Regresé a ti.

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El amor verdadero es poderoso, indestructible, una fuerza absoluta.

Llega a ser tan poderoso que puede atraer grandes sucesos, inclusive la salvación de la muerte.

Tal vez, ahora, en este punto de todo; la idea de la reencarnación ya no suena tan descabellada como pensaba antes Erik.

Esos pensamientos llegaron a su mente como una cascada de agua limpia y profunda. Una que le hizo regresar a la vida.

El amor y la pasión fueron su salvación, las fuerzas para cumplir sus promesas y no morir aquí, entre la porquería.

Lo primero que hizo fue abrir los ojos y todo le deslumbró. Obtuvo una visión borrosa de todo lo que había a su alrededor primero y luego... todo se veía cada vez con mayor claridad,y el gris jamás se había visto tan hermoso.

—¿Janos?... —Escuchó su voz y Dios mío... ¿Esa de verdad era la suya?— ...¿Azazel?

Su voz era débil pero vivía. Sonaba ronca y baja, tanto, que incluso en los peores silencios se escucharía como un suspiro. Por lo tanto, Janos y Azazel tardaron en reaccionar, pero Erik esperó con paciencia.

Janos fue el primero en darse cuenta que lo llamaban y lo tomó entre sus brazos.

—¡¿Erik?! —dijo, con un brillo único en los ojos—. ¡Estás vivo, mi amigo!

Azazel por otro lado, encontró los gritos como un disparate de Janos y tuvo el impulso de voltear y alejar a Janos del cuerpo de Erik, pero para su sorpresa, Janos lo contagió con su locura porque podía ver como Erik se movía y respiraba.

—¿Janos?... ¿Qué haces, hombre?

Janos lo miró con ironía.

—¿En serio, Azazel? —Ambos ya se preparaban para un discurso pero para sorpresa de todos, Janos paró en seco—. ¡Az! ¡Ayúdame a sacarlo de aquí!

Azazel por alguna razón le hizo caso y se apuró lo más que pudo para estar a su lado. Ayudó a Janos a poner a Erik de pie, pasándole un brazo por la espalda, después de un poco de esfuerzo, estaban los tres caminando a tropezones entre los escombros, intentando salir de esa tumba.

—Ya es tiempo, Erik... —Janos susurró contra el sudor que escurría sobre sus labios, sobre el sabor salado en su lengua—. Te prometo que te sacaremos de este lugar de mierda, aunque eso sea lo último que haga.

Para Janos, que no esperaba respuesta, Erik le escuchó y a su vez sonrió con su auténtica sonrisa, la que hacía hundir sus labios. Y con un hilo de voz, respondió.

—Quiero volver a besarle, Janos...

* * *

La calma de la playa absorbe el sonido que los tres hacen al caminar sobre la arena pegajosa y sucia por las cenizas. La sinfonía del silencio humano y el ruido de la naturaleza crean un sonido sin igual, difícil de olvidar.

La sinfonía les acompaña hasta la zona más cercana posible a la orilla del mar. En espera de los barcos que le ayudarán a regresar a Londres, a casa.

Ha sido un camino largo, por lo que tirarse en la arena es una acción totalmente normal, agradable, incluso para el adormilado Erik. Los tres permanecen de espaldas en la arena, sintiendo como poco a poco recuperan el aliento después de aquel esfuerzo. Janos y Azazel estaban más enfocados en su agitada respiración que en lo que suspira Erik.

—Agua.

El susurro de Erik se enlaza con el sonido de las olas y es imposible que lo escuchen con rapidez pero aún así, insiste y vuelve a hablar, esta vez con un tono de voz más alto.

Atonement //CHERIK//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora