Nota #11

285 36 0
                                    

{ Luego de unas semanas }

( 11:30 am )

Desde que ocurrió la situación con Kirishima y Kaminari, Katsuki solo ha estado algo esquiva con ellos, y no por la situación de ellos, sino porque cada vez que los veía se imaginaba a ella junto con Todoroki siendo así de amorosos.

Y bien... qué decir de la relación que tenía ella con Shōto.

Estaban: mal.

Y extrañamente no eran por las peleas, era porque el padre de Shōto se entrometía a cada momento y no les dejaba ni una oportunidad a ellos dos en hablar, sumando a que Todoroki frecuentaba más y más el hospital psiquiátrico al ver a su madre que se estaba mejorando demasiado bien. Eso alegraba a Katsuki en el fondo, pero por otro lado... ella no tenía noticias de su padre, sabía que ella y su madre se divorciaron cuando ella nació y es por eso que nació sin tener una figura paterna, solo creció con la figura materna al igual que Izuku.

Cada vez que sacaba a relucir el tema de su padre, Mitsuki se alteraba o la mandaba a callar de un grito, eso dejaba realmente desconcertada a la Bakugō menor y prefería callarse o simplemente olvidarse del tema, algún día tenía la esperanza de que ella y su madre hablarían del tema de su padre.

Era un día domingo y su madre de la manera más hermosa y delicada posible la lanzó de la cama para luego lanzarle agua encima, eso hizo que Katsuki gruñera y le gritara a su madre.

— Tch, vieja loca... —

Gruñó y se levantó para irse a duchar, no se iba a quedar mojada para después enfermarse.

Ya duchada y lista se miró al espejo, su cabello había crecido un poco y lo tenía como una melena alborotada, tomó con sus dedos unos de sus mechones y suspiró, moviéndolos de vez en cuando.

— Oye, vieja. —

— Qué quieres... ¡Oh, te ha crecido el cabello! ¿Recuerdas cuando tenias el cabello largo de pequeña? —

— Agh, calla... Te iba a preguntar si estaba bien dejarme el cabello largo. —

— Es tu decisión, Katsuki. Sabes que sea la decisión que tomes respecto a ti misma yo la voy a respetar. —

Katsuki se quedó callada, solo desvió la mirada y se fue a echarse al sofá para ver la televisión, en lo que estaba mirando cualquier programa de la basura de cable se escucharon golpes en la puerta del hogar. Extrañada miró a su madre que estaba en la cocina y ella le dijo que fuera a abrir, con pereza se quejó y fue a abrir, su corazón se detuvo por unos segundos al ver al hombre que estaba al frente de ella.

. . .

Era Bakugō Masaru, su padre que le "abandonó" cuando apenas nació.

— Qué haces acá. — Se escuchó detrás de la menor, Katsuki estaba perpleja mirando al adulto mientras era apartada del frente por Mitsuki.

— Mitsuki... hablemos, ¿si? —

— Katsuki, vete de acá. —

La menor de los tres Solo asintió con su cabeza y salió del hogar para dejarles su espacio a los adultos, apenas se fue y Masaru entró se escucharon los gritos de Mitsuki, estaban teniendo una discusión y eso hizo sentir, por primera vez en su vida, horrible a Katsuki. Ella sabía perfectamente que era SU culpa, estaban peleando por la custodia de ella.

Decidió huir lo más rápido de aquel lugar, lo peor es que no tenía ningún lugar en dónde quedarse. Ni loca se iba a meter al hogar de Midoriya porque eran tan sofocantes que no.

Descartó a sus amigos porque no estaba la confianza suficiente como para quedarse en sus hogares.

¿Todoroki? Ni aunque fuera el último lugar del mundo.

Oficialmente estaba sin hogar hasta nuevo aviso y decidió marchar al parque, ahí se iba a quedar hasta recibir una llamada de su madre.

(08:00 pm)

Era ya de noche y su madre aún no llamaba, tenía hambre y frío pero a pesar de todo no se dignó en llamarla ella a su madre. Katsuki estaba recostada en el pasto debajo de un árbol mientras jugueteaba con su móvil, ella se pasó la tarde durmiendo o jugando a la pelota con los mocosos que la conocían.

Dejó el móvil en su pecho y suspiró, cerrando sus ojos a la par que apoyó ambos brazos encima de sus ojos, sentía como estos picaban y eso de debía a que tenía ganas de llorar, mordió de sus labios inferiores para calmar el llanto y de la nada se escuchó una voz bastante masculina y hasta casi estadounidense, oh no...

— Joven Bakugō, ¿qué hace tan tarde en este lugar? —

— All Might, hey. Y no es nada que le importe. — Si, todos apodaban al corpulento hombre de aquella manera y él se dejaba.

— ¡Claro que me importa, hahaha! Eres una de mis estudiantes y verte en el suelo no es muy común. —

— Agh, me echaron de la casa. ¿Feliz? —

El de hebras rubias quedó sorprendido ante la revelación de Katsuki, sin decir nada más el hombre ofreció su mano a la irascible fémina para ayudarla y la chica luego de pensar entre si ignorarlo o apartar la mano de un manotazo decidió aceptar esta. Se levantó con ayuda de su profesor mientras guardaba del móvil en su bolsillo del pantalón.

— Iremos a tu hogar, si tú madre no te recibe entonces te quedarás en mi hogar. Por muy fuerte que seas no significa que puedes escaparte de los delincuentes, joven Bakugō. —

Katsuki no dijo nada y se dejó llevar por el mayor, cada vez se volvía más y más vulnerable... todo comenzó con un beso.

« Notes » ; Todofem!Baku.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora