Capítulo 24

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Lali

Terminamos de cenar y ayudé a Amy a lavar los platos mientras que Santi se iba a bañar.

-En serio no les pasa nada a vos y a Peter? -preguntó Amy- hasta Santi lo notó

-No, o sea -dije y suspiré- tuvimos una discusión pero no es nada grave

-Espero que se arregle -sonrió-

Luego de terminar de acomodar subí las escaleras y justo Santi había salido de bañarse, estaba envuelto en la toalla y al lado de él Peter.

Sonreí y me dirigí a mi habitación para cambiarme la ropa que tenía puesta por mi pijama.

-Puedo pasar? -preguntó Peter desde la puerta-

-Sí -dije y me acomodé para quedar sentada en la cama-

-Te quiero explicar las cosas -suspiró- esa chica que vos viste... era Candela. Sí, Candela la mamá de Santino. En el viaje que hicimos con Santi, en los últimos días apareció ella y por eso decidí quedarme más tiempo -yo miraba atentamente- me dijo que lo quería ver y bueno apareció ese día acá en casa. Yo ya hablé con Santi y se lo tomo de una buena manera, ya que quiere conocerla, pero no sé, me da cosa.

-Ahora lo quiere conocer después de todos estos años? -pregunté riendo- pobre Santi, igual gracias por decirmelo y perdón por lo que te dije

-Te lo conté porque quiero que nos acompañes a ambos en esta situación -sonrió- si es que no te molesta, Santi te quiere mucho y ya te lo quería contar

-Obvio que no me molesta -sonreí- yo puedo hablar con él, cuando se supone que se van a encontrar con Candela?

-No sé todavía, pero supongo que en uno de estos días. Buenas noches y gracias -sonrió y se fue-

Después de pensar un rato en que en realidad esa era la razón por la cuál me decía que me iba a lastimar y no por las ilusiones que me imaginaba, decidí dormirme.

Al día siguiente me desperté a las 9 de la mañana, Peter ya se había ido a trabajar y me tocaba despertar a Santi.

-Buenos díass! -dije destapandolo- hay que despertarse

-Tan temprano? -decía con voz ronca-

-Son las 9 ya, dormilón! -reí- vamos a preparar un desayuno rico para los dos, queres?

-Sii -sonrió-

Bajamos y entre los dos preparamos un desayuno, jugo exprimido de naranja con tostadas para mí y galletitas para Santi.

-Si comemos esto todos los días sí que me levanto temprano -reía-

-Aah viste que te gustó? -reí-

-La, podemos hablar sobre un tema? -preguntó Santi-

-Sí mi amor, de qué? -respondí-

-Sobre mamá -dijo- Papá me dijo que no te diga nada pero necesito tus consejos

-Mi amor -sonreí- ya sé, ya me encantó tu papi, qué queres que hablemos sobre eso?

-No sé que hacer -puso cara triste- porque quiero conocer a mi mamá pero mira si no me quiere. O sea, me abandonó ya una vez no quiero que pase de vuelta

-No va a pasar -dije y lo acaricié- si queres conocerla hacelo, pero si no tenes ganas o no estás listo va a tener que respetar tu tiempo

-Yo la quiero conocer, pero... me acompañas? -dijo uniendo sus manos pidiéndome-

-Está bien -sonreí- te acompaño pero vas a necesitar estar a solas con tu mamá también

Nos quedamos hablando un poco más y terminamos de desayunar, la idea de acompañar a Santi con su mamá no me agradaba del todo porque no soportaría verle la cara después de todo lo que los hizo sufrir a él y a Peter, pero iba a hacer el esfuerzo por Santi.

Peter

Me desperté temprano y fui a la oficina, ya me sentía mucho mejor para ir a trabajar ya que había aclarado las cosas con Lali y no tenía ninguna cuenta pendiente excepto el encuentro de Candela y Santino. Luego de estar desde las 7 am hasta la 13 pm decidí ir a casa para poder llevar al colegio a Santi.

Llegué y justo estaban entrando al auto así que subí junto a él y a Lali y a Arturo que conducía.

-Viniste! -dijo Santi emocionado-

-Desde ahora voy a acompañarte los días que pueda -sonreí- todo bien?

-No sabes el desayuno riquísimo que me preparó Lali hoy -sonrió- o no?

-Sí -sonrió- se lo comió todo, le gusto bastante

-Qué bueno, mis desayunos no los comes con esas ganas -reí-

Hablamos durante el viaje y llegamos al colegio, Santi saludó a Arturo al bajar y le dio un beso y abrazo a Lali al igual que a mí.

-Todo bien? -pregunté a Lali-

-Sí... hoy Santi me habló sobre el tema de Candela -la miré atentamente- me dijo que quería que lo acompañe a hablar con ella, yo no quise meterme pero quería que vaya con él

-No te metes -sonreí- él te eligió para hablar de ese tema tan importante porque te quiere como una mamá, así que lo podes acompañar

-Yo también lo quiero como... un hijo -sonrió-

-Lo sé -sonreí-

Llegamos a casa y Arturo se puso a limpiar el auto, era adicto a la limpieza de él, su auto era como el tesoro que nadie le debía tocar.

-Yo... -dijo Lali- bueno nada... cuando te fuiste anoche me quede pensando y te pido perdón por lo mal que te trate, yo sé lo mucho que sufriste con este tema y yo era un peso más haciéndote mis quejas pensando cualquier cosa, perdón

-Ya pasó -sonreí- yo debí aclarartelo desde un principio, pero ahora que te lo dije me siento mejor de que sepas que no te deje porque no te amaba, siempre lo hice y lo sigo haciendo, que no te quepa duda

-Yo tampoco -sonrió- a pesar de todos los reproches que te hacía nunca deje de amarte, y tampoco lo quería hacer

Sin más palabras que decir, nos acercamos y nuestros labios se juntaron para entonarse en un beso, hacía tanto que no sentía sus labios que se sentía como la octava maravilla del mundo.

La niñeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora