Capítulo 25

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Lali

Ese beso fue el más esperado, hacía tanto no sentía sus labios y era una de las mejores sensaciones que existía. Por un lado, había dejado mi orgullo de lado por primera vez con un hombre y por el otro; volvía a estar todo como siempre, excepto que ahora tenía que vivir con la carga de la presencia de Candela que podía volver en cualquier momento a la casa y debía estar lista para eso.

Luego de un rato Peter se fue de la casa para ir a trabajar a la empresa y así poder ir a buscar a Santi al colegio, yo aproveché de eso para visitar a Brenda, pero ésta vez no en su departamento, sino que en el trabajo. 

Me acosté un rato en mi habitación y le mandé un mensaje a Bren avisándole que iba a ir a visitarla, así que como no podía dormirme decidí ir a la oficina a eso de las 16:30, seguramente me lo cruzaría a Peter porque Santi recién 17:30 salía del colegio.

Me iba a tomar un taxi pero Antonio me llevo hasta la empresa, entré y había varias mujeres que estaban todas vestidas elegantes, todos allí estaban de traje, incluyendo a Peter, era una empresa bastante riburosa, por lo tanto mi amiga también estaba vestida así a muy pesar de ella.

-Amiga! -dijo Brenda y me abrazó- pensé que nunca más me ibas a venir a visitar acá

-Volvemos a los viejos tiempos -reí y entramos a su oficina-

Ella se sentó y estiró los pies sobre su escritorio.

-Agh! Ya no aguanto más estos tacos, necesito estar en casa con mis pantuflas -decía estresada y yo me reía- 

-Yo no podría -reí- no podría estar arriba de esos tacos, sabes que de lo torpe que soy ya me hubiera pegado unos cuantos palos

-No te hagas porque al estar Peter seguro que te bancarias estar en estos tacos, además el te puede levantar -rió- qué onda las cosas con él?

En ese momento tocaron la puerta y Brenda automáticamente bajo los pies del escritorio y se acomodó la ropa, se levantó y abrió la puerta.

-Hablando de Roma... -rió-

Miré y estaba Peter en la puerta con el traje que le quedaba tan bien y con demasiados papeles en la mano.

-Qué haces acá? -sonrió-

-Vine para pasar el rato, como antes -reí-

-Esperen, de qué me perdí? -preguntó Brenda- claramente ya sé la respuesta. Qué son todos estos papeles?

-Los tenes que firmar uno por uno -rió Peter- así que mientras vos lo haces yo me ocupo de tu amiga

-Aprovechador -lo miró- mi amiga me vino a visitar a mí, no a vos querido

-Pero se va a divertir más conmigo que con vos -rió-

-Lali, quiero que decidas entre él o yo -se hacía la dramática y yo la miré- ya vas a venir Mariana Espósito

Reí y la abracé y llené de besos, se quería matar con la cantidad de papeles que tenía que firmar. Salí de la oficina y fue un tramo medio largo de la oficina de Brenda hasta la de Peter, todos me miraban raro, sobre todo las mujeres, todos estaban vestidos elegantes y yo ahí era la única que quedaba colgada.

-Qué verguenza, todos elegantes y mirame lo que soy yo -él me miró- todos me miraban, sobre todo esas chicas

-Te miraban por lo linda que sos -sonrió y me besó- 

En ese momento entró una chica así como si nada, ni siquiera había tocado la puerta.

-Perdón, Pitt -rió- ustedes sigan, yo vine a dejar esto y me voy

Peter

El hecho de que Lali estuviera en la oficina me ahorró un poco de tiempo, ya que yo había llevado los papeles a Brenda para ir para casa y poder estar con ella.

En el momento en que nos estábamos besando entro Daniela, mi famosa compañera del proyecto que habíamos hecho, despistada, tal y como siempre, entró y ni siquiera tocó la puerta, me reí porque nunca cambiaba la torpes que tenía de entrar así a los lugares.

-Pitt? Ah bueno, pensé que no todas te trataban con esa confianza -dijo Lali apenas se fue-

-Es Daniela, mi compañera de hace un montón, es despistada -reí- no tenes de qué ponerte celosa, para nada

-Celosa? -rió- no me puse celosa, simplemente me pareció demasiada confianza y demasiada desubicada al no tocar la puerta

-Ya pasó -reí-

Nos estuvimos besando, no había pasado mucho tiempo de que nos habíamos peleado pero para mí se sentían mil años, sin dudas era una mujer diferente del resto, no me pasaba esto con otras, simplemente me volvía loco por ella como jamás lo había echo con otra chica.

-Bueno, te tenes que ir a buscar a Santi -dijo-

-No me queres acompañar? -sonrió-

-Tengan un momento de padre e hijo, además le tenes que decir que nosotros estamos bien -rió-

-Nos vemos después -sonreí y la besé-

Salimos de mi oficina y yo la agarré de la mano frente a la mirada de todos, de esa manera sentí que se sentiría de algún modo segura, que sintiera que no me daba cosa presentarla frente a todos.

La niñeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora