Capítulo 29

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Peter

Llegamos a la escuela y Santi corrió a abrazar a Euge, hacía un par de días que no la veía.

-Hoy voy a tu casa tía? -preguntaba Santi emocionado-

-Sí mi amor, hoy es noche de tía y sobrino -sonrió-

Euge me había pedido pasar la noche con Santi y yo le dije que sí, también aproveché para que Lali y yo estemos a solas, ya que Arturo y Amy no iban a estar, era la noche perfecta para los dos.

Llegamos a casa y Amy ya tenía preparado la merienda de Santi, la que siempre le hacía cada vez que volvía del colegio.

-Volvió a preguntar por Candela? -preguntó Euge-

-Por ahora no, pero ayer estuvo hablando de ella, así que seguramente te toque ese tema -dije advirtiendole-

-Creo poder soportarlo -rió-

Santi terminó de merendar, se fue a bañar y después Euge se lo llevó con ella a su casa.

Eran al rededor de las 19 hs y Lali se había ido a casa de Brenda para ver cómo estaba y llevarle unos medicamentos.

-Amy, esta camisa da para una cena con Lali o es mucho? -pregunté-

-Ay, hijo... -sonrió- me da mucha felicidad verte así después de tanto tiempo, se nota que se quieren

-Igual apenas estamos saliendo, no se cuánto podrá durar -dije-

-No piense en eso -dijo con mala cara- yo sé lo mucho que te quiere Lali y se nota, así que disfruta el presente. Y con esa camisa estar hermoso.

Tal vez tenía algo de razón, debería parar de pensar un poco en el futuro y disfrutar del presente que tenía con Lali, a pesar de que ahora se hubiera sumado Candela.

Me dejé esa camisa y comencé a preparar la comida favorita de Lali; milanesa con puré, hasta me daba ternura que esa fuera su comida preferida.

También tenía pensado poner unas velas en la mesa para darle un toque más romántico pero que tampoco sea tan cursi.

Lali

Después de llegar a la casa, decidí ir a ver cómo estaba Brenda y así también poder darle los medicamentos que le correspondían.

-Mi amor, voy hasta la casa de Brenda y me quedo un rato con ella, después vuelvo -dije-

-Okey, preparate para esta noche, va a ser especial -sonrió-

Yo asentí y Arturo me llevó hasta el departamento de Brenda y como ya tenía las llaves entré.

-Te iba a preguntar cómo estabas pero ya está muy a la vista -reí al verla-

-A vos te parece gracioso reírte de mi desgracia? -decía exagerada- mi nariz no da más y ya es la quinta caja de pañuelitos que me bajo

-Sí, se nota, podrías levantarlos del piso asquerosa -reí- te traje el medicamento

-Por favor decime que esa pastilla no tiene gusto asqueroso -dijo-

-No, no tiene -dije- tomala no seas maricona

Brenda se puso la pastilla en la boca y logro poner en 1 segundo su cara de asco.

-Menos mal que no tenía gusto asqueroso, mentirosa -decía tomándose todo el agua-

-Ay, ya estamos grandes para mariconear -reí- bueno, además tengo que contarte algo

-Espero que sea algo bueno -dijo-

-Hoy no hay nadie en la casa y estamos solo Peter y yo, y me dijo que me prepare para algo especial -dije algo emocionada-

Automáticamente Brenda se sacó la frazada que tenía encima y se levantó de la cama.

-Oh my goood! -decía gritando- hoy es el día

-No era que estabas muy enferma vos? -reí-

-Lo estoy, pero siempre disponible para ayudar en estas ocasiones -guiño el ojo-

-No sé qué ponerme, si muy arriba o más o menos -dije-

-Ay querida, no te preocupes tanto por la ropa si te la va a terminar sacando -reía y le pegué-

-Ey, tengo razón, no me pegues -reía- maquillate un poco pero tampoco que desborde, así no se te corre

-Mucha experiencia tuviste vos? -reí-

Me puse el vestido y Brenda me plancho el pelo, me maquillo un poco y me puse unos tacones no tan altos, no era de usar esos.

-El rojo es esencial para los labios -sonrió- así que te vas y después me contas todo

-No es mucho esto? Este vestido con escote no es muy mi estilo -dije-

-Vestido con escote, es claramente para esta ocasión -dijo-

-No sabemos si es justamente para eso así que no pienses mucho -dije-

-Las dos lo sabemos perfectamente -rió-

-Tal vez -sonreí-

Salí del departamento de Brenda y me tomé un taxi ya que supuse que Arturo no iba a estar.

Llegué a la casa y estaba bastante oscuro, entré a la cocina e iluminaban a la mesa unas velas y detrás de ellas estaba Peter.

-Qué linda que estas -dijo y sonrió-

-Vos también -sonreí sonrojada-

Me senté en la silla y Peter trajo los platos.

-Tal vez no sea la mejor preparación pero es tu comida favorita -sonrió-

Había hecho milanesas con puré, me daba ternura el hecho de imaginarme a Peter cocinando.

-Me encanta -sonreí- iba en serio esto de que era especial

-Estuve luchando con una milanesa -rió- debo admitir que se me quemó una

-Al menos ésta está riquísima -sonreí-

Comimos mientras hablábamos un poco, Brenda tenía razón de que esto iba más allá que una simple cena, eso me generaba un poco de nervios porque era exponerte de vuelta hacia otra persona, pero de alguna manera me sentía protegida con él.

-Gracias por esto -sonreí- no sólo por esta cena, sino por todo este tiempo, me siento muy bien al lado tuyo, y hacía mucho no me pasaba -agarré su mano y le di un beso que quedó marcado por el labial-

-Gracias a vos -sonrió acariciando mi mano- fuiste y sos un bien entre tanto mal, trajiste pura felicidad a esta casa y siempre te lo voy a decir y agradecer, con vos pude volver a amar

Los dos sonreímos y nos ahogamos en un profundo beso que terminó en lo que se esperaba.

Una vez en su habitación nuestras ropas empezaron a desaparecer, en todo momento me sentí cómoda, él me trató con suma delicadeza y su mirada me daba más tranquilidad aún, sin dudas había disfrutado de ese momento.

La niñeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora