cómo la primera vez. Entre al elevador que nadie se atrevía y ya sabía por quién era.

-No pienso moverme de aquí- dije sería

-Tampoco se lo he pedido –dijo él de igual manera

-Aquí tiene mi contrato- dije mientras se lo pasaba

-Sabe que en el contrato hay una regla en donde usted no debe estar cerca de mi si no es llamada- dijo seriamente haciendo que lo mire

-Déjeme notificarle que los dos somos personas y tenemos derecho a estar en un mismo lugar. Además ¿qué debo de hacer cuando este cerca?- dije incrédula

-Esconderse cómo todo el mundo – dijo molesto

-Lo siento Señor, pero no soy todo el mundo- dije antes de bajarme y dejarlo con la palabra en la boca

-Buenos días- dije a Lucia

-¿Puedes venir? – dije antes de cerrar mi puerta

-¿Qué se le ofrece?- pude ver como ella entraba con una libreta

-¿Qué tengo para hoy? – odiaba responder con otra pregunta, pero era lo que necesitaba saber

-A las 10 tienes una reunión general con el Señor De la Fontaine. Después de eso sólo debe seguir trabajando aquí- dijo ella

-Gracias- dije antes de que ella se retirara

No conocía a mi compañera de piso, pero por ahora no me interesaba ya que estaba realmente ocupada como para hacer amistades.

Trabajé mis dos horas revisando los errores de la persona que estuvo antes en este puesto ya que al parecer había robado una alta suma de dinero.

-Lía tienes 10 minutos para subir a la oficina de reuniones- dijo Lucia por el comunicado

-Gracias- dije duro para que ella me escuchara porque yo cómo toda burra que soy no sabía utilizar ese artefacto

Hice que mi ordenador se bloqueara y tome una libreta, y un lápiz para subir a la oficina.

Cómo ya era costumbre la secretaría del insípido me pidió que me retirara los tacones porque una vez más él no estaba de humor.

-Buenos días- dije cuándo entre a la oficina y todo el mundo se encontraba colocándose de nuevo sus zapatos

-Buenos días- dijeron en forma de coro

Por lo que podía ver la mayoría de esta empresa era hombre excepto yo y una chica más.

Busque  la silla que decía finanzas en frente y me senté en ella. A mi lado estaba el puesto de Co-presidente, pero no había llegado.

-Buenas – dijo una voz muy varonil que se ganó mi mirada en un sólo segundo

Mi Jefe el InsípidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora