Capítulo 36

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Peter

-De mi pasado -dijo Lali y me abrazó-

Yo antes de que hablara decidí llamar a Eugenia para que se lleve a Santi, no sé que era lo que tenía que decirme Lali pero como estaba tan mal no quería que San escuchara.

Sin dudarlo a los 10 minutos Euge ya estaba en casa, bajé yo y Lali se quedó en la habitación.

-¿Qué pasó que vino la tía? -preguntó Santi-

-Te quería dar una sorpresa -sonreí- vas a quedarte en lo de la tía Euge

-Anda subiendo al auto que ya voy -dijo Euge y Santi fue-

-¿Qué pasó? -preguntó apenas Santi se subió al auto-

-Lali, llegué y estaba llorando mal, no se que pasó pero ahora vamos a hablar -dije-

-Bueno, anda ahora, cualquier cosa me avisas y no te hagas problema de tu hijo, yo me encargo -sonrió y me saludó-

Euge se fue y yo subí a la habitación.

-Perdón por el escándalo de recién -dijo Lali con la cabeza gacha-

-¿Qué pasa que estas así? Hace días te notaba más ¿qué es eso tan malo de tu pasado? -dije sentándome a su lado y agarrandole la mano-

-Esto nunca te lo conté, porque pensé que era algo que realmente había quedado en el pasado. Bueno... -suspiró- yo antes tuve un novio, Fausto se llamaba, se llama... todo iba bien hasta que en un momento empezó a cambiar, ya no era igual que antes, era todo grito y discusiones, maltratos -dijo y le quebró la voz-

-¿Él... él te golpeaba? -pregunté-

Ella asintió con la cabeza mientras lloraba, yo tenía los ojos llorosos, era nuy fuerte lo que estaba contando y encima verla a ella llorar era de las peores cosas, mientras yo la abrazaba pero se separó para seguir hablando.

-Bueno, yo estaba cegada y seguía con él, hasta que Brenda habló conmigo y me hizo abrir los ojos -contaba mientras se secaba las lágrimas- me separé de él y me persiguió por un montón de tiempo, no me dejaba en paz, hasta que hablé con mis papás y terminó todo en una especie de juicio

-¿Y qué pasó con el juicio? -pregunté-

-Nunca pasó nada -suspiró- Fausto tiene mucha "movida" en ese tema, tiene contactos de abogados y no había chance a ganárselo, además ya sabes como funciona la justicia acá. Recibí un montón de amenazas por parte de él y por eso decidí retirar la orden

Yo no podía creer lo que estaba escuchando, pensar que había tenido que pasar por todo eso y yo jamás me había enterado.

-Cambié mi número de celular para que él no lo supiera y acordé con mis papás que para olvidar eso y seguir con mi vida lo mejor era mudarme con Brenda acá a Buenos Aires -seguía contando- y nunca más me pasó nada hasta hoy, Candela...

-¿Candela? ¿Qué tiene que ver ella? -pregunté desconcertado-

-No sé que tiene que ver -decía- pero conoce a Fausto y hoy me la encontré, me amenazó para que me aleje de ustedes, yo no le creía hasta que me mostró una foto de él y efectivamente era Fausto -decía mientras su mano temblaba- eso quiere decir que él está acá

-No lo puedo creer -dije agarrandome la cabeza- en realidad sí, Candela, el papel que jugaba de hacerse la buenita mientras de atrás planeaba todo esto, está enferma

-Tengo mucho miedo -dijo mientras lloraba- yo... vos no sabés cómo es Fasuto, está loco y es capaz de cualquier cosa, tengo mucho miedo

Yo la abracé aún con más fuerzas y ella lloró todo lo que tuvo que llorar en mis hombros.

-Mi amor -dije mientras le sacaba las lágrimas- yo me voy a encargar de esto, de Candela, de Fausto, no te va a pasar nada, estás conmigo. Y ese juicio se va a hacer y lo vamos a ganar

-No no Peter -dijo- no quiero que te metas en esto, en serio es un tipo muy jodido y tiene todo comprado, no quiero arriesgarte a que algo te haga

-Yo también tengo contactos -dije- no voy a permitir que un enfermo como él te siga quemando la cabeza después de todo lo que te hizo, y esto también es asunto mío ¿estamos en las buenas y en las malas, no? -y le di un beso en la mano-

-Gracias, en serio -dijo y me abrazó-

-Te voy a hacer un té para que te relajes ¿sí? Ya vengo -dije y salí de la habitación-

Bajé las escaleras y mientras calentaba el agua para el té decidí llamar a Brenda, era una de las personas más indicadas para que contenga a Lali también en este momento.

Yo subí a darle el té a Lali y luego de unos minutos llegó.

-Peter -dijo y me abrazó- yo... perdón por habértelo ocultado cuando me preguntaste, pero bueno, ella no quería...

-Está bien -dije- es lo más lógico lo que hiciste, por suerte lo pudo contar

-¿Está muy mal? -preguntó-

-Ahora está mas calmada -dije- pero sí, estaba muy mal... no sabes lo que me duele verla así

-Y sí, me imagino -decía- voy a verla

-Yo me voy a encargar de un par de cosas -dije- por favor no le digas no quiero que se preocupe

-¿Vas a ver a Candela, no? -preguntó y asentí- está bien, yo me encargo. Gracias por lo que haces por ella

Yo sonreí y tomé las llaves del auto y me dirigí a la casa de Candela y se sorprendió cuando abrió la puerta.

-¿Peter? -sonrió- ¿qué haces acá, trajiste a Santi?

-No, no lo traje -dije- ¿puedo pasar?

-Si obvio -dijo y nos sentamos en la mesa-

-¿Qué querés tomar? ¿Un café, un té, algo? -decía como si no pasara nada-

-¿En serio no se te cae la cara para hacerte la buenita ahora? Estás enferma -dije sin más-

-Ah bueno veo que por ahí viene la cosa -dijo y se sentó- no sé de que me hablas realmente

-No te hagas la estúpida, sabes perfectamente que hoy fuiste a amenazar a Lali con lo que le pasó -dije enojado-

-Ay dios ¿cuántas veces se va a repetir el cuentito de que ella va y te cuenta lo que quiere y vos venís a joderme a mí? -dijo irónica-

-Sos patética ¿tener que usar a Fausto para hacerla sentir mal a ella? Todo por tenerle envidia que se pudo hacer cargo del hijo que vos no -dije enfurecido- sos patética

-¿Fausto? -rió- mira Peter no se con qué cuentito te fue pero yo no conozco a ningún Fausto, y que te quede claro que la mamá de Santino soy yo y así va a ser siempre

-Lo único que te digo es lo que sea que estés planeando lo vayas descartando, porque la vas a pasar muy mal Candela -dije harto-

-¿Ay que estás amenazando a la madre de tu hijo? -decía gozando-

-Tomalo como quieras, yo te lo advierto, no te metas con Lali y no le hagas nada porque te juro que no sé lo que soy capaz de hacer con vos -dije y me levanté-

Me levanté de la mesa y me fui de la casa, no me iba a quedar de brazos cruzados.

La niñeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora