Nota #9

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El de hebras verdosas no sabía qué hacer, estaba en la encrucijada de seguirlos o ir a hacer el encargo de su madre.

Por qué todo tenía que ser tan complicado.

El joven por quedarse sumido en sus pensamientos perdió de vista a sus compañeros de clase, algo en su interior le molestaba y no quería admitirlo, pero sí, ese malestar eran celos. El de pecosas mejillas ya no deseaba perder más de lo que ya tenía a la rubia, si ya la perdió por su inutilidad y debilidad cuando niños, ahora no quería perderla para siempre por su torpeza y por haberse quedado callado con respecto a sus sentimientos.


***

Ahora volviendo con los otros dos, Todoroki ya había conseguido calmar a la de irascible carácter a duras y apenas, no sabía cómo se había enamorado de una chica tan odiosa, pero quizás hasta ese era su encanto, quién sabe.

— Oye, pedazo de imbécil. —

— ¿Mh...? —

— Deberíamos volver a casa, de seguro la vieja ya se debe estar agarrando con el dictador. —

Shōto se silenció solo, era cierto lo que la contraria decía, si había aún sea un poco de suerte los mayores quizás no se habrían matado.
Luego de aquella palabras los dos fueron en dirección a su hogar, el ambiente estaba bien a pesar de que no hablan nada.

El de bicolorinas hebras observó la mano foránea bastante curioso, eran demasiadas las ganas de tomar su mano, y sin tenerle a nada le tomó esta.

— ¡¿Qué mierda crees que haces, asado por la mitad?! —

— Tomarte la mano, ciega. —

— ¡¿Hah?! ¡¿Y yo te pedí eso?! —

— Pobres vecinos, deben escucharte gritar. —

— MUÉRETE, TODOMIE... —

La chica no pudo seguir hablando, el más alto había apegado sus labios a los contrarios con las intenciones de formar un beso, de paso con el brazo que tenía libre rodeó las caderas impropias y apegó su anatomía a la propia, Katsuki iba a matarlo de seguro, pero qué más daba, lo único que quería en esos malditos momentos era saborear sus labios.

Había quedado inconforme.

Terminada aquella unión de labios, Katsuki quedó callada debido al impacto que había resultado aquello, dos veces el maldito bastardo le había quitado la "inocencia" a sus labios sin pedirle permiso o haber conseguido autorización.

— La lengua te la comió el gato al parecer. —

— ... Bastardo. —

— Me lo suponía. —

Y luego de aquella mini conversación, los jóvenes se dirigieron al hogar de la rubia tomados de la mano (Katsuki quería quitar la mano a como de lugar, pero Shōto no le dejaba).

El camino se hizo rápido, estaban hablando de cualquier cosa sin importancia alguna o comentaban como deberían de estar su padres, la respuesta era incierta porque podrían haberse matado o estarían hablando entre indirectas bastantes directas además de hirientes. Sin darse cuenta los jóvenes habían pasado por afuera de la casa de Izuku, estaban tomados de la mano y no se separaron hasta que la madre del chico pecoso exclamó emocionada.

« Notes » ; Todofem!Baku.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora