Nota #0

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Primer día de clases. 

(7:30 am.)

Un joven de hebras bicolor estaba caminando por los pasillos del instituto sin prestar atención a su alrededor más que al libro que estaba leyendo, ¿por qué debería hacerlo si ya se conocía el camino de memoria? además, no había demasiada gente en los pasillos ya que recién habían abierto el colegio. Así es, Todoroki Shouto siempre llegaba casi de los primeros al instituto por temas personales, bien podría entrar después al igual que todos los alumnos, pero prefería estar más en el instituto que en su propia casa, problemas de él.

Por otra parte, una fémina de hebras rubias cenizas también se encontraba en los pasillos caminando pegada en el celular, quién iba a pensar que una "delincuente" como ella iba a llegar tan temprano al instituto. Todos los de su clase creían que ella copiaba en los exámenes, intimidaba a los más "nerds" para que les hicieran los exámenes o sobornaba a los profesores y por eso sacaba tan elevadas calificaciones, pero lo que no sabían es que ella si estudiaba y mucho, con la bruja que tenía por madre más le valía estudiar y no hacer de vaga.

Ambos estaban tan pendientes de sus cosas que sin querer los dos chocaron entre ellos, uno botó su libro y la otra por poco casi dejó que su móvil se estrellara en el suelo, de milagro (o por los reflejos ajenos) su móvil no paró en el suelo. Una vez ambos se levantaron y arreglaron sus cosas, la chica de orbes rojizos tomó por el cuello de los ropajes ajenos y lo estrelló contra la muralla más cercana.


  — Kgh... — Soltó un quejido debido al golpe, de paso se estaba quedando poco a poco sin aire debido al agarre que la más baja había hecho.

  —  Cabronazo... ¡¿Acaso no sabes caminar o qué mierda?! — 

  —  L-lo mismo podría decir... de t-ti... —  Respondió con  dificultad, pero mantuvo su neutra expresión.

  — Ah... ¿Acaso el don asado por la mitad está intentado ser fuerte? ¡No me jodas! — Y dio un golpe a la muralla, el puño había quedado a centímetros de su cabeza, aún así no intimidó al monótono joven. 


Shouto no dijo nada más, es más, estaba pasando de las amenazas y ofensas de la contraria, ella ya más calmada lo soltó y dejó al de hebras bicolorinas tranquilo, pronto se iba a desquitar con todo de él.


(10:00 am.)


Las clases iban normales, los alumnos en los tiempos libres molestaban, hablaban de trivialidades o iban a comprar su desayuno, las chicas hablaban de qué niño les gustaba, que harían el fin de semana o si iban a ver una película, todo estaba tan tranquilo hasta que...


  — ¡L-L-LO S-SIENTO...! — Un joven de pecas estaba exclamando (o más bien gritando) aterrorizado, había dado vuelta su café en los ropajes de cierta explosiva fémina y los chicos quienes seguían a la chica estaban carcajeando debido al actuar del menor.

  — ¡Oh, en serio lo hizo! — El de hebras rojizas teñidas estaba carcajeando a la vez  que pequeñas lágrimas salían de sus lagrimales debido a la risa, de paso se podían ver los irregulares diente que este portaba.

  — ¡Katsuki-chan ya no es hermosa y limpia, has arruinado su imagen! — El otro que habló fue un chico de hebras amarillas con un rayo café en sus hebras, al parecer era el más popular del lugar debido al aspecto tan "modélico" que poseía, si se lo proponía podía ser un gran modelo.

—  ¡Ya cállate! — Carcajeó el último chico que les acompañaba, este era el más alto de los cuatro y su sonrisa... era bastante peculiar.


El pequeño chico de pecas estaba hecho una bola de nervios, conocía como era la fémina del cuarteto y no iba a perdonarle la vida, los expectantes estaban murmurando cosas entre ellos, algunos decían que el chico de hebras verdes hizo bien en derramar el café en la bravucona (cosa que había sido accidentalmente, el chico no era suicida... hasta el momento.), otros comentaban que la chica iba a romperle la cara y los que preferían no comentar sólo estaban callados observando con temor.
Entre la multitud estaba Shouto observando la escena, sus ojos bicolores estaban observando atentamente a Katsuki, ¿la razón? ni él la sabía, sólo sabía que la estaba mirando sin decir nada.


  — Oye, Deku... — Llamó la chica finalmente, formando en sus pliegues una escalofriante sonrisa que hasta a sus amigos que estaban detrás de ella sintieron ganas de correr.

  — ¿S-si...? K-Kacch... — Rápidamente fue callado con un puñetazo en su estomago, el de hebras verdes no tardó en caer de rodillas al suelo sujetando su estómago a la vez que buscaba aire, los más insensibles gritaron cuando Katsuki hizo su movimiento y le estaban apoyando, otros sólo se dedicaron a cerrar sus ojos; la paliza había comenzado.


El chico de la quemadura estaba observando todo, de manera instintiva sacó un post-it  y un lápiz de su mochila y escribió:

"Lo que ha hecho usted está mal, debería disculparse con Midoriya Izuku.
                                                                                                                                                     Atte: Anónimo."


(01:00 pm.)

Las clases finalizaron, ya no había nadie en el instituto excepto Katsuki que estaba en detención por haber golpeado a Izuku. Cuando finalizó el "castigo" (que en realidad duró la nada porque Katsuki amenazó al profesor)  la chica se dirigió a su casillero para retirar sus ropajes manchados de café, una vez abrió la taquilla una nota cayó a sus pies y esta interesada la vio, era la nota que dejó Shouto.


— ¡¿AH?! — Desesperada buscó un lápiz y escribió una respuesta a ello... pero cuando tuvo la respuesta no supo dónde mandarlo. — PÚDRETE JODIDO ANÓNIMO.


En la lejanía estaba Shouto observando a la desesperada Katsuki, pronto se metería en su casillero para dejar otra nota.

Desde aquel día las notas fueron frecuentes en la vida de Bakugou Katsuki.  

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