« Notes » ; Todofem!Baku.

Nota #1

"Bakugō-san...
Ten un buen día, no soy el más indicado para decirte esto, pero intenta socializar más. Ah, y por favor, cuida tu vocabulario.

Atte: Anónimo."

(Martes; 09:00 am.)

Nuevamente una nota fue dejada en el casillero de la joven, esta pensó que le estaban jugando una broma su círculo de amistades y se iba a poner a buscar quién era el desgraciado o desgraciada que le estaba jugando una broma. Los pasos de la fémina se estaban dirigiendo con rapidez y fuerza hacia la azotea del establecimiento, en aquel lugar se juntaban sus amigos y ella.

Ya en el lugar mencionado, Katsuki abrió de una patada la puerta bastante molesta, debía ser precavida si quería saber quién era el o la suicida que le estaba mandando notas.

¿Qué mierda era eso de que ella debía "socializar"? ¡Y ella hablaba como quisiera, joder!

- Pedazos de mierda. - Comentó amigablemente la de orbes rojizos, observando a los cuatro payasos que estaban sentados hablando de sus cosas.

- ¡Nosotros igual te queremos, Katsuki-chan! - Comentó con una amplia sonrisa la fémina de hebras rosáceas, a veces se preguntaba si su color de piel junto a esos orbes negros eran verdaderos o simplemente era un maquillaje exagerado para llamar la atención.

- ¿Qué pasó, Bakugō? - Preguntó el pelirrojo, terminando de devorarse el sándwich de su desayuno.

Los otros dos no habían hecho comentario alguno por el simple hecho de que estaban ocupados en sus cosas, además, sabían a la perfección que debían tomar atención cuando la rubia hablaba, pobre de ellos si no tomaban atención. Una vez habiendo terminado lo que estaban haciendo, los cuatro llevaron su vista hacia el rostro de la líder del grupo, esta chasqueó la mejilla y suspiró, llevando su mano hacia su nuca a la vez que rascó de sus hebras.

- Si alguno ha estado metiéndose en mi puto casillero que hable ahora o se de por jodidamente muerto.-

Los presentes se miraron extrañados entre ellos, sabían perfectamente que no debían tocar a la chica, no debían respirar su aire y mucho menos meterse en sus cosas, hacían eso y sería cometer suicidio. El silencio duró varios dolorosos y lentos segundos, el cuarteto estaba siendo asesinado por la gélida y afilada mirada de la rubia explosiva y el más valiente de los cinco decidió hablar.

- ¡YO NO HE SIDO, NO ES DE HOMBRES METERSE EN LAS COSAS DE UNA DAMA! -

El joven de hebras azabache quedó pasmado ante las palabras del pelirrojo, "¿desde cuando Katsuki es una "dama..."? No jodas, Kirishima" esos fueron los pensamientos de él mientras veía extrañado al de hebras en punta, ¿por qué un jodido cinnamon roll como él está entre ellos?
La fémina rosácea estaba riendo como si su vida dependiera de ello, entre risas estaba tratando de hablar sin ahogarse, pero fue inútil, ni la "a" le salía a la pobre.

- Y-YO... ¡AHAHAHA! ¡AAAGH---! - El bolso de la rubia fue a parar en el rostro de la chica, o se calmaba o se iba a la tumba.- ¡BUENO, BUENO! Yo no he sido... pfft...

- Yo tampoco he sido, Katsuki. - Habló el de sonrisa paralítica, por qué tendría que meterse en las cosas de ella.

- Tampoco lo he hecho, no tengo motivos para meterme en tus cosas y yo valoro mi vida.- Finalizó el de hebras amarillas con un emotivo de rayo en ellas guiñándole el ojo a la líder, pero recibió un puñetazo en su rostro y eso provocó la risa de los demás. -

Al ver que no había encontrado al anónimo que le mandó esa nota, Katsuki chasqueó la lengua bastante molesta y se fue del lugar vociferando palabras repletas de odio, veneno e insultos. La chica de orbes oscuros se levantó con la mochila de la fémina entre sus manos y caminó detrás de ella para devolverle el objeto, la respuesta que tuvo fue un arrebato molesto del objeto.

(01:00 pm)

Otra nota ha sido dejada en el casillero de Katsuki, ya la de orbes carmesí más que molesta tomó con enojo el pedazo de papel y lo leyó antes de finalizar con su miserable vida.

"No trates de averiguar quien soy, eso le quitaría el sentido del juego, ¿no?
Pronto sabrás quién soy
Hasta entonces, se paciente.

Atte: Anónimo."

- A la mierda con quién eres, voy a descubrirlo si o si. -

Esas fueron las palabras de la chica antes de dejar el establecimiento con un humor de perro.