Principio.

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Inglaterra, 1935.

Raven teclea con gran velocidad su vieja máquina de escribir, es tan fuerte su tacto que resuena en toda la habitación. Gira, teclea, gira...

Su habitación es tanto gigantesca como pintoresca. Hay carruseles, animales y paredes tapizadas con flores enormes por todos lados. Inclusive, la mansión Xavier a escala decora gran parte.

Ahí está, Raven, sentada en una silla bastante grande, sus cabellos rubios caen en sus hombros y sus ojos azules reflejan una gran concentración. Termina de pulsar unas teclas y la palabra "FIN" se impregna en el papel, y así de rápido sale de su habitación recorriendo los grandes pasillos de su casa, hasta pareciera que va al ritmo de una máquina de escribir. Entró abruptamente a la cocina, donde Eddie, la cocinera, está preparando la cena junto con las demás chicas.

—Terminé mi obra —dice Raven con entusiasmo.

—Muy bien —contesta Eddie.

—¿Has visto a mi mamá?

—Supongo que estará en la sala.

Y así, Raven sale en busca de su mamá en la gran casa. Vueltas y más vueltas, ¡y ahí está... Erik!, en la entrada principal, como llamando a Raven. Puliendo sus zapatos sin mucha atención.

Raven suspira y avanza hacia a él. No mucho, sólo hasta la columna de la entrada. Se recarga en ella, con la sensualidad que una niña de 13 años tiene en su diminuto cuerpecito.

—Hola amiga, he escuchado que harás una obra —dice Erik poniendo su zapato en su lugar y voltea a verla mientras lo hace.

Raven arquea una ceja y lo mira confundida.

—¿Quién te lo dijo?

"Los tambores de la selva"

Raven ahora está más confundida. Mira la punta de su hermoso zapato blanco y trata de alcanzar la otra columna contraria con sensualidad.

—¿Vendrás a verla?

—No estoy muy seguro... ¿Por qué no me dejas leerla? —Ahora sí, toda su atención está en Raven—. Solías darme copias de todas tus historias, aún las conservo.

—Aún así, quiero que vengas.

—Veremos.

—Tengo que irme.

Camina lo suficientemente rápido para no perder el ritmo, se dirige a la puerta abierta y la cierra.

—¡Mamá, te necesito!

          [ . . . ]


Raven finge que los nervios no la matan al esperar la opinión de su madre, observa el papel tapizado y traga saliva. 

 Por fin escucha las hojas chocar una contra la otra.

—Es estupenda, es estupenda, cariño —dice Sharon, su madre—. Tu primera obra.

Se para sobre sus puntillas sin mirar a su madre, quiere parecer lo más humilde posible y no muestra la gran sonrisa que adorna su rostro bronceado.

—¿Crees que le guste a Logan?

—Por supuesto —dice Sharon con una gran sonrisa en sus labios.

Raven le da un beso a su madre y pone en un lugar seguro su gran obra. El sol está fabuloso para ser verano así que aprovecha para salir al patio sin esperar encontrarse ahí a Charles, tirado sobre su estomago y con los hombros ligeramente echados hacía atrás, con los dedos rozando sus labios, Raven se acerca sigilosamente y se tira a su lado, boca arriba.

Atonement //CHERIK//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora